Tres generaciones en lucha por la igualdad
Los roles de género y la discriminación son menos latentes gracias a mujeres que han allanado el terreno para hacer el camino más fácil
Tres generaciones de mujeres se han visto lastradas por la desigualdad de género de una sociedad que sigue marcando sus roles, sus tiempos y que sigue liderada por hombres. Cada una de las generaciones, con su actitud, experiencia, madurez y ganas ha abierto el camino a la siguiente, quitando las piedras del sendero, para que el paso sea más fácil.
Las tres celebran los logros conseguidos por muchas mujeres a base se esfuerzo y siguen reivindicando la necesidad de seguir peleando por llegar a una igualdad real. Las tres tienen diferencias, visiones y experiencias distintas pero tienen clara una cosa: el 8M, Día Internacional de la Mujer, sigue siendo necesario para reivindicar derechos. Tampoco les queda ninguna duda de que no son inferiores y, aunque a veces se lo hayan hecho ver, jamás se han sentido por debajo de ningún hombre. Por ello, se han dejado y se dejan la piel para demostrarlo con creces, aunque el esfuerzo para ellas tenga que ser el doble en ocasiones.
No obstante, a todas ellas les han inculcado alguna vez valores de sumisión y cuidado que a lo largo de los años, teniendo como referentes a generaciones pasadas, han ido evolucionando.
Frasquita, con 88 años, se desvive por cuidar a «los suyos». Lo lleva innato. Fernanda, con 52 años, siempre tuvo claro que su actitud era la innovación y el seguir creciendo a pesar de que le inculcaron el aprender a coser, a bordar, a ser una buena esposa para que su marido estuviese contento. Un papel que ella misma rechazó, a pesar de que ha tenido que lidiar con ello durante toda su vida. Sigue al frente de su casa y a la vez no para de formarse y trabajar. Eugenia, con 26 años, dice de ese rol que «soy mucho más que eso y quiero seguir descubriendo quién soy. La persona con la que decida compartir mi vida tiene que tener claro el concepto de igualdad». Ellas son muestra de que la sociedad evoluciona, aunque el camino aún sea largo.