Frontex no despeja dudas sobre sus actuaciones
El informe interno de la agencia europea para el control de las fronteras exteriores (Frontex), sobre las devoluciones en caliente de inmigrantes en el mar Egeo hacia Turquía, ni es concluyente ni permite clarificar completamente cinco de los incidentes ocurridos en los últimos meses debido «a déficits y a la necesidad de mejorar el sistema de información y supervisión». Aún así, el director ejecutivo de la agencia, Fabrice Leggeri, insistió ayer ante el grupo de trabajo creado en la Eurocámara para aclarar las supuestas irregularidades, que «no hay pruebas ni conclusiones que señalen que Frontex habría participado o infringido los derechos fundamentales». El documento, que será debatido mañana durante una reunión del consejo de administración de Frontex y publicado posteriormente, exonera a la agencia en ocho casos pero mantiene dudas sobre otros cinco, en los cuales no habría sido posible determinar si inmigrantes fueron reenviados de vuelta vulnerando el principio de no devolución. La filtración ha coincidido con la primera reunión del grupo de trabajo creado por la comisión de libertades civiles del Parlamento Europeo, que se suma a las investigaciones puestas en marcha por la Defensora de Pueblo Europeo y de la Agencia antifraude OLAF. Frontex lleva meses siendo objetivo de las críticas de las oenegés que trabajan en la zona. entre las dos Irlandas, en las negociaciones del Brexit se acordó que la región británica norirlandesa continuará dentro del mercado único comunitario. Eso exigió controles fronterizos en el mar de Irlanda que están implicando una gran carga burocrática, que han llevado a escasez de productos. A las pintadas amenazadoras contra los trabajadores portuarios se ha sumado ahora otro aviso de los paramilitares lealistas.
En una carta dirigida a los primeros ministros de Londres y Dublín y al vicepresidente Sefcovic, los lealistas anuncian la retirada temporal de su apoyo al Acuerdo de Viernes Santo en rechazo al Protocolo. La carta está firmada por el presidente del Consejo de Comunidades Lealistas, David Campell, que engloba a las bandas paramilitares vinculadas con los unionistas protestantes. Dicen que se oponen de manera pacífica, pero advierten sobre la «permanente destrucción» que sufrirá el Acuerdo de Paz de 1998 si no se modifica el Protocolo.
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