La UCO supera con éxito un curso marcado por los retos del covid-19
En pocos meses, la Universidad ha tenido que adaptar su actividad al formato virtual sin perder el nivel de calidad La Base Logística del Ejército ha sido uno de los logros del ejercicio académico, en el que no han faltado novedades
La pandemia del covid-19 ha marcado el curso más atípico que ha vivido la Universidad de Córdoba, que en pocos meses ha tenido que realizar un enorme esfuerzo de adaptación para garantizar tanto la docencia como el resto de actividades que desarrolla habitualmente sin que ello haya supuesto un menoscabo de la calidad.
En definitiva, «ha sido un curso lógicamente marcado por la evolución de la pandemia, en el que creemos poder decir que hemos logrado, con el esfuerzo de toda la comunidad universitaria, cumplir los objetivos que nos corresponden, y abordar ya el futuro con optimismo», resalta el rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos.
«Estamos concluyendo un curso académico 2020-2021 que se inició en un escenario de máxima presencialidad en aula (particularmente en los primeros cursos) teniendo en cuenta las limitaciones impuestas en materia de contención de la covid-19, el número de estudiantes de cada asignatura, etc.», recuerda Gómez Villamandos, quien remarca que «estas medidas exigían que se mantuviera una distancia interpersonal mínima y un cálculo de aforos reducidos y una inversión en equipamientos muy importante de cara a la enseñanza híbrida».
En invierno, la situación se hizo más complicada, particularmente tras las Navidades. «Se suspendió la presencialidad en aula de los grupos grandes de teoría, impartiéndose toda la docencia mediante videoconferencia síncrona. Se mantuvo la presencialidad de las clases prácticas», rememora el rector, que comenta que «para las actividades de evaluación, se mantuvo la modalidad presencial, en el caso de que así se hubiera recogido en las correspondientes guías docentes». Considerando la evolución favorable de la situación sanitaria que se preveía, el Consejo de Gobierno aprobó en sesión extraordinaria de 21 de enero una modificación del calendario académico que suponía el retraso de una semana en todas las actividades planificadas para iniciarlas en unas mejores condiciones sanitarias.
A lo largo del segundo cuatrimestre, y a la luz de los informes positivos de evolución de la incidencia acumulada de la pandemia, «autorizó la vuelta a la presencialidad/formato 33 bimodal de las clases magistrales, dando a los centros y estudiantado un periodo de adaptación entre el 10 y el 15 de marzo, con adecuación a diversas circunstancias. También hemos abordado segundos llamamientos de exámenes en aquellos casos debidamente justificados por contagio o confinamiento, y que les impidieran realizar el examen en la fecha fijada en el calendario oficial aprobado por el centro», destaca.
No solo la docencia se ha AVANCE/ visto afectada por la pandemia. El trabajo de los grupos de investigación, la actividad de las cátedras y aulas de proyección social y cultural, la movilidad nacional e internacional, el deporte universitario, los diversos programas de formación, innovación, prácticas, empleabilidad, proyección, etc... toda la actividad de la Universidad ha estado marcada por la evolución de la pandemia y a pesar de ello no ha dejado de asumir nuevos retos y avanzar.