TVE estrena la docuserie ‘El asesino de la baraja’
Tres capítulos recuerdan el caso ocurrido en Madrid en 2003 ▶
El homicida mató a sangre fría a seis personas y lo intentó con otras tres antes de entregarse a la policía
Nueva cita con un género que funciona de maravilla en televisión, el true crime. Esta noche (23.00 horas), en TVE, estreno de El asesino de la baraja, nueva serie documental original de RTVE Play. Esta nueva muestra del género sigue, paso a paso, la investigación realizada para cazar a un asesino en serie que atemorizó Madrid en 2003. Los tres capítulos, de 45 minutos, se estrenarán en TVE y en RTVE Play, la plataforma de contenidos y directos de RTVE.
Producida por RTVE en colaboración con Goroka, El Asesino de la baraja ha contado con la producción ejecutiva, y el indudable sello, del periodista catalán Carles Porta, director y presentador de la serie Crims, que emite TV-3 en catalán y ofrece posteriormente Movistar Plus+, en castellano, con la que obtuvo el premio Ondas.
Se trata de un relato trepidante que se articula través de entrevistas realizadas a los que, en su día, formaron parte, de una forma u otra de esta impactante historia. También ofrecen su testimonio los investigadores de la Policía Nacional y la Guardia Civil que trabajaron en el caso, los periodistas de sucesos que siguieron minuciosamente los avances en la investigación, así como abogados y las víctimas que pudieron sobrevivir a los ataques. También se cuenta con la presencia especial del criminólogo Vicente Garrido, que hace de perfilador criminal para lograr dibujar la mente del criminal.
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EN JAQUE Alfredo Galán, más conocido como El asesino de la baraja tuvo atemorizado durante largos meses a los ciudadanos de la Comunidad de Madrid. El hombre dejó, tras sus pasos, seis asesinatos, mientras que otras tres personas pudieron zafarse de sus impulsos asesinos. Galán mataba a sangre fría, al azar y con una seña de identidad que le definiría: dejaba un naipe en cada una de las escenas. Tras muchas investigaciones, la policía detuvo a un hombre en Alcalá de Henares, Francisco Javier Antuñano. Pero él no era El asesino de la baraja. El 3 de julio de 2002, Alfredo Galán se entregó en la comisaría de Puertollano (Ciudad Real), su ciudad natal. Ahí vivían dos de sus hermanos y su padre, viudo, que más tarde sufriría un infarto. Galán fue condenado a 142 años de prisión. El tribunal acordó elevar al máximo la pena, dado el desprecio hacia la vida humana que había manifestado.
Aun así y, de acuerdo a la legislación española, cumplirá 25 años.
Los investigadores piensan que el objetivo principal de Galán con sus asesinatos era el de ser conocido. Había pasado durante sus años de instituto sin pena ni gloria. Nunca había destacado en nada. Los expertos están convencidos que Galán quería saber lo que sentía al matar. Probablemente ese subidón de adrenalina, pero lo único que obtuvo fue la nada. No sentía nada. Él era su mayor seguidor: seguía las noticias sobre sus propios crímenes, según pudieron comprobar los agentes en los recortes encontrados en su casa. También, hacía comentarios sobre el asesino de la baraja a sus familiares y amigos, incluso en bares.
CINEMATOGRÁFICA/ ESTÉTICA El asesino de la baraja tiene una estética totalmente cinematográfica y una estructura narrativa de thriller, además de contar con un material gráfico y sonoro del archivo judicial y policial que nunca antes había visto la luz y que aporta una valiosa información al relato. El estilo visual, los tipos de planos y la puesta en escena recuerdan a las grandes películas del cine negro de los años 70, dirigidas por Don Siegel, Sidney Lumet y William Friedkin.
Además de los tres episodios, la docuserie, dirigida por Román Parrado con guion de Enric Álvarez y producción ejecutiva de Goroka, la productora de Crims (con Guillem Cascante, Ruben Mayoral y Carles Porta al frente), contará con un capítulo extra transmedia, a modo de epílogo, en el que se traza el perfil criminal del asesino a través del análisis de expertos, y que también estará disponible, muy pronto, en RTVE Play.