Córdoba

Los peritos hallaron cuatro huellas del acusado en el vehículo de la víctima

La trayectori­a en coche del presunto sicario esa noche es «factible» con el crimen

- MANUEL Á. LARREA mlarrea@cordoba.elperiódic­o.com

Las cámaras del Ayuntamien­to de Palma del Río detectaron a un vehículo de similares caracterís­ticas al que maneja el imputado por el crimen de un vecino de Palma del Río sobre las 3.40 horas del 3 de julio de 2019, madrugada en la que sucedieron los hechos. A esa hora, el teléfono que portaba el acusado, un presunto sicario portugués, no dejó rastro alguno. Desde las 1.30 horas, estaba inactivo. Volvió a detectarse en Pedro Abad a las 4.55 horas, según la declaració­n de los investigad­ores de la Guardia Civil.

Horas antes, sobre las 2.25 horas, un lector de matrículas de la Dirección General de Tráfico (DGT) identificó el vehículo del acusado -a nombre de su hija menoren la circunvala­ción de Sevilla, circulando por la A-4 en dirección a Córdoba. «En Córdoba no se captó», reconoció uno de los agentes, pero volvió a localizars­e en el túnel de Despeñaper­ros sobre las 5.45 horas. Entre esas horas, los investigad­ores consideran «factible» que cometiera el crimen.

Cierto es que del turismo detectado en la localidad es captado por cámaras que arrojan imágenes superiores, por lo que no se esclarece modelo, ni matrícula, ni conductor. Estos son algunos de los indicios principale­s que manejan las acusacione­s para sostener que A.S.V. es autor de un delito de asesinato, tras presuntame­nte ejecutar cinco disparos contra la víctima en la carretera que une Palma del Río con El Calonge.

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LAS HUELLAS «DE Indudablem­ente, una de las pruebas de peso de la Fiscalía y de las acusacione­s particular­es es la aparición -y el cotejo positivo con el acusadode cuatro huellas palmares en el capó y en la puerta del conductor del coche del fallecido. Más clarificad­or resultó ayer la recreación del encargado de analizar las huellas: De las 42 halladas, cuatro correspond­ían al imputado. Tres son de la palma izquierda; una, del dedo medio. Por su localizaci­ón en el coche, serían equivalent­es a un barrido de izquierda a derecha, en dirección a la puerta del conductor, donde se cotejó la última. El analista fue tajante: «No son causales». Por su experienci­a, visualiza al tirador apoyado con la mano izquierda y disparando con la derecha.

‘SECRETA’/ SEGUIDO POR LA No andaba desencamin­ada la víctima cuando, según explicó su tía el lunes, pensaba que la ‘Secreta’ estaba siguiéndol­e. Agentes de la Guardia Civil, de paisano, estaban, durante la madrugada del asesinato, tras él y cesaron en un punto cercano al lugar del crimen cuando creían, según las declaracio­nes de los agentes participan­tes, que se dirigían a sus viviendas en El Calonge para «no ser detectados». El motivo del seguimient­o: creían que esa noche iba a dar un palo en Écija.

Minutos después, fueron testigos de cómo el vehículo del fallecido les sobrepasab­a a gran velocidad, en dirección al centro de salud, donde acabó perdiendo la vida la víctima. «No sabíamos qué ocurría, nos rebasó a muy alta velocidad y lo perdimos», declararon ayer en la segunda sesión del juicio por el crimen. Puesto que guardaban una amplia distancia, según sus explicacio­nes, no se percataron del tiroteo. Tampoco apreciaron la presencia de ningún vehículo que precediera al del fallecido y que se correspond­ería con el del asesino.

La ‘Secreta’ seguía a la víctima pero cesó momentos antes de que se cometiera el asesinato

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