Con piezas aparentemente tejidas a mano y estampados de rayas y tartán, el grunge se reaviva en tonalidades más propias de la alegría de la primavera que del frío invierno.
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Los colores llamativos se apoderan de las prendas cómodas con efecto do it yourself. Las faldas largas –en seda, glitter y piel– combinan con jerséis oversize y contrastan con accesorios en materiales cálidos.