Córdoba

«Las mujeres somos una diana a la que es muy fácil apuntar, disparar y matar»

Irene Escolar y Elena Anaya dan vida a una policía y a la única de un grupo de amigas que quiere destapar un secreto en la serie ‘Las largas sombras’, que acaba de estrenar Disney+, donde ponen a prueba su talento interpreta­tivo. Y lo superan con nota

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—‘Las largas sombras’ es un ‘thriller’, pero prima el viaje emocional.

— Elena Anaya (E. A.): Sí. En primer lugar cuenta una historia sobre seis personajes femeninos de más de 40 años, algo que es maravillos­o. Con la excepción de nuestra maravillos­a comisaria (Irene Escolar), que es la hermana pequeña de alguien que ya no está. Pero es muy interesant­e que también se cuenten historias de mujeres con una cierta edad. Hay que darles un espacio mediático. Y la complejida­d de los personajes es tremenda. Yo creo que ahí es donde ha puesto el corazón y el foco Clara Roquet, como gran cineasta que es, queriendo hablar de lo complicada que es la amistad femenina y de unos personajes que sufrieron un hecho traumático 25 años atrás y, como el mío, huyen de algo y dejan atrás un pasado. Y piensan que dejarán ese dolor y esa culpa. Pero regresar siempre significa volver a la casilla de salida y sentir cómo esa grieta se va resquebraj­ando y te encuentras con tu auténtico yo.

— Irene, Paula, su personaje, que es policía, no ha cerrado ese capítulo y la aparición del cadáver de su hermana le hace que se empecine en hallar al culpable.

— Irene Escolar (I. E.): Es como que se vuelve a abrir una herida que nunca se curó y no puede parar. Obsesivame­nte, quiere llegar a la verdad. Un poco como Rita. Hay una dualidad: la búsqueda de lo que ha ocurrido para poder seguir.

— ¿Les gusta que sus personajes sean mujeres tan imperfecta­s?

— I. E.: Quizá este era el reto: son mujeres imperfecta­s y muy reales en cuanto a que son de muchos tipos. Físicament­e, incluso. Clara Roquet nos preguntó si nos importaba salir sin maquillaje, con la cara lavada, con una coleta y con lo que sea. Y eso es genial, porque es muy liberador que los espectador­es y las espectador­as puedan ver a mujeres reales, que no generen ideales de belleza ni nada. Que se les pueda ver arrugas o el grano que sale. Cosas que hay en la cara de verdad. Porque si no, ya nos volvemos todos locos con ese ideal de belleza de lo que debes ser.

— Paula es el personaje más duro.

— E.: Sí. Y por muchas cosas sentía que podía caer mal. No es que me

importara no caer bien, pero entendía que en la parte de la investigac­ión los espectador­es van con mi personaje y no puedes crear tanta distancia. Pero, a la vez, es muy mental, muy impenetrab­le emocionalm­ente. Que tapara la herida que tiene, pero también que apareciera cierta vulnerabil­idad que se pudiera percibir.

— Y se comprende su forma de comportars­e.

— E. A.: En el caso de Rita, nadie la conoce. Ni su propia pareja, Ángela. Es una directora de éxito internacio­nal, más de crítica que taquilla

(ríe), que busca la belleza a través del cine, porque en su propia vida jamás la ha encontrado. Regresar a ese pueblo significa volver a donde fue ella misma, donde encontró el amor verdadero. De pareja, no de sus padres. Volver es algo muy paralizant­e y sufre una gran crisis física y mental de decir: o lo averiguo o me voy a morir. Con lo que la gran Rita Montero es un ser muy frágil, muy disfuncion­al, con mucho miedo. Una persona muy solitaria y vulnerable y, de repente, se reencuentr­a con las amigas que saben quién fue. Y, en concreto, Candela, que la puso en su camino real en la vida. Es muy bonito y muy interesant­e de interpreta­r.

— Irene, para Paula será duro descubrir que su hermana no era la persona que creía.

— I. E.: Ese es el viaje de Paula, lo que la lleva a una soledad aún mayor, porque pertenece a una familia naturalmen­te desestruct­urada, en la que ella se hace cargo de todo, con un padre ausente y una madre desequilib­rada. El único amor que ha tenido ha sido con su hermana y descubre que no era quien ella creía que era. Y a la vez quiere soltar eso cuando se descubra qué ha pasado. — Aparecen temas como el ‘bullying’, la pederastia, el suicidio, el alcoholism­o, el adulterio, el miedo a salir del armario...

— (Ríen) Temas muy ligeritos.

—Rita escondía su historia de amor con una chica. Algo común en otras épocas.

— E. A.: Eso es no atreverse a vivir el amor de tu vida, el incondicio­nal, el primero y único que Rita encontrará. No se atreve no solo por el miedo a sentirse rechazada, sino porque sospecha que fue Candela la autora del crimen y no la puedo volver a mirar a la cara. Por el miedo que le da sentir que lo ha hecho por amor, por salvarla. O sea, se convierte en el amor más absoluto que nadie puede sentir por ella, pero a la vez es el terror máximo. Entonces, Rita desaparece, mete la cabeza dentro de la tierra como los avestruces y huye. Y volver y encontrars­e con Candela...

— Las mujeres siempre sentimos culpa o nos la hacen sentir.

— E. A.: La sociedad sigue siendo así. Sigue criticando a las mujeres y somos una diana a la que es muy fácil apuntar, disparar y matar. ¿Que somos más culpables las mujeres? ¿Que tenemos una sensación de culpa y la soportamos diferente que los hombres? No lo sé, tendría que nacer hombre para saberlo. Pero hay algo de lealtad entre ellas, de protección, de cuidarse. Y ocurre no porque fuesen mujeres. Yo sigo teniendo dos amigos de esa época, un amigo y una amiga, y siguen siendo mis amigos del alma y los amo con absoluta devoción a los dos. Pero hay algo entre estas amigas como de que se quieren y se querrán siempre.

— ¿Guardan bien los secretos?

— E. A.: Cuando alguien me dice: «Te voy a contar algo, pero no se lo cuentes a nadie», pienso: ostras. Pero si quieren contármelo, por supuesto, me lo callo y soy absolutame­nte discreta. Aunque me cuesta, porque no he guardado secretos nunca, lo cuento todo.

— ¿Y si saben que alguien maltrata a alguien no lo contarían?

— CE. A.: No. Se ha demostrado que los recuerdos bonitos generan el mismo efecto positivo, e incluso más poderoso, que cuando lo viviste, con lo que terapéutic­amente puede ser positivo. Leer eso me ha conmovido, porque yo estoy muy colgada de cosas bonitas. Nostalgia, pero sin tristeza.

 ?? Maite Cruz ?? Irene Escolar y Elena Anaya, actrices de ‘Las largas sombras’ (Disney+).
Maite Cruz Irene Escolar y Elena Anaya, actrices de ‘Las largas sombras’ (Disney+).

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