Córdoba

Balenciaga, niños y sadomasoqu­ismo

El tenista se ha referido a los «momentos complicado­s en el embarazo» de su mujer, que dio a luz el 8 de octubre, y ha reconocido que le hicieron falta partidos «en estos últimos meses». La firma de lujo pide disculpas por la nueva campaña publicitar­ia ▶

- LAURA ESTIRADO RAFA NADAL

La firma de moda de lujo Balenciaga, con el georgiano Demna Gvasalia, de 41 años, como director creativo, es una de las más audaces, creativas y aplaudidas del panorama actual. Quienes están al tanto veneran cada ocurrencia de una marca que, no nos engañemos, solo conserva del maestro de la alta costura Cristóbal Balenciaga el apellido. Pero ahora también es sinónimo de polémica. La última, por haber unido en una sesión de fotos a varias niñas con peluches con bridas y correas sado.

Evocar al bondage y otras prácticas sexuales es algo recurrente en el diseñador (que tampoco inventa nada nuevo, ya lo hizo Gaultier o otros antes que él). Para muestra, el conjunto sombra con el que su musa, Kim Kardashian, acudió a la gala del MET en Nueva York en septiembre de 2021. Totalmente cubierta de tela oscura, cara incluida, y acompañada de un misterioso acompañant­e, que a la postre no resultó ser su exmarido, Kanye West, sino el propio modisto, cubierto con capucha y pasamontañ­as. Un juego de adultos en cualquier caso, que él explicó como una evocación de los desastres de la guerra. Pero, ¿qué representa­n unos peluches atados con tangas y correas en brazos de una niña que juega con ellos?

Muchas de las reacciones críticas que han surgido en las redes correspond­en a padres airados que califican de «repugnante­s» y «espeluznan­tes» las imágenes de niños pequeños con bolsos de felpa se podían ver en la página web de la firma. La primera foto de la tienda online mostraba a una niña pelirroja de pie en una lujosa cama rosa mientras sostiene un bolso de peluche blanco por la correa de cuero. El osito, además de tener brazaletes de cuero con puntas metálicas en brazos y piernas, está vestido con una blusa corta de malla con una cadena y un candado alrededor del cuello.

La sección de regalos de la tienda en línea presentaba a otra niña, de pie sobre un sofá, sosteniend­o a otro peluche de color púrpura que lleva puesto lo que parece un tanga de encaje negro. Ambas fotos han sido retiradas y en su lugar aparece la foto de un niño en una habitación llena de juguetes y accesorios con la ‘B’ de la firma, y en un rincón, el osito blanco con utilería sado.

Los peluches de la polémica no están a la venta, pero las imágenes se han usado para promociona­r otros artículos, como tazas de café reutilizab­les (por 104 euros) o correas para perros (por 815 euros). Los peluches son en realidad bolsos que apareciero­n en la pasarela a principios de este año.

¿NADIE LO HA PENSADO? «Es aterrador cuántos adultos deben haber estado involucrad­os en esto», ha reflexiona­do un usuario indignado en Twitter. «Padres, fotógrafos, directores creativos, redactores, personal de agencias de diseño, productore­s, gerentes, anunciante­s... y, ¿ninguno de ellos lo ha pensado?», denuncia.

Esta es solo la última controvers­ia de una firma que se siente muy cómoda con la provocació­n. Por esta y otras acciones anteriores de Gvasalia, unos consideran al diseñador un visionario y otros un verdadero farsante en el mundo de la moda. Vulgar, feísta y popular, para algunos, pero también el espejo de una nueva generación a la que los viejos códigos del lujo ya no les interesan.

Tras el revuelo y después de retirar las polémicas fotos de su tienda online, Balenciaga ha dado un paso más y ayer pidió perdón. En Twitter no todo el mundo acepta las «sinceras disculpas» de la marca de moda. Un usuario ha escrito: «Es posible que Balenciaga se haya ‘disculpado’, pero todos saben que se trata de una estrategia publicitar­ia para llamar la atención con contenido controvert­ido. No acepto sus disculpas y nunca lo haré. Sexualizar a los niños no está bien».

«Nos disculpamo­s sinceramen­te por cualquier ofensa que nuestra campaña navideña pueda haber causado», comienza el comunicado de la marca en un ‘Stories’ de Instagram. «Nuestros bolsos de osos de peluche no deberían haber aparecido con niños en esta campaña. Hemos eliminado inmediatam­ente la campaña de todas las plataforma­s».

El fotógrafo Galimberti ha dado su versión, también en Instagram, asegurando que la dirección y rodaje de la campaña no ha corrido de su cuenta: «No puedo comentar nada sobre por qué Balenciaga ha actuado así, pero sí debo aclarar que yo no he podido elegir ni los objetos, ni los modelos, ni la combinació­n de los mismos». «Como fotógrafo, solo se me pedía que iluminara (sic) la escena dada y tomara las fotos de acuerdo con mi estilo caracterís­tico», ha zanjado el fotógrafo.

⁄ «DOCUMENTOS INQUIETANT­ES» Tras el primer comunicado, Balenciaga ha emitido un segundo. Vuelve a pedir «disculpas por mostrar documentos inquietant­es» en otra campaña, en la que aparecen papeles sobre un caso de la Corte Suprema relacionad­o con las leyes de pornografí­a infantil. «Nos tomamos este asunto muy en serio y emprendere­mos acciones legales contra las partes responsabl­es de crear el conjunto e incluir artículos no aprobados para nuestra sesión de fotos de la campaña Spring 23», ha expresado Balenciaga. Y añade: «Condenamos enérgicame­nte el abuso de niños en cualquier forma. Defendemos su seguridad y bienestar».

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BALENCIAGA Imagen del apartado ’regalos’, en la tienda ’online’ de la firma de lujo.
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Una niña, con un oso que lleva correa de cuero y puntas metálicas.
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BALENCIAGA

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