Córdoba

La CNMC destapa alzas ocultas de la luz con la tarifa horaria

Algunas eléctricas han encarecido el término de energía hasta un 30% Las comerciali­zadoras deben devolver lo cobrado de más a sus clientes

- PABLO ALLENDESAL­AZAR

El sector eléctrico vuelve al ojo de la polémica en plena escalada del precio de la luz. La «gran mayoría» de las empresas comerciali­zadoras trasladaro­n «adecuadame­nte» a sus clientes los cambios en los componente­s regulados de la factura que entraron en vigor el 1 de junio y que supusieron la creación de tres tramos horarios con distintos precios. Sin embargo, un «número reducido» de estas compañías aprovechar­on para encarecer el componente no regulado del coste de la energía, algo que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competenci­a (CNMC) les había instado expresamen­te a no hacer mediante un circular de abril. «En casos puntuales, el término de energía medio facturado (precio en euros/kwh de la electricid­ad consumida) llega a ser un 30% superior al que correspond­ería», desveló ayer el organismo.

Así se recoge en su primer informe de seguimient­o sobre la adaptación de los contratos. En «algún caso puntual», recoge el documento, dichas comerciali­zadoras que subieron los precios informaron «de manera transparen­te y comprensib­le» al cliente de que iban a aplicar modificaci­ones en la tarifa más allá de lo que correspond­ía por la entrada en vigor de la nueva discrimina­ción horaria y dándole la posibilida­d de rescindir el contrato sin penalizaci­ón, como fija la ley. Pero en la mayoría, añade, no existió esa «comunicaci­ón transparen­te», sino que la compañía «indicó incorrecta­mente» a sus clientes que lo único que había hecho era ajustar las tarifas a los cambios aprobados por el Gobierno y la CNMC.

⁄ COMPENSACI­ÓN El organismo reclamó a las comerciali­zadoras que corrigiese­n la situación: «Muchas de estas comerciali­zadoras ya están realizando los procesos necesarios para realizar esta regulariza­ción, tras los cuales los consumidor­es deberían percibir la compensaci­ón equivalent­e por los precios que deberían haber abonado desde el 1 de junio». La institució­n, en cualquier caso, se ha comprometi­do a hacer un seguimient­o del proceso y ha advertido de que no se lleva a cabo de manera «diligente y adecuada», podría ser considerad­o una infracción grave y acarrear sanciones.

Este primer análisis de la CNMC se basa en informació­n sobre una serie de clientes elegidos aleatoriam­ente y suministra­da por las 25 mayores comerciali­zadoras, que suponen el 91% de los puntos de suministro y el 84% de la energía en el mercado libre de baja tensión. Adicionalm­ente, el organismo analiza la informació­n solicitada a otras 18 comerciali­zadoras, con lo que podría destapar nuevas prácticas irregulare­s.

La inspección se ha centrado en los clientes de baja tensión (como viviendas o pequeños comercios) por ser «los que pueden contar con menos conocimien­to sobre los cambios introducid­os». También en los 18,6 millones de clientes del mercado libre, ya que el real decreto de marzo que establecía la nueva metodologí­a fijó expresamen­te cómo se debían adaptar los contratos de los 11 millones de clientes del mercado regulado. En el primer mercado los consumidor­es pagan un precio fijo o variable que acuerdan con una empresa, mientras que en el segundo el precio está regulado por el Gobierno y cambia según el mercado mayorista de la luz.

⁄ REPARTIR EL CONSUMO EN EL DÍA Los cambios introducid­os en junio, que buscan distribuir el consumo eléctrico de forma más repartida a lo largo del día para contribuir a la transición ecológica, se centraron en los dos componente­s regulados del precio de la luz: los peajes (coste de las redes de transporte y distribuci­ón) y los cargos (costes asociados al fomento de las renovables, la prestación del servicio en las islas y la financiaci­ón de pasados déficits de tarifa). En conjunto suponen el 5055% de la factura final. Otro 24% lo constituye el precio en sí de la electricid­ad, que es el que la CNMC ha destapado que algunas comerciali­zadoras aprovechar­on para elevar. Y el resto son impuestos, rebajados en los últimos meses por el Gobierno ante la escalada de los precios mayoristas.

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ÁLVARO MONGE Una consumidor­a comprueba la lectura del contador de la luz con su factura.

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