El Cabildo no cerrará al público la macsura durante su reforma integral
Los restauradores trabajan ya en las cubiertas exteriores de la Mezquita-catedral Los trabajos de esta primera fase se alargarán hasta finales del próximo año
El Cabildo de Córdoba quiere mantener abierta al público la macsura de la Mezquita-catedral durante las obras que acometerá en las tres bóvedas interiores, una vez finalice la actuación en las cubiertas de fuera. Actualmente, el equipo de restauradores que dirige el arquitecto Gabriel Rebollo trabaja en la restauración y adecentamiento del exterior de las tres bóvedas, de principios del siglo XX, después de una década de estudios y trabajos previos. La actuación, cuyo coste total asciende a unos 4 millones de euros sufragados por el Cabildo, prevé que «los visitantes no solamente continúen viendo las distintas partes de las tres cúpulas interiores, sino también, si es posible, que puedan ver algo de la restauración», avanzó ayer el deán-presidente del Cabildo, Joaquín Alberto Nieva, durante una visita a las obras del monumento Patrimonio de la Humanidad. «Es un proyecto prioritario para nosotros --añadió-- y no vamos a escatimar ningún esfuerzo económico» ni tampoco que los visitantes puedan perderse esta joya de la cultura islámica y cristiana.
Para la restauración de estas tres cubiertas de la cúpula de la macsura de la Mezquita-catedral se han empezado a retirar las tejas que cubrían la bóveda desde la actuación de principios del siglo XX del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Durante esta intervención, el equipo de conservadores del Cabildo se ha llevado «la buena noticia», en palabras del propio Rebollo, de que las bóvedas de ladrillo sobre las que apoyaban las tejas están «en un estado aceptable» de conservación, lo que permitirá acortar los plazos de ejecución del proyecto, una vez reparadas y reforzadas, manteniendo la misma silueta del edificio.
Además, los arquitectos han localizado una estructura que es un encadenado de madera a modo de cinturón, datada en la época de Alhakén II (siglo X), que estaba tapada con las bóvedas y que sirve para contrarrestar los empujes de la cúpula. «Se han hecho los trabajos previos de montar los andamios, que ha sido un gran esfuerzo de toacometerá do tipo, y también económico. Han sido 130.000 euros, aproximadamente, y ya hemos empezado a desmontar las tejas. Cuando esté acabado y no haya riesgos de humedades ni de goteras pasaremos a restaurar la parte de abajo».
Para permitir que los visitantes puedan disfrutar de la macsura, la obra del interior de las bóvedas no se hará de forma simultánea --lo que permitiría, no obstante, ahorrar tiempo y costes--, sino que se
Siempre habrá, al menos, dos de las tres bóvedas que podrán verse en la visita al monumento
de una en una. De este modo, siempre habrá dos de las tres bóvedas abiertas al público de la Mezquita-catedral, o al menos esa es también la idea del arquitecto del Cabildo, que no descarta incluso que puedan verse en directo los trabajos de restauración.
Respecto a los posteriores en el interior de la macsura, Rebollo informó de que las previsiones son buenas, dado que se encuentran «en un buen estado estructural y sin apenas deterioros». «Nos encontramos con un laboratorio a escala natural --dijo-- que es el propio edificio. Cuando después de mil años con terremotos y problemas de todo tipo se ha portado bien, ha demostrado que está bien construido». En dicha fase, bajo la dirección de la conservadora Anabel Barrena, se acometerá una restauración integral de la decoración, desde mosaicos, pinturas y pavimento.