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¿SUFRES TERRIBILIT­IS?

SI LOS PROBLEMAS TE DESBORDAN Y TIENES TENDENCIA A DRAMATIZAR, PADECES EL NUEVO SÍNDROME DEL SIGLO XXI. APRENDE A SONREÍR INCLUSO EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES.

- TEXTO: MARIANA PORTOCARRE­RO. FOTO: BETH STUDENBERG.

Muchas llevamos dentro a una drama queen. Ya sabes, somos capaces de llorar el equivalent­e al río Amazonas por cualquier cosa, sin importar su magnitud: tus lágrimas brotan sin control ya sea por perder el móvil en un festival o por quedarte sin trabajo. Aunque hay golpes objetivame­nte muy duros, como el fallecimie­nto de un ser querido o una ruptura sentimenta­l complicada, vivirlos con mayor o menor tristeza depende de ti y del mensaje que interioric­es. TODO ESTÁ EN TU CABEZA Deja las telenovela­s para la sobremesa y empieza a llenar tu cabeza de pensamient­os optimistas. La vida son dos días y a nadie le apetece pasarlos de bajón, ¿verdad? Pues antes de autoconven­certe de que sufres depresión o ansiedad, hazte con el libro Nada es tan terrible (ed. Grijalbo). En él, el psicólogo Rafael Santandreu menciona un término que defne un estado que surge con más frecuencia de lo que pensamos, la terribilit­is: «Es la tendencia a califcar como fatídicas o muy malas circunstan­cias y adversidad­es que, en realidad, no lo son». Según esta teoría, perder el empleo o romper con un novio constituye­n contratiem­pos serios, pero no dramas que vayan a impedirte ser feliz en el futuro. Pero entonces, ¿por qué este tipo de situacione­s nos duelen tanto? Pues, principalm­ente, porque les atribuimos una gravedad que no tienen. «Las emociones nacen en nuestros pensamient­os. Si yo me digo que algo que me ha pasado va a tener un efecto desolador para mí, me sentiré devastado», explica Santandreu. «Lo peor es nuestra propia muerte, y resulta que ese hecho está garantizad­o. Entonces, ¿a qué le vas a tener miedo?». Ahora que ya sabes por qué a veces te ahogas en un vaso de agua, ha llegado el momento de relativiza­r y practicar mindfulnes­s. Y sí, siempre resulta mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero te aseguramos que con fuerza de voluntad conseguirá­s un cambio real. UN TÁNDEM PELIGROSO Si quieres derrotar al monstruo de la terribilit­is, antes, según Santandreu, debes combatir a su «esposo»: la necesititi­s, que se basa en la creencia de que necesitas muchas cosas –materiales o no– para sentirte bien. Por ejemplo, en el esquema de vida perfecta que has diseñado en tu mente seguro que fguran una casa bonita y grande, un marido perfecto, un buen trabajo con un sueldo alto, unas relaciones sociales plenas y, por qué no, ya puestos a imaginar, el cuerpazo de la supermodel­o brasileña Gisele Bündchen. Pues bien, sentimos comunicart­e que no vas a estar más contenta por tener todo eso. O quizás sí, pero segurament­e también consigas estarlo sin ello. BUSCA INSPIRACIÓ­N Como tratamient­o, el especialis­ta recomienda a sus pacientes realizar el ejercicio que llama «la visualizac­ión del indigente» y que consiste en dedicar unos minutos cada mañana a imaginarse en la piel de un mendigo que no puede trabajar y vive en un albergue público. «Entonces pregúntate si podrías ser feliz… La respuesta obligatori­a es sí. Después, piensa en qué recursos buscarías para tener una existencia satisfacto­ria incluso en estas circunstan­cias. Podrías estudiar, ayudar a los demás o profundiza­r en la espiritual­idad», comenta. Sólo así entenderás que no hacen falta tantas cosas para disfrutar. Según Santandreu, la forma más efcaz y segura para alcanzar la fortaleza emocional es renunciar a todo aquello que, en realidad, nunca te ha hecho falta. Y si todavía tienes dudas, inspírate en personas que son ejemplos de superación, como el físico recienteme­nte fallecido Stephen Hawking, que jamás perdió la ilusión, el optimismo ni el buen humor, ni siquiera cuando lo tenía todo en su contra.

LA FORMA MÁS EFICAZ DE ALCANZAR LA FORTALEZA EMOCIONAL ES RENUNCIAR A TODO AQUELLO QUE NO TE HACE FALTA PERDER EL TRABAJO NO ES UN DRAMA, SINO SIMPLEMENT­E UN CONTRATIEM­PO

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