Pérdidas millonarias en el incendio del barco con 4.000 coches
El coste podría elevarse hasta los 225 millones de euros
El Felicity Ace, el carguero cargado con casi 4.000 vehículos de alta gama de varias marcas del Grupo Volkswagen que se incendió el pasado miércoles en aguas de las Azores, será remolcado en breve al puerto europeo más cercano o al puerto de Bahamas según confirmó el capitán del buque siniestrado, Joao Mendes Cabeças. El incendio devastó las bodegas del barco, llegando a situarse la línea del incendio a solo cinco metros de la línea de flotación. Al parecer, las baterías de los coches (la mayoría de ellos eléctricos y electrificados) empezaron a arder por causas que se desconocen. No obstante, el capitán todavía no tiene claro si el incendio fue causado por la inflamación de las baterías de iones de litio o por otra causa externa.
El buque, de 200 metros de eslora, viajaba entre la localidad alemana de Emden a Davisville, en el estado estadounidense de Rhode Island, cuando un incendio comenzó a propagarse a toda velocidad por sus bodegas mientras navegaba cerca de Azores. A bordo navegaban 22 tripulantes que pudieron ser evacuados sanos y salvos en una operación en la que participaron el patrullero Setúbal y cuatro navíos mercantes que se encontraban en las proximidades, según informó el Ministerio de Marina portugués. En su interior viajan, entre otros, cerca de 1.100 coches de la marca Porsche, unos 190 Bentleys y una cantidad sin especificar de modelos de Audi. También hay varios centenares de vehículos del modelo 100% eléctrico de Volkswagen, el ID.4, entre otros, incluyendo algunas unidades de Lamborghini. En total el grupo automovilístico estima que eran 3.965 vehículos.
La dificultad para controlar el incendio se debió básicamente a la presencia de las baterías eléctricas de los vehículos, fabricadas con ion-litio, lo que requirió el desplazamiento hasta el buque siniestrado de un equipo de especialistas en la extinción de este tipo de incendios. Un grupo de 16 bomberos especialistas de la empresa Smit Salvage, propiedad de la empresa de ingeniería marítima neerlandesa Boksalis, han participado en las tareas para controlar la situación.
Según señala el economista estadounidense Patrick Anderson: «Una estimación rápida, suponiendo que el barco estaba solo parcialmente lleno (o que una parte de la carga se salvó sin daños), es que hay al menos 225 millones de euros en vehículos perdidos, además de una gran cantidad en costes de salvamento».
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