Gutiérrez Solís finaliza «el puzzle» de su trilogía
La inspectora Carmen Puerto se enfrenta al peor caso de su vida
La inspectora Carmen Puerto se enfrenta a su investigación más importante en Solo vive quien muere, la novela con la que Salvador Gutiérrez Solís cierra «el puzzle» de su trilogía negra tras Los amantes anónimos y El lenguaje de las mareas y que ayer presentó, junto a Javier Ortega, editor de Almuzara, en la delegación territorial de Cultura, dentro del ciclo Letras Capitales. En esta ocasión, la peculiar inspectora «vive el peor de sus avatares en su trayectoria policial porque se enfrenta con el caso que a ella le ha condicionado buena parte de su vida y tiene que reaccionar ante una situación que para ella es abominable», señaló el escritor, que aseguró que en esta tercera entrega de las aventuras de Carmen Puerto el lector «descubrirá muchas cosas nuevas de la inspectora, de su pasado y de las anteriores novelas, en las que dimos por sabidas muchas resoluciones y ahora nos encontramos que tienen otras lecturas». «Todo queda perfectamente cerrado y, aunque me ha costado hacerlo, estoy muy contento porque quien haya leído las tres novelas se encuentra con el puzzle perfectamente resuelto», prosiguió el autor, que, aseguró, no se despide de su personaje estrella, pero «sí nos vamos a dar un tiempo».
Gutiérrez Solís vuelve a situar la acción en la ciudad de Sevilla y
en los caños y esteros que unen Ayamonte con Isla Cristina, un «mágico laberinto» que le atrae inevitablemente. «Me interesa mucho el mundo urbano, donde
sitúo a Carmen Puerto, pero de Ayamonte me interesa lo salvaje, lo indómito, aunque también como un espacio real que se está utilizando para el narcotráfico y otra serie de delitos», continúa el autor, que sitúa el inicio de la trama en el primer día después del confinamiento por la pandemia del covid-19, pero «no es una novela sobre al pandemia porque creo que todavía no estamos capacitados para escribir sobe ello, aunque no podemos obviar lo que hemos vivido durante casi tres años».
La investigación es básica para enfrentarse a una novela negra, aunque el autor confiesa que dónde realmente se documenta «es en la calle, observando el comportamiento de las personas, aunque es cierto exige un plus porque el lectores de novela negra es increíble
El autor no se despide de su personaje, pero «sí nos vamos a dar un tiempo», señala
mente muy exigente».
Por último, el escritor mostró su satisfacción ante el hecho de que este género viva «un momento dulce» y considera que «es la novela social de este tiempo», ya que, en contraposición a lo que se hacía en el siglo pasado, en el XXI «es capaz de abordar todos los asuntos de nuestra vida diaria: medio ambiente, corrupción política, violencia de género, crímenes, narcotráfico... Se ha universalizado».