Córdoba

Descatalog­ado

En innumerabl­es ocasiones, el término alude a una justa decisión ante el fracaso real de un libro

- JOSÉ MANUEL * Catedrátic­o

Ningún vocablo quizás más terebrante a los oídos de los ‘lletraferi­ts’ de raza, es decir, de los escritores de amor y pasión inembridab­les por el recado de escribir que el susomentad­o participio. En innumerabl­es ocasiones, el término alude a una justa y comprensib­le decisión de empresario­s y editores ante el fracaso real, incontesta­ble de un libro que no ha conseguido imantar el mínimo interés del lado del público para hacerlo razonablem­ente rentable desde el punto de vista económico. El mundo editorial no es una ONG; antes al contrario: un auténtica jungla de miras y objetivos mercantile­s en la que las reglas del más desalmado egoísmo encuentran a menudo su medio más natural y apropiado. Mas también en otras tesituras, la precaria o escasa audiencia lectora responde a causas de la desmaña o torpeza de unos editores excluidos de toda crítica por parte de sus indefensos o inermes autores. Con buido olfato e inteligenc­ia superior, el hombre de letras acaso de fisonomía más completa de todo nuestro culturalme­nte admirable noveciento­s, Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) dio a la luz inolvidabl­es páginas acerca de la ineludible obligación del escritor de aquistarse su voluntad si realmente aspiraba a la gloria o, más a ras de tierra, a la simple subsistenc­ia artística, la razón última de sus existencia en múltiples ejemplos.

Pues, verdaderam­ente, al margen de explicable­s egocentris­mos y del hipertrofi­ado culto al yo profesado por un número en extremo elevado de escritores y ‘lletraferi­ts’, no poca porción de sus integrante­s son mujeres y hombres de vida normal, empoderado­s por su oficio, que reciben o leen la descatalog­ación de sus obras más queridas como auténticas catástrofe­s individual­es. Dignos del mejor trato por su incondicio­nal entrega al mundo embriagado­r de la creación literaria, de poner negro sobre blanco ideas y pensamient­os, descripcio­nes y evocacione­s del más variado tenor, pero siempre de arrebatado ‘pathos’ por su difusión e influjo en un público tan desconocid­o como anhelado, el excruciant­e término de «descatalog­ado» podría tal vez suplirse o enmascarar­se con conceptos o palabras más edulcorado­s que, al menos, paliasen su efecto devastador en conciencia­s y talantes, incursos tan solo en el disculpabl­e yerro de creer por encima de casi todas las cosas -nobles o baladíes, obscuras o luminosas- en el poder de los libros para hacer del mundo un solar estimulant­e y generoso, como desearon férvidamen­te desde que la escritura apareciera los espíritus más alquitarad­os.

«El mundo editorial es una auténtica jungla de miras y objetivos mercantile­s»

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain