Moscú admite su estrategia de acoso y derribo para doblegar a Kiev
Ucrania recupera los suministros de luz, agua y calefacción tras el ataque ruso
Ucrania recuperó ayer poco a poco los suministros de luz, agua y calefacción que se vieron interrumpidos la víspera debido a la nueva ola de ataques rusos en distintos puntos del país, en un momento en que las temperaturas empiezan a situarse bajo cero. En total, 11 regiones sufrieron un apagón total y «millones de ciudadanos se quedaron sin electricidad», según las autoridades ucranianas. El Kremlin admitió que está realizando una estrategia de acoso y derribo contra Ucrania a través de estos bombardeos para doblegar a Kiev y forzarla a negociar.
La oficina del presidente, Volodímir Zelenski, informó de que todas las regiones han vuelto a recibir suministro eléctrico, aunque este no ha llegado a todos los clientes al mismo tiempo. El Gobierno priorizó las infraestructuras consideradas críticas y pidió paciencia a los ciudadanos afectados. Zelenski también pidió que Naciones Unidas castigue a Rusia por los bombardeos contra las infraestructuras civiles.
Las autoridades desplegaron unos 4.000 puntos de emergencia en los que la población puede conectarse a la red y calentarse, según la agencia de noticias Unian. Además, las tres centrales nucleares bajo control de Kiev fueron conectadas de nuevo a la red y estaba previsto que volvieran pronto a abastecer a los hogares privados de electricidad. Se trata de las centrales de Jmelnitski y Rivne (oeste) y de Pivdennoukrainsk (sur), que fueron desconectadas por el sistema de protección automática tras los ataques a numerosas instalaciones eléctricas. Además, la planta de Zaporiyia, controlada por Moscú, fue puesta en «régimen frío».
«Por primera vez en 40 años de historia de la industria ucraniana
de energía nuclear se apagaron todos los reactores nucleares del país», señaló el presidente de la compañía estatal ucraniana Energoatom, Petro Kotin, que condenó las «acciones criminales de (el presidente de Rusia, Vladímir) Putin y sus cómplices, que están empujando a la humanidad al borde de una catástrofe nuclear».
Rusia negó ayer haber realizado ataques contra Kiev y responsabilizó de los daños en la capital ucraniana a misiles disparados por las defensas antiaéreas del país eslavo. Ucrania «tiene la oportunidad de resolver la situación, cumplir con las demandas de Ru
sia y, como resultado, terminar con todo posible sufrimiento de la población civil», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Desde principios de octubre, Rusia ha lanzado importantes ofensivas aéreas una vez por semana contra objetivos energéticos en toda Ucrania con el objetivo de inutilizar la red eléctrica del país. Moscú admitió ayer que, ante la imposibilidad de doblegar al enemigo en el campo de batalla, está llevando a cabo intensos ataques contra infraestructuras básicas para minar la capacidad de lucha de Kiev y empujarla a negociar. Ucrania sostiene que estos ataques buscan hacer daño a civiles, por lo que se pueden considerar crímenes de guerra. La ONU, por su parte, alertó de que la última oleada de ataques rusos puede desencadenar un invierno «catastrófico» para millones de personas que podrían verse sin electricidad, calefacción o agua.
Hungría retrasa a 2023 la ratificación de la adhesión de Suecia y Finlandia
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TRABAS DE HUNGRÍA El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, afirmó ayer que su país no completará el proceso de ratificación para que Suecia y Finlandia puedan incorporarse a la OTAN hasta principios de 2023. El Gobierno de Budapest había asegurado en octubre que la ratificación se realizaría a mediados de diciembre.
Orbán aseguró que Hungría respalda la ampliación de la Alianza Atlántica y detalló que la ratificación se votará «en la primera sesión del Parlamento» del año que viene. «Los dos países (nórdicos) no han perdido ni un minuto por Hungría», añadió.
Suecia y Finlandia también están pendientes del visto bueno de Turquía, el país que más reticencias ha puesto a su ingreso en la OTAN. La ampliación del bloque requiere del aval de los 30 Estados miembros.
En relación a Ucrania, el primer ministro húngaro insistió en que Budapest seguirá brindando ayuda económica a Kiev, pero estableció un límite al compromiso común: «No apoyaremos ninguna iniciativa que acerque a la UE a una deuda común». Su Gobierno anunció ayer que entregará a Ucrania 187 millones de euros para 2023 que derivan de la propuesta de ayuda macrofinanciera propuesta por la Comisión Europea, que asciende a 18.000 millones de euros.