El Senado absuelve a Trump en su segundo ‘impeachment’
El expresidente es inocente del cargo de «incitación a la insurrección» por 57 a 43 Siete republicanos votaron a favor de la condena, pero no se alcanzó la mayoría
La presidencia de Donald Trump quedará en los libros de historia por muchas cosas, incluyendo la de haber llevado a la democracia de EEUU al borde del abismo, pero una de sus características definitorias y definitivas será la de la impunidad. Ayer, 38 días después de que una turba de sus seguidores asaltara el Capitolio e interrumpiera el proceso de certificación de la victoria electoral legítima de Joe Biden que él nunca ha reconocido, el expresidente fue absuelto en su segundo impeachment, en el que enfrentaba el cargo de «incitación a la insurrección». Una mayoría de 57 senadores votaron declararle culpable, 50 demócratas y siete republicanos, pero no se alcanzó la mayoría de dos tercios (67 votos) necesarios para la condena.
Trump ya había hecho historia como el primer presidente dos veces sometido al juicio político y el primero que enfrentaba el proceso tras haber abandonado el cargo. Desde ayer es el primero dos veces exonerado, esta vez en el impeachment más rápido, de solo cinco días. Y aunque la condena de siete republicanos, incluyendo dos que no volverán a presentarse a elecciones, selló la votación del proceso más bipartidista de la historia, el de los otros 43 conservadores hizo evidente el poder que Trump sigue teniendo en el Partido Republicano: por su apoyo inquebrantable entre las bases y por su respaldo aún firme entre otros muchos de los 74 millones de estadounidenses que le votaron.
Trump ha logrado la absolución pese a que, como han expuesto desde el martes los nueve congresistas demócratas que han actuado como fiscales, esté probado que pasó meses agitando denuncias infundadas y teorías conspiratorias sobre fraude y robo electoral. Está exonerado pese a que esté demostrado que lleva años haciendo guiños a la violencia, a milicias, a supremacistas blancos y a otros grupos violentos de extrema derecha. Y en un comunicado tras la votación volvió a hablar de «caza de brujas», pese a que es evidente que arengó a las masas que convocó en Washington el día 6 con una llamada a «pelear como el demonio».
Las cuentas para la condena nunca han salido. De hecho el día se abrió con el líder conservador en el Senado, Mitch Mcconnell, anunciando a sus compañeros de filas que votaría por la absolución. Mcconnell lo justificó por cuestiones de forma, poniendo en duda la constitucionalidad del juicio una vez que Trump ya no es presidente.
Ayer pareció, durante un par de horas, que la resolución de este impeachment no iba a ser tan expedita. En un movimiento inesperado los fiscales demócratas abrieron la sesión pidiendo citar como testigo a la congresista republicana Jaime Herrera Beutler, que el viernes emitió un comunicado en el que ratificaba una conversación que tuvo con Kevin Mccarthy, líder de la minoría conservadora en la Cámara Baja, sobre otra conversación que este mantuvo con Trump el 6 de enero según la cual el presidente se puso del lado de la turba que asaltaba el Capitolio.
Tras momentos de desconcierto e intensas negociaciones, con