Sánchez mantiene abierta la reforma de la malversación
Pedro Sánchez salió exultante del Congreso. «Quiero agradecer a esos 10 partidos políticos, que representan a 12 millones de españoles, por anteponer el interés general a cualquier otro interés», señaló el presidente del Gobierno sobre las cuentas públicas. Dentro de ese clima de entendimiento y mano tendida hacia los socios parlamentarios, el líder socialista ha vuelto a abrir la puerta a la reforma del delito de malversación que defiende Esquerra Republicana (ERC).
En primer lugar, Sánchez negó que una reforma de este tipo, que se podría abordar como enmienda parcial al proyecto para cambiar la sedición, suponga contar con menos armas a la hora de enfrentarse a un desafío independentista como el que tuvo lugar en Cataluña en 2017.
«Tenemos que extraer lecciones de lo que ocurrió entonces. La política tiene instrumentos: el diálogo y el reencuentro. La Constitución cuenta con el artículo 155 ante cualquier
Se aplicaría solo cuando esté ligada a la sedición, no a delitos de corrupción
intento de violentar el orden constitucional. El estado de derecho seguirá teniendo herramientas», señaló.
Después, ligó esta hipotética reforma de la malversación a un esfuerzo por «homologar» las penas de los delitos en España a las de las «principales democracias europeas», un argumento que el presidente del Gobierno también empleó para dar el visto bueno a la reforma de la sedición. Y, por último, pidió calma cuando le preguntaron si el grupo socialista apoyaría la iniciativa de los republicanos. «Vamos a esperar a la tramitación parlamentaria», respondió.
En principio, sería ERC quien plantearía esta modificación de la malversación, que se pretende que se aplique solo cuando esté ligada a la sedición, no a delitos de corrupción. Fuentes de la Moncloa, sin embargo, llevan días enfriando esa posibilidad. Pero Sánchez ha vuelto a alentarla con sus palabras de ayer.