La errática gestión de la pandemia desgasta a Macron
Las restricciones y el cierre de bares pasan factura al presidente
La apuesta de Emmanuel Macron era clara: acelerar la campaña de vacunación y evitar a toda costa un nuevo confinamiento. Nada ha salido según sus planes, las labores de inmunización no han conseguido imponerse a la propagación de la cepa británica y, un año después del estallido de la pandemia, 21 millones de franceses viven su tercer confinamiento. El fracaso de su estrategia y la incoherencia de las restricciones anunciadas en los últimos días desgastan la popularidad del presidente francés.
Según la última encuesta de Le
Journal du Dimanche, el 60% de los franceses (+4 puntos) estaría descontento con su jefe de Estado. «Tanto a la izquierda como a la derecha, la insatisfacción aumenta – constata–. Se dispara entre los artesanos y comerciantes, los directivos de empresas y los jóvenes de 25 a 34 años, los trabajadores víctimas de la crisis económica». En definitiva, «su núcleo» se tambalea, analiza Frédéric Dabi, director general adjunto del Ifop.
La pandemia de coronavirus abrió un paréntesis en sus promesas reformistas, monopolizando su agenda y poniendo a prueba la calidad de su liderazgo. Durante la primera ola de la covid-19, los franceses se mostraron benévolos. Ni la tardía reacción de las autoridades frente a la propagación del virus, ni la escasez de mascarillas pasaron factura a Macron.
«Estamos en guerra. Una guerra sanitaria, pero el enemigo está ahí. Invisible, escurridizo», advirtió Macron hace doce meses antes de decretar un confinamiento nacional destinado a contener la epidemia. Desde entonces, las restricciones sanitarias se han ido sucediendo hasta las últimas restricciones del pasado fin de semana. ¿Tantas privaciones para, un año después, volver a la casilla de salida? La benevolencia tiene sus límites y los interrogantes ganan terreno en los 16 departamentos – incluida la región de París– afectados por las nuevas restricciones, en vigor desde el sábado.
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TAMBIÉN EN ALEMANIA Las autoridades alemanas tienen previsto extender las medidas de confinamiento por el coronavirus hasta el próximo 18 de abril, en lugar desde al 28 de marzo tal y como estaba previsto. La reunión entre Merkel y los líderes regionales no había terminado al cierre de esta edición, pero estaba previsto definir nuevas medidas como un posible toque de queda nacional. La incidencia llegó ayer a 107,3 y no ha dejado de subir en las últimas semanas.
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