Amor en tiempos de virus
Un San Valentín con mascarillas y distancias de seguridad
Le bastaba cerrar los ojos y dejar volar la imaginación para ver nítida la imagen de su cara bonita reflejada en la pantalla del móvil, enmarcada dentro del cuadrito del Instagram. Soñaba con darle mil Me gusta para romper el hielo y que de una vez supiera que existía, pero no se atrevía. La pandemia había paralizado todo excepto su corazón, que seguía latiendo entre aquellas cuatro paredes, oxigenado por el escaso aire que a duras penas traspasaba su FFP2. Su abuela nonagenaria exigía todas las precauciones. Durante seis meses de pandemia, una eternidad para alguien de 19 años, se limitó a mirar la pantalla y a dudar. Hasta que un día reunió el valor suficiente para reaccionar a una de sus historias poniendo dos corazones. Luego se tapó la cara con las dos manos y esperó. No había pasado un minuto cuando recibió respuesta y a punto estuvo de sufrir una taquicardia, así que respiró hondo y, sin pensarlo dos veces, se embarcó en la conversación...
En la era del covid, las historias de amor nacen en internet o igual no nacen. Lix Alfonso tiene 21 años y ahora mismo está soltero aunque tiene una amiga especial. «Cuando empezó la pandemia, todo el mundo se refugió en las redes para ligar y hacer amigos, sobre todo, en Tinder e Instagram», relata. Él empezó la cuarentena con pareja en Sevilla y, en septiembre, la relación se rompió. «Nos veíamos muy poco, estábamos todo el rato al teléfono y había mucha presión porque queríamos vernos, pero no debíamos por las medidas de seguridad y lo dejamos», recuerda. Coincidir con alguien que esté en el mismo nivel de seguridad que el otro es muy complejo. En su caso, no puso el pie en la calle hasta agosto por miedo al contagio. «Te encuentras con gente que te invicortaron ta a un botellón o que entra y sale mucho y si tú eres más precavido, te da miedo y al mismo tiempo sientes la presión de que si no das el paso la otra persona se acabará cansando», afirma sincero, «antes no mirabas eso, pero ahora cuesta hasta plantearte un beso con alguien desconocido, así que todo está muy ralentizado, aunque hay también quien se quita la mascarilla a la segunda cita». Según Lix, estudiante de Educación Primaria en Córdoba, una amiga quedó con un chico que acudió a la cita con una PCR negativa. «Él no tenía covid, pero ¿y si lo tenía ella?». Quizás por eso hayan proliferado las relaciones a distancia. «Ahí no hay riesgo, puedes ir conociendo a la persona poco a poco sin tener la presión de quedar». En este contexto, la libertad sexual que llevaba antes al «aquí te pillo aquí te mato o al cambio de pareja habitual» se ha frenado en aquellas personas que tienen mayores en la familia y temen que un contagio asintomático tenga consecuencias para sus abuelos o sus padres.
Mario es un chico trans de 18 años. «Yo siempre he ligado por redes sociales, pero soy muy extrovertido y a través de amigos he conocido a mucha gente», explica, «hasta que llegó la pandemia, de hecho, estaba conociendo a una persona que es de fuera de Córdoba y aunque seguimos hablando, la cosa se ha enfriado». Escrupuloso con las normas, asegura que ahora solo sale con el círculo más cercano. «Si tienes en la familia personas de riesgo como yo, lo piensas mil veces», asegura, «el 2020 iba a ser mi año sabático porque tenía pendiente operarme, tenía planeado viajar después y hacer mil cosas, pero todo tendrá que esperar».
Quienes lanzaron la flecha antes de la pandemia lo han tenido un poco más fácil. Daniel González, de 20 años, tiene pareja desde hace tres meses. «Nos conocimos en Granada, porque estudiamos la misma carrera, poco antes del estado de alarma y luego las clases se de golpe», recuerda, «el 13 de marzo empezamos a hablar por redes cada día y un mes después ya pasamos al whatsapp» (pasar al whatsapp supone un nivel más de intimidad y confianza en estos casos). Según Daniel, «el covid cortó muchas cosas, pero creo que sin pandemia igual no estaría con ella, el hecho de pasar tanto tiempo en casa, pendientes los dos del móvil nos hizo hablar mucho en poco tiempo, fue muy intenso, en condiciones normales igual habríamos perdido el contacto, hablar nos ayudaba a evadirnos y eso nos unió». No volvieron a verse hasta que las clases se reanudaron en septiembre. «Quedábamos con la mascarilla en la calle, nos sentábamos en un banco a charlar, pendientes de si venía la policía...». Desde hace tres meses son pareja y este será su primer San Valentín. Hay mucho que celebrar.
A Paco Palacios, diseñador gráfico de 43 años, le ocurrió algo parecido. Conoció a Victoria Jiménez, auxiliar de autopsias, en una boda antes de la pandemia, así que la relación no empezó de cero. Se habían visto alguna vez pero durante el primer estado de alarma empezaron a hablar, aislados cada uno en su casa. «Cuando acabó el confinamiento total, nos vimos un par de veces y entonces la cosa se reactivó hasta que en noviembre empezamos como pareja», explica, «es todo un poco extraño porque no puedes hacer planes con otros amigos, ir al cine, ni viajar, hay muchas menos opciones de vida social que en condiciones normales». No viven juntos y entre semana las citas están limitadas por el toque de queda. Esta Navidad, habría sido en otras circunstancias el momento para la presentación de la pareja en familia, pero todo se vio condicionado por los protocolos sanitarios. «Nos hemos conocido quedando al aire libre y con las distancias de seguridad para preservar a nuestras madres, no hubo Tardebuena ni cotillón de fin de año ni nada».
Dani Ortega, estudiante de Fisioterapia,
e Isabel del Barrio, de Enfermería, eran del mismo grupo de amigos. Dani empezó el confinamiento con una pareja y cuando acabó, después de meses sin verse, rompieron. «Nos dimos cuenta de que queríamos cosas diferentes», explica. En verano, cuando las medidas se relajaron, Isa y él empezaron a tener más contacto y ahí surgió el amor. La pandemia ha hecho que su relación se cocine a fuego lento. «El covid invita a tomarse tiempo para conocerse mejor, a hablar más y creo que si sigues adelante es porque hay algo sólido»,
«El covid cortó muchas cosas, pero creo que sin pandemia igual no estaría con ella»
cree Dani, que admite que las restricciones impiden dejarse llevar como lo harían en condiciones normales. «Hay muchas limitaciones, a las diez de la noche hay que estar en casa y tienes que organizarte para encajar las rutinas de los dos; si sales después de las seis, solo cabe irte a un parque a ver el atardecer o charlar porque ya los bares están cerrados y tampoco puedes juntarte con tu grupo de amigos».
Para algunos, la pandemia ha supuesto una verdadera prueba de amor. Macarena y Timon -cordobesa ella, belga él- se conocieron hace
tres años. Ella cambió de empresa y en un viaje conoció a un nuevo compañero. A mediados del 2019, hartos de la distancia, Timon decidió venirse a vivir a España con ella y, en diciembre de ese año, decidieron casarse el 27 de junio del 2020. «Todo estaba organizado, venía mi familia de Bélgica cuando en marzo surge la pandemia», recuerda. Un mes antes de la boda, tuvieron que suspenderla. «Cuando llegó ese día, los dos nos fuimos a la iglesia solos y luego cenamos en el sitio donde tendría que haber sido el banquete». La boda se pospuso para junio de este año, pero tampoco será. «No podemos arriesgarnos, tal y como están las cosas, a que toda la familia de Timon vuelva a comprar los billetes y hagan reservas para que luego tengan que cancelar, así que se ha vuelto a retrasar para julio del 2022», explica Macarena, «este año nos vamos a casar por lo civil y el que viene, será el de la celebración». Sus alianzas, que llevan puestas desde hace meses, están grabadas con la fecha del primer enlace aplazado. «Ese día nos casamos de algún modo, este año ha puesto a prueba nuestro amor, si
recién iniciada la convivencia hemos superado el confinamiento juntos, el teletrabajo y todo lo que ha venido después, esta unión ya es a prueba de bomba», bromean. Timon, que lleva más de un año en España, apenas ha podido conocer el país, así que está deseando que la situación cambie para viajar. «Tengo mucho por descubrir aún», afirma sonriente. De momento, Macarena le tiene preparada una sorpresa por San Valentín. Misteriosa, solo da una pista: «Tendrá un fin de semana entero de amor». Carpe Diem.
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