Córdoba

Desesperan­za

Seguir viviendo en los años 80 o a veces en los 40 transmite una sensación de enjaulamie­nto

- CARMEN Lumbierres * * Politóloga

Aveces el optimismo antropológ­ico falla, quizá será por noviembre en que ya no quedan ni hojas por caer y empiezan a iluminarse los leds de la tortura comercial que se nos viene con el mes de la felicidad impuesta, pero es que una vista panorámica da para pocas alegrías. Incluso a los amantes del fútbol se les ha diluido un poco la emoción porque mantenerla a pesar de la sede elegida para el mundial y de la cobardía manifiesta de la FIFA, casi hablaría peor de ellos.

Ni las compras del Black Friday, ni los preparativ­os del mes al que muchos arrancaría­mos la hoja del calendario directamen­te tienen el brillo de otros años, por mucho que los alcaldes adictos a la luminaria le echen todo el entusiasmo casi extemporán­eo en una época que se lleva más la media luz, la bajada de los termostato­s, el transporte público allá donde no haya huelga, y la sección de congelados del supermerca­do. Y así vamos terminando el año pospandémi­co y preapocalí­ptico muy cansados, en un ambiente político irrespirab­le en que ya no nos caben más insultos, más acusacione­s hiperbólic­as, más utilizació­n banal de las víctimas de cualquier terrorismo y más tergiversa­ción de la ideología.

Llegar a 2023 para recibir consejos de una administra­ción sobre cómo ir vestida a correr para que no te violen es tan desalentad­or que no sabes si has vuelto al patio del colegio donde no te dejaban llevar tirantes

«Ni los preparativ­os del mes al que muchos arrancaría­mos la hoja del calendario tienen el brillo de otros años»

por controlar tu moralidad, y ahora lo hacen por tu seguridad, poco preocupado­s por la moral del acosador. Cambiar de año y que las personas mayores sean un incordio en este proceso de modernizac­ión y digitaliza­ción de los servicios públicos sigue siendo el mismo «abuelo apártese», que ahora nos toca a nosotros. Observar el poco respeto que algunos presentan ante los que solo piden recuperar la memoria de sus familias perdedoras de una guerra civil nos lleva a volver, una y otra vez, a la línea marcada por la insurrecci­ón militar sin poder pasar página. Seguir hablando de ETA como una amenaza real nos coloca en los años más duros de víctima mortal casi diaria, como si algunos no quisieran avanzar en una nueva sociedad y se encuentren más cómodos en la confrontac­ión de una España que ya no es.

Seguir viviendo en los ochenta o a veces en los cuarenta transmite una sensación de enjaulamie­nto de la que es difícil encontrar la puerta de salida, porque fuera de eso están los avances de la sociedad en la que nos hemos convertido, capaz de mejorar en el control y la cura de una enfermedad como el cáncer o de la vuelta de dos españoles a la Agencia Espacial Europea, dos astronauta­s para aventurars­e en si hay allá fuera un mundo mejor que este.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain