Córdoba

El PSOE teme que Sánchez apoye la reforma de la malversaci­ón

Dirigentes socialista­s no entienden la actitud del presidente ante un cambio por el que presiona ERC Los republican­os quieren que la variación legal se relacione con aquellos casos ligados a la sedición

- JUAN RUIZ SIERRA

Cuando le preguntaro­n por la reforma de la malversaci­ón, Félix Bolaños hizo una pausa. «Bueno, mire, el PSOE y Unidas Podemos han presentado una proposició­n de ley para europeizar nuestro Código Penal sobre la sedición (…). Ese es el compromiso del Gobierno. Después otros grupos, como Esquerra, han dicho que también se pueden retocar otros delitos, como la malversaci­ón. Cada grupo es libre de presentar enmiendas y nosotros en ese momento las analizarem­os. Pero tolerancia ninguna con la corrupción», contestó el pasado martes el ministro de la Presidenci­a en la cadena Ser.

«¿Eso quiere decir que no cree que haya que retocar la malversaci­ón?», le insistiero­n.

«No –respondió Bolaños–. Eso quiere decir que en España, cuando gobernaba el PP, la corrupción era el primer o segundo problema para los españoles. Ahora uno no lo encuentra en la lista: está abajo del todo. Y por tanto, esa bandera de la decencia y la integridad la vamos a seguir manteniend­o, sin ninguna duda».

Son este tipo de declaracio­nes ambiguas, que dejan todo abierto, intentan desviar el foco hablando del PP e incluso abonan el terreno argumentat­ivo para acabar apoyando un cambio del delito de malversaci­ón, las que llenan de inquietud al PSOE. Resulta difícil, casi imposible, encontrar a un dirigente o líder territoria­l socialista que respalde esta hipotética reforma para rebajar las penas asociadas a este delito.

LA INCOMPRENS­IÓN El partido no acaba de entender qué interés puede tener el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la hora de apoyar una modificaci­ón de este tipo. Aún menos a la luz de lo que ha ocurrido con la ley del solo sí es sí, que ha permitido que agresores sexuales salgan de la cárcel antes de lo previsto, en aplicación de la retroactiv­idad de la norma más favorable al reo.

Los republican­os quieren que el cambio normativo sobre la malversaci­ón se circunscri­ba a aquellos casos ligados a la sedición, siempre que no exista lucro personal o de terceros, algo que podría permitir acortar la inhabilita­ción que pesa sobre Oriol Junqueras, presidente de ERC, y también impedir el ingreso en prisión de varios antiguos cargos de este partido encausados por el proceso independen­tista.

Pero una reforma de este tipo, que tampoco acaban de respaldar en Unidas Podemos ni en otros grupos en los que siempre se apoya el PSOE, como el PNV, resulta extremadam­ente complicada y puede traer también consigo efectos no deseados.

«¿Y si esto permite la salida de cárcel de dirigentes del PP como Francisco Granados o Eduardo Zaplana? ¿Cómo lo vamos a justificar?», se pregunta un veterano dirigente del PSOE. Pero de la modificaci­ón también se podrían beneficiar antiguos cargos socialista­s como José Antonio Griñán, expresiden­te de Andalucía, condenado a seis años de prisión por el caso ere, algo que pondría en cuestión esa «tolerancia cero con la corrupción» de la que hablaba Bolaños en la entrevista.

⁄ CERRAR LA MESA DE DIÁLOGO Así que el PSOE no lo ve. El único argumento ante esta hipotética reforma, según otro miembro de la dirección socialista, sería «terminar de quitar todo halo de victimismo a ERC por las penas de cárcel y clausurar la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalita­t, que al fin y al cabo tenía entre sus objetivos desjudicia­lizar el conflicto político en Cataluña».

Los republican­os, en principio, registrará­n esta semana (el plazo termina el próximo viernes) la enmienda parcial a la reforma de la sedición, que sustituye este delito por el de desórdenes públicos, para incluir también la malversaci­ón. Miembros del partido liderado por el presidente Pere Aragonès señalan en privado que casi todo está ya pactado con la Moncloa. Aquí, explican, hay cierto reparto de papeles, por el que socialista­s y morados se presentan como proponente­s del cambio en la sedición y ERC en el caso de la malversaci­ón, para que no aparezca Sánchez como impulsor de esta última modificaci­ón.

Eso explicaría la actitud de la Moncloa. «No hay ninguna negociació­n con ERC sobre la malversaci­ón. Ninguna», insiste un miembro del Gobierno. Sánchez también suele echar balones fuera cuando le preguntan. La semana pasada, por ejemplo, el jefe del Ejecutivo subrayó, citando el artículo 155 de la Constituci­ón, que una reforma penal de este tipo no dejaría al Estado sin herramient­as frente a un nuevo desafío independen­tista como el de 2017. «Si [los republican­os] presentan una enmienda, la estudiarem­os», añadió. La incógnita se resolverá dentro de unos días.

La formación socialista teme que el cambio beneficie a corruptos ya en prisión

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DAVID CASTRO Pedro Sánchez y Pere Aragonès, en la Moncloa, el pasado julio.

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