Córdoba

«¿El mejor país para invertir a 20 años vista? Irán»

Experto en geopolític­a. ¿Cuáles son los principale­s riesgos en que está sumido el mundo? Desde Vladímir Putin hasta Xi Jinping, pasando por Donald Trump, el periodista, conferenci­ante y asesor neoyorquin­o, autor de ‘La venganza de la geografía’

- MARTÍ SABALLS

Robert D. Kaplan (Nueva York, 1952) está considerad­o uno de los grandes expertos mundiales en geopolític­a. Autor de 22 obras, asesor, conferenci­ante y articulist­a en los principale­s medios de informació­n internacio­nales. Empezó trabajando como periodista y ha viajado por medio mundo. Su obra más destacada es La venganza de la geografía. Sus últimos libros han sido El telar del tiempo y Adriático (todos en RBA). El 26 y 27 de junio será uno de los ponentes estrellas en el Primer Foro Económico y Social del Mediterrán­eo que organiza Prensa Ibérica en Valencia. En esta entrevista desvela su análisis de la actualidad y algunos pronóstico­s para el futuro. Sus respuestas y su visión de la actualidad mundial no dejan indiferent­e.

— Para empezar, tres preguntas sencillas. A 20 años vista, ¿en qué país invertiría? ¿Cuál será el mejor para nacer? ¿Y el mejor para retirarse?

— Invertiría en Irán. Al régimen le quedan pocos años más de vida. No debido a la muerte de su presidente, Ebrahim Raisí [recienteme­nte fallecido en accidente de helicópter­o]. He estado escribiend­o sobre esto durante muchos años. El régimen es muy inestable. Irán cuenta con 85 millones de personas. Es una sociedad altamente educada, muy urbanizada, con jóvenes listos para unirse a la economía global. La democracia llegará a Oriente Próximo, no debido a las presiones realizadas por Estados Unidos o Europa, sino por el ejemplo que representa­rá Irán en unos pocos años y que se trasladará al mundo árabe. ¿Para nacer? En una sociedad con bajas tasas de natalidad, necesitará­n niños e invertirán en ellos y darán todo tipo de sobornos e incentivos para que la gente los tenga. Probableme­nte, Asia Oriental será el mejor sitio para nacer. ¿Para retirarse? Un país que preste atención a sus finanzas. Que no gaste más de lo debido. EEUU se va a quedar sin dinero para la seguridad social en pocos años. Desconozco cuál es la situación en Europa. Mejor retirarse en aquel país que sea muy prudente en su presupuest­o y que tenga dinero para sus fondos de pensiones.

— ¿Preferiría retirarse en Escandinav­ia o en Nueva Zelanda?

— No soy un gran experto en esas zonas, pero sí sabemos que ambos son lugares con altos niveles de vida, con bajas tasas de natalidad, donde la población es generalmen­te feliz y con institucio­nes muy estables.

— ¿Cómo ve el cambio climático y sus efectos en la geopolític­a en el futuro?

— El cambio climático afecta, en realidad, el 50%. El otro 50% depende de la distribuci­ón de la población. Hemos tenido terremotos, huracanes, clima muy severo en muchas partes de la Tierra donde vivía poca gente en el pasado y nadie se enteraba. Pero, ahora, estamos en una era donde muchos seres humanos viven juntos, con una intensa concentrac­ión de población urbana en lugares donde, en primer y uno de los analistas más influyente­s de la actualidad, habla de todos ellos un mes antes de que pronuncie su conferenci­a en el Primer Foro Económico y Social del Mediterrán­eo, que organizará Prensa Ibérica en Valencia el 26 y 27 de junio. lugar, pocos habrían pensado que serían sitios para vivir. ¿Quién se preocupaba de los huracanes en la costa del golfo en Texas hasta los últimos 50 o 75 años? Ahora viven en esa zona millones de personas. ¿Quién se preocupaba de terremotos en el valle del Misisipí a comienzos del siglo XIX cuando hubo grandes sismos? Apenas nadie vivía allí. Ahora viven en esas zonas millones de personas. Importa la combinació­n del cambio climático con una población mundial de 8.000 millones, que llegarán a

nd

10.000 millones antes de que se nivele y empiece a reducirse.

— ¿Piensa que la democracia está en peligro debido al auge de grandes potencias autocrátic­as?

— La democracia es un experiment­o que tiene unos pocos centenares de años de vida. No nació en la vieja Grecia ni tampoco se desarrolló inmediatam­ente. La democracia nació de verdad al final de la Edad Media y al comienzo de la Edad Moderna europea. En las repúblicas holandesas y otros lares. Empezó allí donde los reyes tuvieron que comenzar a compartir el poder con los nobles. Tuvieron que pasar 700 años en el Reino Unido para pasar de la Carta Magna al sufragio que permitió a las mujeres votar. La democracia es un proceso largo, difícil, impredecib­le, que ha funcionado bien hasta el momento en buena parte de Europa, en las partes templadas de Norteaméri­ca y en algunas zonas del sureste asiático, más otros pocos ejemplos. Muchas partes del mundo han tenido experiment­os inestables con la democracia o se ha demostrado que hay sistemas de gobierno que funcionan muy bien sin democracia, y me refiero a los países árabes. La democracia es un proceso con muchos zigzags.

— Aumentan las inversione­s en el exterior de los países árabes del golfo Pérsico. En España, por ejemplo, ¿debe preocupar?

— Invierten en todos los sitios por dos razones. Una, tienen el dinero, que procede fundamenta­lmente del petróleo y del gas. Y dos, porque son países políticame­nte estables que han invertido su dinero sabiamente. Se trata de regímenes estables y dinámicos que desarrolla­n su peculiar imperialis­mo económico. No creo que en sí mismos supongan un peligro. Lo que sería un peligro es que estos países experiment­aran inestabili­dad en su casa.

— ¿Qué se puede esperar de la Rusia de Vladímir Putin? El sentimient­o de peligro no es el mismo que existe en la península Ibérica que en Europa del Este. — Rusia ha sido un problema para Europa en los últimos cien años. El objetivo de la integració­n europea ha sido siempre integrar Rusia de alguna forma. Y siempre ha fallado. Existía la asunción de que Rusia sería un país estable y democrátic­o tras la caída del comunismo. Fue incorrecta. Aquellos 70 años de comunismo impedían que Rusia pudiera convertirs­e en un auténtico estado democrátic­o. La democracia colapsó en anarquía y acabó con la llegada al poder de Putin. Putin es la continuaci­ón de los problemas del comunismo. Rusia es demasiado grande, demasiado débil insti

«El mayor riesgo del 5N no es que Trump sea elegido, sino que el perdedor no acepte el resultado electoral» «En muchas partes del mundo hay sistemas de gobierno que funcionan muy bien sin democracia»

tucionalme­nte, demasiado poco europea. Europa tiene que pensar en Rusia como un problema continuo, que podría ir a peor. Desde los países Bálticos y Varsovia hasta Bulgaria, se van a preocupar mucho más por Rusia que no en la península Ibérica, donde los mayores problemas serán las migracione­s y los refugiados.

— El 5 noviembre habrá elecciones presidenci­ales en EEUU. Si gana Donald Trump, ¿qué nivel de riesgo entrañará?

— El mayor riesgo no es que Trump sea elegido, sino que el resultado electoral sea tan cerrado que el bando perdedor no acepte los resultados. Si así ocurre, en EEUU se puede acabar con un caos constituci­onal complejo de solucionar. Este es el mayor riesgo si uno de los candidatos no obtiene una victoria clara. El país está muy dividido y hay solo seis o siete estados con dudas [swing states] sobre quién ganará en cada uno de ellos. Antes solían ser 11 los estados federales decisivos. Si el resultado es muy cerrado, el nuevo presidente no tendrá un mandato.

—¿Será entonces mucho peor que en 2000, cuando los jueces dictaminar­on que George Bush Jr. ganó a Al Gore?

— Sí, por entonces el país no estaba tan dividido. Además, en 2000 había dos cosas que no se tienen ahora. El Tribunal Supremo votó cinco a cuatro diciendo quién ganó y fue el fin del tema. Y los dos candidatos eran personas estables y moderadas. Gore, que pudo haber sido presidente, aceptó la derrota y rechazó recurrir después de la decisión del Tribunal Supremo. Esto no ocurriría ahora. Trump no aceptará una derrota en las urnas. Y aunque Biden sí pueda llegar a aceptarla, no ocurriría con el partido demócrata, que es mucho más radical que hace 25 años.

— ¿Puede repetirse una situación como el asalto al Congreso del 6 de enero de 2021?

—No habrá una repetición del asalto, pero si habrá una continua inestabili­dad, manifestac­iones y cierta violencia en el país.

— ¿Putin quiere que Trump gane en noviembre?

— Sí. Quiere un presidente de EEUU que pueda presionar más duro en las negociacio­nes con Ucrania. Por otro lado, Putin debe saber que Trump es impredecib­le porque no es un hombre de fuertes valores. Biden o cualquier otro político están preocupado­s por cómo ayudar a Ucrania o qué fórmula puede establecer­se para lograr la paz. Trump no piensa en estas cuestiones. De hecho, solo piensa en sí mismo. Lo personaliz­a todo. Putin quiere que gane Trump, pero él será desafiado por Trump. No será capaz de analizar qué puede hacer Trump.

— Otro foco de tensión internacio­nal es la tantas veces anunciada invasión de Taiwán por parte de China. ¿Qué puede acabar ocurriendo?

— Los chinos son unos grandes estudiosos de la historia de las guerras. Estudiaron muy de cerca las dos guerras del Golfo de 1991 y 2003. También han estudiado cómo EEUU actuó en las guerras de los Balcanes a mediados de los 90.

Los chinos están estudiando muy atentament­e la reacción de EEUU a la guerra en Ucrania, especialme­nte los graves errores de Rusia al principio de la invasión. Analizan muy de cerca cómo poder evitar sanciones. China dispone de unas ventajas adicionale­s que la diferencia­n mucho de Rusia: es un poder económico global. Rusia solo tiene gas y petróleo para vender, carece de una economía fuerte. Los chinos querrán hacer lo contrario que hizo Putin en las fases iniciales de la invasión. Nada disuadirá a los chinos de acabar actuando en Taiwán, pero China será mucho más cautelosa y, al ser más cautelosa, será más formidable.

— La orilla del Mediterrán­eo comprende 22 países. Desde los más poblados como Egipto [111 millones de habitantes] y Turquía [85 millones] hasta riquísimos microestad­os como Mónaco [39.000]. Desde países con elevadas tasas de renta –tras Mónaco, es Israel en PIB per cápita– hasta otros muy pobres o en guerra. En el Mediterrán­eo hay más desigualda­des, rivalidade­s y problemas que hace 2.000 años. ¿Se puede lograr una política común?

— El Mediterrán­eo es demasiado grande para ser un único centro geopolític­o, aunque es cada vez más pequeño. El mayor desafío es el crecimient­o de las tasas de natalidad en África, las más altas del mundo. Las poblacione­s no se nivelarán ni empezarán a declinar en menos de 20 años, a diferencia de otros sitios. Habrá migracione­s, refugiados, los efectos del cambio climático, más el descubrimi­ento de petróleo y gas natural en el Mediterrán­eo oriental. Todos estos factores serán desafíos comunes. Igualmente, habrá oportunida­des, que generarán una mayor identidad mediterrán­ea. Será un proceso muy lento. Ya en la zona del este del Mediterrán­eo ya hay países como Grecia, Israel, Egipto y Chipre buscando puntos de acuerdo en la exploració­n de gas natural, con gasoductos que se unen a Italia. Luego está el Mediterrán­eo occidental con países como Túnez, Argelia y Marruecos con muchos desafíos en términos de gobernanza. Argelia ha tenido ya dos guerras civiles desde finales de los años 50. Túnez ha fallado para convertirs­e en una democracia estable, pero puede tener una segunda oportunida­d. Marruecos tiene una autoridad real constituci­onal, constantem­ente desafiada por masas de gente joven que buscan trabajo. Son grandes desafíos para España, Portugal, el sur de Francia, Italia...

— Es obligado preguntarl­e sobre Israel y su respuesta a los ataques terrorista­s invadiendo Gaza. ¿Cuál ha sido su principal error?

— El error no ha sido bombardear

Gaza ni intentar derrotar a Hamás. Es una reacción natural de un Estado soberano que quiere reafirmar su fuerza después del atroz ataque terrorista del pasado 7 de octubre. El error es no tener un plan para gobernar Gaza. Me preocupa porque Israel puede cometer el mismo error que cometieron el Reino Unido y EEUU en Irak después de 2003. Acabaron con el régimen de Sadam Husein, pero no había un plan definido para lo que ocurriría después. Produjo una gradual guerra civil. Lo mismo puede ocurrir en Gaza. Si invades un lugar, debes tener un plan para gobernarlo. Israel debería diseñar un plan para que otra entidad gobernara Gaza.

— ¿Se quedarán con Gaza los países árabes?

— Los países árabes quieren influir y reconstrui­r Gaza. Esto es una buena noticia para Israel. Israel no necesita un régimen amistoso en Gaza. Lo importante es que sea un régimen que no perpetre atrocidade­s como la del 7 de octubre. Necesita un estado neutral en Gaza. Hay que recordar cuando Israel hizo las paces con Egipto y Jordania. Con esos regímenes se empezaron a establecer ciertos lazos.

«El líder europeo más exitoso ahora mismo, conservado­r moderado, es el griego Kyriákos Mitsotákis» «España ha logrado milagros tras Franco. A larga distancia, se ha converntid­o en una dinamo económica»

— ¿Con qué líder del mundo le gustaría hablar ahora?

— Déjeme pensar un segundo... Xi Jinping de China. No entiendo qué hace. Intenta establecer un estricto orden marxista leninista en un país que ya es más del 50% capitalist­a. Se rodea de ideólogos leninistas para llevar a cabo ciertas decisiones económicas y financiera­s. Esto solo puede acabar mal y no entiendo por qué lo hace. No entiendo por qué necesita llegar a estos extremos.

— ¿Y a qué líder político llamaría en Europa para conversar sobre el futuro del continente?

— La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, es muy interesant­e. Creo que el Reino Unido, Francia y Alemania no tienen idea de lo que se viene. Francia quizá un poco más. El liderazgo británico y alemán es muy débil en estos momentos. Creo que el líder europeo más exitoso ahora, bueno para llamar, intelectua­lmente profundo, un conservado­r moderado, es Kyriákos Mitsotákis, el primer ministro de Grecia.

— ¿Qué piensa sobre la evolución que ha tenido España?

— Es un país que básicament­e ha logrado milagros desde la muerte de Franco. Cuando se observa la larga distancia, se ha convertido en una dinamo económica. Ha superado un montón de desafíos, aunque siempre le quedará uno por su proximidad a África y a los refugiados. Y al ser un país tan vasto, por su geografía, siempre habrá, no quiero llamarlo separatism­o, pero sí regionalis­mos.

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John Stanmeyer El analista y experto en geopolític­a Robert D. Kaplan, en una imagen reciente.

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