A corregir un fallo de la pasada temporada, en la que solo hubo una mujer en diez entregas
Vuelve Lo de Évole con su tercera temporada y lo hace de una forma original y democrática: los telespectadores podían votar cuál sería el invitado que la inauguraría. Y el ganador, con un 76,6% (frente al 12,1 y 11,3 de los otros dos) ha sido Morad. El rapero del barrio de La Florida de L’hospitalet, uno de los más escuchados en Spotify, es pues el protagonista del espacio que La Sexta estrena mañana domingo, (21.30 horas). La escritora de novela erótica Megan Maxwell y el gimnasta Gervasio Deferr, que también entraban en el juego, serán los entrevistados de las dos siguientes semanas.
Después vendrán los que Jordi Évole y su equipo han grabado con la periodista Julia Otero (que ha vuelto a la radio tras sufrir un cáncer), la cantante Rosa López (a los 20 años de su boom en OT) y parte del elenco principal de la película Belle Epoque, Penélope Cruz, Maribel Verdú, Ariadna Gil y Miriam Díaz Aroca, y el director, Fernando Trueba, que protagonizan un reencuentro que se emitirá en la noche de los Oscar. «Es la segunda película española en lograr un Oscar y la que nos abrió los ojos de una libertad y una tolerancia a nivel sexual, cosas que hoy están más en entredicho», señala el periodista, que lucha porque se ofrezca a continuación el filme: «Haríamos una bonita noche temática», asegura.
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CUATRO ENTREGAS Completan la temporada cuatro programas más que Évole no ha querido desvelar, porque aún están en realización, Una temporada esta que va a corregir un fallo de la pasada, en la que solo hubo una mujer en 10 programas. «Fue un error mío. Este año hemos hecho lo que teníamos que hacer. No es por discriminación positiva. Lo del año pasado no estuvo bien», admite. El periodista también reconoce que la apuesta por Morad, Megan
El periodista, con el cantante Morad, en una imagen de Instagram.
Este curso se va
Maxwell y Deferr es «arriesgada, atrevida», pero así quiere que sea Lo de Évole, como bien lo define Mario López, director de Antena de Atresmedia: «Un programa de prime time, el que tiene más cuota de pantalla de La Sexta (…), con el valor de salir del mimetismo, del invitado que funciona».
Aunque, cierto es que Morad puede ser un desconocido para los boomers, pero puede desbancar en la lista de Spotify a Aitana y C Tangana , y tiene una legión de seguidores entre los más jóvenes. «Gente como Morad demuestra que este país ya no es de blanquitos cristianos», dice el periodista en alusión
a su origen magrebí, y al lugar que ha encontrado pese a tener una adolescencia difícil que acabó viviendo en una cárcel de menores. Hasta que «se le cruzó la música», comenta Évole, maravillado por su evolución y también por ser el primer gran medio de comunicación que le entrevista, pese a que lo había intentado El País Semanal y The New York Times. «Es que a ti te vi con Messi», fue la respuesta del cantante cuando le preguntó el porqué.
La otra invitada que entra en el juego de las votaciones es Megan Maxwell, el alias literario de María del Carmen Rodríguez del Álamo, la segunda novelista que más vende en español a nivel mundial, y que con sus novelas eróticas tiene revolucionadas a sus muchas seguidoras (y algún seguidor) de generaciones diferentes, entre 25 y 65 años, que disfrutan con sus relatos. «Reunimos a algunas lectoras, señoras que hablan con desinhibición de sexo desde el placer. ‘Yo es que leo a Megan en la cama y me pongo como una perraca y despierto a mi marido, me decía una de ellas», cuenta el periodista. Y luego está Gervasio Deferr, el primer gimnasta español en lograr dos medallas de oro y una de plata en tres Juegos Olímpicos consecutivos, que muestra su cara b. «Tuvo una gran adicción al alcohol y ha tenido el valor de explicárnoslo», desvela Évole.
Como novedad, en
⁄ este curso habrá cameos dentro de los programas, inspirados en la figura de El sufridor del mítico concurso Un dos tres. «El sufridor sabía desde casa dónde estaba el premio. Y veremos a la gente que va a ser mencionada en Lo de Évole la reacción que tiene desde su casa», explica. Aunque no tendrá la posibilidad de intervenir. «No se hará desde la acritud. No es el teléfono de los aludidos. Sino un divertimento más».
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