Más de un centenar de parcelaciones podrán lograr luz y agua por varias vías
Urbanismo redacta una guía didáctica con las claves para que estos núcleos poblacionales puedan tener servicios básicos Las más cercanas a Medina Azahara tendrán complicado este objetivo
El presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) de Córdoba, Miguel Ángel Torrico, y el jefe de la Oficina del Territorio, José Tomás Valverde, presentaron ayer la Guía práctica sobre parcelaciones, un documento que, de forma didáctica y con lenguaje coloquial, explica a los distintos núcleos poblacionales qué pasos tienen que dar para conseguir servicios básicos como luz, agua corriente o saneamiento. Según el documento, son 106 las parcelaciones que, a través de distintas vías, podrán conseguir servicios básicos y algunas otras, las que menos, regularizarse por completo. Aunque el fenómeno parcelario cordobés se remonta a los años 60 y 70 del siglo pasado, la guía se edita ahora al calor de la ley Lista, la ley urbanística andaluza que permite adelantar esos servicios básicos al margen de lo considerado como proceso ortodoxo de transformación urbanística.
El contenido
La guía muestra un listado de parcelaciones y su situación urbanística, la que viene marcada en el PGOU. Dependiendo de esa situación, se podrá optar por una vía u otra para conseguir los servicios básicos. Las parcelaciones pueden estar en suelo urbanizable ordenado (tienen aprobado el plan parcial), suelo urbanizable no ordenado (no tienen plan parcial) o suelo no urbanizable o rústico. El menor número de ellas se sitúa en el urbanizable ordenado (las que tienen más fácil conseguir los servicios básicos) y luego hay un puñado que están directamente ya en suelo urbano (como Cuevas de Altázar, la primera y única en conseguir la plena legalidad).
Con respecto a los grupos en los que se dividen estas parcelaciones, 26 se encuentran o bien en suelo urbano no consolidado (como El Sol o El Cruce) o bien en suelo urbanizable ordenado (entrarían núcleos como Encinares de Alcolea, Campiñuela Norte, Doña Manuela o Barquera Sur). Otras nueve pertenecen a la categoría de suelo urbanizable
no ordenado (Quemadillas Sur, Campiñuela Baja Sur o Porrillas Norte). El resto, es decir, la inmensa mayoría hasta ser un total de 71, están en lo que se conoce como suelo rústico. Por nombrar a algunas de este último grupo, en esta situación se encuentran El Bañuelo, La Altea,
El Salado, Llanos de la Vega, Majaneque Oeste, Veredón de los Pinos o Montón de la Sierra.
Tras definir la situación urbanística, la guía expone las posibilidades que tiene cada parcelación a partir de ahora. Las que están en suelo urbanizable podrán seguir el proceso
ortodoxo para ser suelo urbano consolidado y conseguir la plena regularización o ejecutar un proyecto de obras (esto quedaría limitado únicamente a tener servicios básicos). Las de suelo urbanizable no ordenado también podrían seguir ese camino que la guía califica
de ortodoxo o podrán elaborar un Plan Especial de Adecuación Ambiental y Territorial de Edificaciones Irregulares. Las de suelo rústico solo tendrán la posibilidad de elaborar el citado plan (podrán tener servicios básicos, pero nunca se considerarán que están en suelo ordenado).
Otras situaciones
Hay otro grupo de parcelas que no tendrán tan fácil, por no decir que será imposible, que cuenten con servicios básicos. Son aquellas que están en el entorno de Medina Azahara, cuya zona arqueológica al completo es Bien de Interés Cultural. Se trata de Las Pitas, Córdoba la Vieja y Gorgoja II. Sobre estas, Valverde señaló que la aplicación de la norme «ofrece ciertas dudas» que no compete a Urbanismo resolver, sino a la Junta de Andalucía, por ejemplo, a través de la Consejería de Cultura.