El avión de Miraflores será retirado si no se dota de contenido cultural
El alcalde intenta recuperar una aspiración que nunca llegó a conseguirse
El alcalde de Córdoba, José María Bellido, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de retirar el avión del Balcón del Guadalquivir si no se dota de contenido cultural, como se planteó hace ya muchos años. La infraestructura, colocada en 2011 cuando la ciudad aspiraba a ser capital europea de la cultura en 2016, ha sido objeto de ocupaciones y hace un par de noches salió ardiendo el cuadro de mandos. En las imágenes, difundidas por el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), se puede ver el interior de la aeronave lleno de basura, a pesar de que las puertas se sellan para que nadie puede acceder.
Ante esto, el alcalde entiende que solo hay dos posibilidades: o se hace algo dentro del avión o se quita de allí. Bellido reconoció ayer que el avión «no ha aportado mucho» en los últimos años, partiendo de la base de que su utilidad es meramente decorativa. Se trabajará, eso sí, por intentar hacer algo en su interior que tenga un aire cultural.
El alcalde barajó la posibilidad
de que sea la Delegación de Juventud la que estudie esta posibilidad de hacer algo dentro de la aeronave, sin descartar que sea Cultura o Casco Histórico. En cualquier caso, se estudiará la viabilidad de que esto sea así, desde el punto de vista técnico y económico. De no ser factible, lo más probable es que el avión diga adiós al Balcón del Guadalquivir.
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LA HISTORIA DEL AVIÓN El Douglas D-C7 instalado desde 2011 en el
Balcón del Guadalquivir pretendía ser una especie de centro cultural en el que desembocara el arte audiovisual cordobés en mitad de la aspiración de Córdoba a ser capital europea de la cultura en 2016. Aquella idea convenció a Francisco Agulló, un piloto suizo de origen español, a donarlo, con la condición de que tuviera un contenido cultural.
En el interior habría hasta diez pantallas, sonorización, equipo para presentaciones y wifi,
entre otras cosas. Sin embargo, nadie ha sido capaz de dar sentido al avión cultural y tampoco se atendieron propuestas como su desmantelamiento, que pidió el PP cuando estaba en la oposición.
El Ayuntamiento llegó a adjudicar su explotación a una empresa que quería montar una cafetería y una especie de auditorio. En el anterior mandato ya se planteó la posibilidad de que el avión se despiezara y se retirara del Balcón del Guadalquivir.