Córdoba

Macron y Putin trabajan por el alto al fuego en el Donbás

El Elíseo destaca que son los «últimos esfuerzos» para evitar un riesgo mayor Biden, que ha dado por hecha la invasión rusa, se pliega a la diplomacia

- MONTSE MARTÍNEZ

El durísimo pulso entre Occidente y Rusia no se relaja. Cada día, desde hace semanas, parece ser el último antes de que empiece a atronar la artillería en una nueva guerra en Europa. Pero de igual manera, siempre surge una nueva conversaci­ón que parece capaz de evitarlo. El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, volvieron a hablar para poner todo de su parte para recuperar el alto al fuego en la región ucraniana de Donbás, controlada por independen­tistas prorrusos. La presidenci­a francesa calificó las conversaci­ones como uno de los «últimos esfuerzos posibles y necesarios».

Durante los últimos días, la escalada de hostilidad­es en la zona entre el Ejército ucraniano y las milicias prorrusas –de la que se culpan mutuamente– hizo temer un desenlace fatal con la anunciada invasión rusa. La reunión de Macron y Putin ha apaciguado el escenario del que ha salido un nuevo encuentro previsto para hoy entre Rusia, Ucrania y la Organizaci­ón para la Seguridad y Cooperació­n en Europa (OSCE). Y el compromiso de, una vez repuesto el alto al fuego, plantear una discusión más amplia sobre la seguridad colectiva y la estabilida­d en Europa.

AUMENTAR LA CONFUSIÓN Sin embargo, ⁄ Putin volvió hacer gala ayer de su política de aportar una de cal y otra de arena para alimentar la confusión. Antes de reunirse con Macron, anunció que las tropas rusas no se retirarían de Bielorrusi­a, tal y como había anunciado, sino que alargarían sus maniobras. Esta permanenci­a de tropas, en el momento en que debían retirarse, volvió a atizar los temores. Aunque el presidente ruso se comprometi­ó más tarde con su homólogo francés a retirarlas en cuanto acaben los ejercicios.

Desde la Conferenci­a de Seguridad de Múnich, celebrada este fin de semana –donde la crisis ucraniana se convirtió en protagonis­ta–, los líderes occidental­es no perdían detalle del devenir la nueva intentona diplomátic­a del presidente francés. Rusia estuvo ausente de la cita por primera vez desde 1991.

La vicepresid­enta de Estados Unidos, Kamala Harris, presente en la ciudad alemana, dijo el sábado que las sanciones preparadas en caso de invasión serían muy duras y que el camino de la diplomacia ya era muy estrecho. Sin embargo, tras el encuentro de ayer entre Putin y Macron, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que el presidente Biden está dispuesto a reunirse con su homólogo ruso si con ello se evita una guerra en Ucrania.

«Pero hasta que los tanques realmente estén rodando y los aviones volando, aprovechar­emos cada oportunida­d y cada minuto que tengamos para ver si la diplomacia aún puede disuadir al presidente Putin», dijo Blinken en la cadena de televisión norteameri­cana CNN. El presidente de EEUU, Joe Biden, por su parte, tenía previsto reunirse anoche con su consejo de seguridad nacional para abordar la crisis en Europa tras reiterar, en numerosas ocasiones, que Rusia ya ha tomado la decisión de atacar a Ucrania.

Para el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, la crisis de Ucrania es «decisiva para el orden global», tal y como resaltaron en su intervenci­ón en la cita alemana, donde añadieron que está en juego el porvenir del actual orden de seguridad a escala mundial, puesto en cuestión por Rusia y también por China.

LA CAÍDA DE YANUKÓVICH En este ⁄ contexto prebélico, ciudadanos ucranianos salieron ayer a la calle en Kiev, la capital, para rememorar el octavo aniversari­o de la revolución europeísta de Maidán (2014) en la que fue derrocado el líder prorruso Víktor Yanukóvich. Un episodio que guarda estrechísi­ma relación con el conflicto actual puesto que Putin respondió al embate invadiendo la península de Crimea y apoyando la sublevació­n armada de los separatist­as del este del país. Los ucranianos honraron el recuerdo de más un centenar de muertos en la represión de las protestas.

Casi todos los muertos se produjeron entre el 18 y 20 de febrero de 2014, cuando las fuerzas de seguridad decidieron dispersar por la fuerza las barricadas de Maidán. Tras varios días de represión, la revolución se consumó el 22 de febrero con la huida del presidente prorruso Víktor Yanukóvich.

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GLEB GARANICH / REUTERS Soldado ucraniano en la frontera junto a Novoluhans­ke, en el Donbás.

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