Algas para mejorar los combustibles verdes
Unidas a bacterias, aumentan la producción y limpian las aguas
El hidrógeno está llamado a convertirse en uno de los combustibles del futuro, pero la investigación trata de hacerlo lo más sostenible y verde posible. La producción de hidrógeno usando consorcios de algas y bacterias es una estrategia que deja de lado el uso de combustibles fósiles o la electrólisis del agua usando energía, que son las formas actuales de producción de este combustible. Dentro de este enfoque, guiado por los principios de la economía circular, la pregunta es ¿cuál es la combinación de algas y bacterias más efectiva? El grupo de investigación BIO128 de la Universidad de Córdoba lleva años buscando esas relaciones de mutualismo donde algas y bacterias se benefician de la unión y dan como resultado una combinación de producción de hidrógeno y biomasa, a la par que limpian las aguas residuales donde crecen.
Ahora, han descubierto la relación de un equipo formado por un alga y tres bacterias que, cuando trabajan en conjunto, son capaces de producir hidrógeno, producir biomasa y, a la vez, limpiar las aguas en las que crecen. Esta combinación ganadora está compuesta por el alga Chlamydomonas reinhardtii y las bacterias Microbacterium forte sp. nov., Bacillus cereus y Stenotrophomonas goyi sp. nov. y la producción de hidrógeno obtenida es la más alta reportada.
La bacteria M. forte ayuda al alga Chlamydomonas a generar hidrógeno. Con la inclusión de las otras dos bacterias se consigue que, mientras se genera, éstas crezcan, produciendo biomasa que luego se puede revalorizar como combustible o fuente de energía. «Este consorcio es mejor porque es más duradero, lo puedes cultivar y obtener durante mucho tiempo hidrógeno y biomasa a diferencia de otros consorcios» explica el investigador David González.