Masacre terrorista durante la evacuación de civiles en Kabul
Córdoba da acogida a 36 de los 49 afganos llegados a Andalucía
Los talibanes prometieron que su regreso al poder supondría volver a la normalidad, pero en Afganistán eso significa el terror. Mientras miles de personas se amontonaban ayer en el aeropuerto de Kabul intentando huir a la desesperada del país se produjeron dos fuertes explosiones que dejaron un reguero de muertes. Medios como la BBC, que citaba fuentes sanitarias oficiales, fijaban en al menos 60 los fallecidos y en 140 los heridos. Una tercera explosión se produjo horas después en la capital, sumando decenas de víctimas, informa Efe, con lo que el balance final de fallecidos podría ser superior..
El Pentágono confirmó que al menos 12 soldados estadounidenses fallecieron en los ataques. Fuentes de Defensa confirmaron que no hay víctimas entre los militares españoles desplegados en el aeropuerto de Kabul, informa Juan José Fernández.
Las dos primeras detonaciones se produjeron cerca de uno de los accesos del aeropuerto y en las inmediaciones del Hotel Baron, donde los británicos registran las peticiones de los afganos que quieren refugiarse en el Reino Unido. La BBC informó también de un tiroteo en la misma zona. «Necesitamos asegurarnos de que la inestabilidad no pueda dar lugar a un resurgimiento del terrorismo», aseguró el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en una advertencia de aire premonitorio.
AMENAZA «MUY CREIBLE» Estado Islámico ⁄ del Jorasán, la filial del grupo yihadista en Afganistán, reivindicó anoche la autoría de los atentados después de que el jefe del Comando Central de EEUU, el general Kenneth Mckenzie, apuntara a su responsabilidad. A primera hora de la mañana, Washington y los aliados habían advertido de la amenaza «muy, muy creíble» de un ataque terrorista «inminente» y habían pedido a los afganos evitar el aeródromo. La desesperación llevó a la mayoría a no seguir las instrucciones. «La gente no quiere moverse, es tal su determinación de abandonar el país que no tienen miedo ni a morir», dijo a Reuters un funcionario de la aviación civil afgana.
Estado Islámico del Jorasán fue fundado en 2015, pero, a diferencia de lo sucedido en Siria e Irak, nunca había podido consolidar su posición en el país a causa de la presencia talibán. La retirada occidental puede convertirse en una oportunidad para que los terroristas ocupen ese vacío. «No estaríamos diciendo esto si no estuviéramos realmente preocupados por ofrecer al Estado Islámico un objetivo simplemente inimaginable», apuntó en su advertencia el ministro de Defensa británico, James Heappey.
RETIRADA INTERNACIONAL La conquista ⁄ talibán de Kabul activó una agónica cuenta atrás: los yihadistas dieron de margen hasta el 31 de agosto para que las fuerzas aliadas evacuasen a su personal y abandonasen el país. La retirada militar aliada ha desembocado en una situación caótica, llevando a miles de afganos a acercarse al aeropuerto en un intento de buscar una vida mejor lejos del nuevo régimen. Las imágenes de ciudadanos subiéndose a las alas del avión y cayendo de ellas en pleno vuelo han dado la vuelta al mundo.
El portavoz de los talibanes, Zabihulá Muyahid, aseguró que la fecha límite pactada con Washington no se prorrogaría y prohibió a los afganos ir al aeropuerto. Salir del país quedaba reservado a las potencias extranjeras, que en las últimas horas se han apresurado para retirar todo su personal de Afganistán ante el evidente deterioro. Alemania, Bélgica, Dinamarca, Canadá y los Países Bajos cerraron la evacuación ayer, mientras que Francia aseguró que finalizará las maniobras hoy, algo que también podría acabar decidiendo el Gobierno de España.
En 11 días las tropas aliadas han sacado del país a unas 88.000 personas. Sin embargo, dejan por el camino a miles de afganos que, como confesó ayer el presidente francés, Emmanuel Macron, «no podemos proteger». «Nadie esperaba una situación tan brutal y tan rápida en Kabul», añadió. Para muchos de ellos, Afganistán se convertirá en una prisión.
Los talibanes han prometido que respetarán los derechos de las mujeres y de las minorías religiosas y que no actuarán con sed de venganza. Incluso han dado ruedas de prensa para explicar que garantizarán la libertad de prensa. Pero todo ese puede ser un espejismo. Y es que ayer un reportero y un camarógrafo del canal de noticias Tolo fueron agredidos por los talibanes «a punta de pistola» en plena calle en Kabul mientras realizaban un reportaje.
La ONU denunció haber recibido informes creíbles que documentan violaciones de los derechos humanos entre las que destacan las ejecuciones de militares y civiles o la prohibición de que las mujeres vayan a la escuela, una medida que los talibanes aseguraron que sería «temporal».
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