Desconfianza y casualidad
También quieren quitarnos el derecho a no creer, a dudar. No importa que los principales culpables (culpables, no responsables) de dicho descreimiento y duda sean ellos, quienes nos cuelan un engaño tras otro. Ningún ciudadano de a pie tenemos elemento de juicio definitivo sobre si esta vacuna es mejor o peor que aquélla, andamos a tientas y esos tumbos los vamos dando al hilo de cada nueva noticia, de cada nuevo informe, de cada nueva manipulación. Se lo han ganado a pulso. Cuando un país, una sociedad, se ha dotado mediante el voto de un gobierno que miente hasta la saciedad, que donde ayer decía que lo que le quitaba el sueño ahora es un relajante, la desconfianza es una consecuencia necesaria. Lo que ocurre en la crisis sanitaria es que la desconfianza del ciudadano trasciende las fronteras, y ya vemos las mismas contradicciones o las mismas intenciones ocultas
«Lo que ocurre en la crisis sanitaria es que la desconfianza ciudadana trasciende las fronteras»
o poco claras en otros países. Cuando antes de ayer se administraba determinada vacuna a determinado tramo de la población porque era lo adecuado y ahora se decide que (a la vista de algunos efectos secundarios graves y mortales) dicho tramo se amplía o se cambia pero a la vez se cuestiona dicha causalidad, ¿es porque se han realizado estudios en ese nuevo tramo de edad que hablen a las claras de que en su seno no van a producirse dichos efectos secundarios graves o mortales? No. Y no me hablen de estadística, porque ya hemos visto que hay casos en que, mira por dónde, los efectos se han producido o desencadenado justo tras la vacunación. En primer lugar, que no nos confundan entre lo que es una reacción natural (por fuerte que sea) del organismo ante un medicamento que precisamente debe causar esa reacción como prueba de que está funcionando, y los efectos secundarios o reacciones adversas graves o mortales, que son otra cosa. Ni afirmo ni desmiento que esta o aquella vacuna nos vaya a matar ni que sean unas mejores que otras, no tengo ni idea y si en algo confío es en los médicos; digo que cuando se niega la causalidad evidente de un efecto secundario que se manifiesta en muy pocos días, renace la desconfianza. Cómo no va a haber también terraplanistas.