Actual y abierta, así es la ESAD a los 75 años de su creación
La Escuela Superior de Arte Dramático de Córdoba es todo un referente académico que formó parte de los ‘siete originarios’
La Escuela Superior de Arte Dramático de Córdoba (ESAD) se emplaza en un insigne edificio que a través de los siglos pasó de mano en mano por varios linajes cordobeses.
Más allá del edificio, la historia cuenta que en sus orígenes estaba integrada en la estructura del antiguo Conservatorio Superior de Música y Declamación. La Escuela Superior de Arte Dramático se remonta al año 1947 tras la creación de este tipo de estudios por parte de Miguel Salcedo Hierro. A partir de ese momento, el centro estuvo dedicado a la enseñanza teatral. Tras muchos esfuerzos realizados por su fundador, en el año 1981 se consiguió el carácter autónomo de la propia escuela de arte dramático, separándose del Conservatorio de Música, al que había estado vinculado desde siempre. Miguel Salcedo Hierro, además de impulsor de las enseñanzas de teatro, fue cronista de la ciudad, catedrático y director de la escuela hasta su jubilación en 1988.
Fue a raíz de ese gran paso de autonomía académica cuando pasó a denominarse Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, como centro unitario con el actual Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río, con el que comparte el edificio. En 1995 se produjo la separación de ambos, funcionando desde entonces de manera independiente. El 27 de marzo de 2007 la Escuela cambió su nombre al actual y oficial de Escuela Superior de Arte Dramático Miguel Salcedo Hierro.
Desde entonces, son muchos los sueños y proyectos que se han forjado en las aulas de la Escuela, tantos como alumnos han pasado por ellas acompañados siempre de equipos directivos y profesorado que se han volcado por hacer de este centro lo que hoy es, todo un referente académico, vanguardista y abierto .
Pero qué mejor que conocer la historia y recorrido de la ESAD de manos de sus protagonistas. Una de ellas es María Luque. Ella fue profesora de Literatura Dramática entre 1978 y 2019, año en el que se jubiló. En todo este tiempo pudo ejercer de jefa de estudios y directora en el período de 1999 a 2005. María recuerda que ella empezó a estudiar arte dramático en 1975, un momento en el que estos estudios eran simplemente una titulación de tipo profesional que servían para impartir clases en centros de arte dramático pero no tenían ninguna equivalencia. El gran cambio, señala, vino con la Logse porque con ella se reconocía la categoría de formación superior con igual valor, a todos los efectos, a una licenciatura universitaria y dentro del marco europeo de educación superior. «Fueron unos años de muchos cambios, recuerdo que tuvimos que aportar todos los planes de estudio que habíamos tenido para que se reconocieran todas las titulaciones, desde las más antiguas a las experimentales», subraya.
La ESAD de Córdoba pertenece a los «siete originarios», es decir, las siete primeras escuelas de arte dramático que hubo en nuestro país. Junto a la de aquí estaban la de Sevilla y Málaga en Andalucía y el resto se distribuían por Madrid, Barcelona, Valencia y Murcia.
En las memorias de María caben infinidad de anécdotas y momentos, porque 40 años de una vida profesional dan para todo eso. «Imagino que la mayoría de los que hemos pasado por aquí conservamos vivencias muy entrañables, sobre esas personas que conocimos en la Escuela, que también fueron nuestros profesores, algunos de los cuales ya no están entre nosotros, como el impulsor de todo esto, el profesor Miguel Salcedo Hierro, y tantos alumnos que hoy día son docentes», evoca María. Y no se equivoca.
Ángela Moya, directora de la ESAD de 2009 al 2013, vivió dos momentos especialmente importantes para la Escuela. Uno fue la rehabilitación del Palacio de las Quemadas (actual edificio). «Durante el tiempo que el edificio estuvo en reformas, recuerdo que habilitamos espacios en pasillos del Conservatorio de Danza, con el que compartíamos espacio porque nuestros horarios no eran coincidentes», apunta Ángela, que explica que esta situación se dio así «porque nuestras asignaturas son muy peculiares y se hacen en espacios carentes de mobiliario, sin pupitres ni sillas, y aquella opción nos pareció la más adecuada, tanto que estuvimos así dos años, hasta 2013, cuando se acabó la reforma». El otro punto clave que vivió como directora fue la adaptación académica al Plan Bolonia. Con el Real Decreto 1416 del 2009 se estableció la ordenación de las Enseñanzas Artísticas Superiores. «Recuerdo que durante meses todos los directores y directoras de las escuelas de arte dramático y de los conservatorios de música y danza de toda Andalucía nos reuníamos en la Consejería de Educación en Sevilla para dirimir y resolver asignaturas y horarios... haciendo un plan de estudios conjunto». Este trabajo dio paso al Decreto 259 del 2011, que es el que estableció las Enseñanzas Artísticas Superiores de Andalucía. «Nuestra escuela empezó el Plan Bolonia en el curso 20112012, algo de las cosas más importantes que se hicieron porque acarreó también mucha responsabilidad por parte de todo el claustro», apunta.
Paco García Torrado ingresó
como profesor de Interpretación de la ESAD en 1994. Allí realizó durante 27 años (hasta el 2020) su labor como docente además de una gran cantidad de montajes teatrales como director de escena. Paco formó parte de la Compañía cordobesa La Buhardilla desde su fundación en 1977 hasta su desaparición en 2002. «Este colectivo recorrió en su trayectoria casi toda España, Francia, Italia, Portugal, Chile, Argentina y Uruguay entre otros países. Mi labor artística en este equipo fue la de director y actor», señala. Durante años, compatibilizó ambas actividades. Para Paco, evocar a la ESAD es traer al presente gratos recuerdos, «he de puntualizar que durante todo este tiempo tuve la oportunidad de formar artísticamente a actores destacados como Álvaro Morte, Luz Valdenebro, Paco Rodríguez, María Morales y Esperanza Guardado, entre otros». «Mi estancia en esta escuela cordobesa ha sido plenamente satisfactoria y muy fructífera. Tanto, que aún siento una inmensa nostalgia de esas inolvidables vivencias», confiesa.
Uno de estos alumnos que a los que Paco dio Interpretación es Esperanza Guardado, actriz cordobesa que es pura energía y derrocha naturalidad a raudales. Aunque vive en Madrid, se ha desplazado a su ciudad natal para ofrecer una masterclass a los alumnos de último curso de la Escuela. A su juicio, todos los que, como ella,
Miguel Salcedo Hierro fue el fundador de la escuela tal y como se conoce hoy día La ESAD fue una de las siete primeras escuelas de arte dramático que hubo en nuestro país
han pasado por la ESAD «nos llevamos con nosotros unos momentos súper emocionantes, vivimos la escuela con mucha intensidad, porque llegamos a un sitio, con esa fuerza de la juventud, donde todo el mundo quiere lo mismo que tú y es una maravilla». A modo de anécdota, cuenta que de su promoción tiene pocos compañeros porque eran muy pocos en clase, «estábamos tres», destaca para admitir que aquella situación «era algo fantástico porque se puede decir que teníamos clases particulares». «Creo que es algo histórico porque muy pocos actores han recibido una formación pública tan personalizada», ríe. En una profesión en la que es «difícil sobrevivir», Esperanza ha conseguido posicionarse
y vivir de ello. Sabedora de esas dificultades, recomienda a los actuales alumnos de arte dramático «que sigan adelante, porque es una carrera complicada pero es cierto que hay mucha gente que abandona antes de tiempo, hay que aguantar y mantenerse ahí». Y damos fe de que es así, al menos en su caso. Ahora mismo, tiene en cartera a punto de estrenar en TVE la serie La Caza: Guadiana, un proyecto hecho en Andalucía por actores andaluces y en el que se habla «de nuestra tierra y donde también aparecen otros dos actores cordobeses, Juan Lu González y Helena Kaittani», y la película Me he hecho viral, del director Jorge Coira, cuya fecha de estreno aún no se conoce y en la que
Esperanza interpreta a un personaje, según dice, «muy chulo».
Un largo recorrido
La ESAD lleva en su mochila una historia llena de avatares. Puede enorgullecerse de ser la más antigua de Andalucía y la segunda escuela más longeva de España, después de la RESAD de Madrid. Desde su cátedra de Interpretación, Miguel Salcedo Hierro luchó por conseguir que se otorgase a los estudios de Arte Dramático la categoría y el reconocimiento que les correspondían, pues aunque estaban recogidos en el llamado plan de 1942 (normativa con la que el Ministerio de Educación reorganizó los conservatorios), y reglamentados desde 1951 (de ahí el antiguo
nombre de Conservatorio Profesional de Música y Escuela de Arte Dramático), siempre se ha topado con dificultades y carencias de todo tipo. «Impartimos unos estudios muy complejos, bastante desconocidos, poco valorados y reconocidos socialmente», afirma la actual directora del centro, Raquel Jurado. Desde el punto de vista normativo, «quedan pendientes, sin embargo, algunos logros que dependen de las administraciones», asume. No obstante, gracias la visión y al impulso de las diferentes directivas, y al esfuerzo y compromiso de amplios sectores de profesorado y alumnado, la ESAD ha crecido y ha progresado al ritmo de los tiempos, y continúa enfrentando nuevos retos, cocando mo «la esperada adecuación normativa, la inmersión digital, o la investigación en el ámbito artístico» enumera Raquel.
Esta Escuela está forjada con un estilo propio que le hace avanzar rápidamente, adaptándose a las exigencias del mercado actual y persiguiendo la excelencia en la formación tanto de profesorado como alumnado. «La ESAD es un centro abierto, actual, activo, entusiasta, líder, creativo y orientado a la investigación», apunta la directora. En este punto destaca el grupo de trabajo, de larga trayectoria, que ha publicado ya tres números de la revista digital Ar.es, publicación propia dedicada a la investigación teatral que ha colaborado con la Universidad de Estrasburgo en la publicación de un número específico de la prestigiosa revista Recherches, y que continúa ampliando su alcance internacional con un nuevo proyecto en el que están involucradas otras universidades europeas, destaen particular La Sorbona, y que verá la luz en 2024. Para conmemorar este 75 aniversario, el Festival Marzo a Escena de este curso estará dedicado a compañías formadas por profesionales que se han formado en esta escuela, en las que el antiguo alumnado es protagonista, cuyos espectáculos ya se han estrenado con éxito en otras salas, así como proyectos de nueva creación que serán estreno absoluto. «También incluirá mesas redondas y encuentros con profesionales de renombre en el ámbito escénico y homenajes a destacadas figuras de la Córdoba teatral», añade la directora, quien también anticipa que en los meses de mayo y junio se presentarán los montajes y productos artísticos que se realizan en la escuela, y que estarán abiertos tanto a centros escolares como a toda la ciudadanía. Será en el Teatro Duque de Rivas, la «Joya de la Corona» de la Escuela. Se trata d el segundo teatro profesional de dimensiones más grandes de Andalucía, propiedad de la Junta y vinculado por normativa a la ESAD. ¡Arriba el telón!.
En este centro se han formado actores como Esperanza Guardado o Álvaro Morte, entre otros La escuela ha evolucionado al ritmo de los tiempos y sigue asumiendo nuevos retos