Constituían auténticos barrios
IV y VIII), se ha superado con creces este tipo de enfoques tan elementales. En aquellas ciudades que fueron sede episcopal, el espacio en el que el obispo desarrollaba sus funciones litúrgicas, administrativas, económicas, etcétera, se erigía como el centro neurálgico de la ciudad y, por tanto, no estaba dotado de un único edificio. Hoy sabemos que los grupos o complejos episcopales constituían auténticos barrios dentro de las murallas de la ciudad. En ellos, como elementos o edificios indispensables, había siempre una basílica episcopal, es decir, la iglesia mayor o principal -la catedral, por albergar la cátedra o asiento del obispo-, un baptisterio anejo a aquella y un palacio, o varios. En ocasiones había más de una catedral y el conjunto se completaba con otros oratorios o capillas, archivos, edificios administrativos, almacenes, residencias del clero, etcétera. Por tanto, el propio concepto de grupo episcopal implica la existencia de una iglesia mayor.
En el caso de la Córdoba tardoantigua o, más concretamente, la ciudad que es conquistada por las tropas musulmanas a inicios del siglo VIII, la iglesia principal estaba bajo la advocación de San Vicente. Y esta iglesia debió ser la basílica episcopal. Para que se puedan hacer una idea, y asumiendo los evidentes anacronismos en los que incurrimos, no dista mucho de la imagen que puede tener el entorno de la catedral en la actualidad. La iglesia