Cosmopolitan España

Entrevista con Paula Echevarría.

-

En la calle caen copos de nieve, pero Paula Echevarría se pasea en bikini por el estudio y derrocha tanta alegría que cualquiera diría que, al terminar la sesión de fotos, le espera un refrescant­e chapuzón en el Caribe. Sin embargo, aquí no hay premio, lo suyo es un espíritu a prueba de adversidad­es que va en su ADN. Aparenteme­nte relajada tras confirmars­e su relación con el futbolista Miguel Torres –prefiere pasar palabra–, cambia de look las veces que haga falta, baila para la cámara sin perder la sonrisa y sólo pone un pero: en vez de ensalada y pescado pide amablement­e un plato de pasta capaz de saciar a un par de adolescent­es caninos. Lo devora y vuelta al trabajo. A sus 40 años derrocha tanta energía y está tan en forma que acaba de estrenarse como embajadora de las líneas de lencería y baño de Etam. La firma francesa ha visto en ella a la personific­ación de esa mítica French liberté, una mujer sexy y femenina pero, al mismo tiempo, poderosa, con criterio y libre para tomar decisiones. La actriz, en pleno rodaje de la segunda temporada de Los nuestros, de Telecinco, está feliz anticipánd­ose a las vacaciones: «Necesito el buen tiempo, y en verano, soy la mujer más feliz del mundo. Hace calor; los días son largos y sales por la noche; la ropa es más bonita; estás morena y te sientes guapa sin tener que maquillart­e… Yo primero recorro las playas de España para coger sol y luego me voy a Asturias a jugármela (se ríe) ». Ser imagen de una línea de baño cuando hace tiempo que se dejaron atrás los 20 años es de nota… ¡Estoy disfrutand­o muchísimo con Etam! A los 40, me encuentro más a gusto y segura de mí misma que nunca. Tal vez sea la consecuenc­ia de sobrevivir a un año tan complicado. Afortunada­mente, tengo una vida plena: una hija maravillos­a que me da mucho más de lo que esperaba, una familia que en cuanto silbo viene, y un grupo de amigas fabulosas que han estado más cerca que nunca. Creo que la base de todo es estar rodeada de buena gente que te sepa poner los pies en el suelo, que te haga ver el lado positivo de las cosas, que te demuestre que no te falta cariño y que eres una afortunada. Además, el trabajo cada día me va mejor y me llena más. Sí, ha sido un año muy difícil y ha habido cosas negativas, pero también otras fantástica­s. No me quejo. ¿Y el futuro cómo lo ves? ¡Busco paz! Anhelo la tranquilid­ad, no soporto los conflictos. No me gusta estar mal conmigo misma ni con nadie. ¿Te lo imaginas con pareja? Como te he dicho, hay muchos aspectos que me llenan, no la necesito. Llevas años siendo una inspiració­n para mujeres de todas las edades. ¿Lo sientes como una responsabi­lidad? Nunca me he visto como referente de nada. Eso lo dicen los demás, pero yo ni lo pretendo ni me va ponerme etiquetas. Hay gente que me sigue, pero como no es lo que busco siento cero responsabi­lidad. ¿Cuál es el secreto para que dos millones de personas te sigan en Instagram? Al final, todo está en los ojos que te miran cada día, que encuentran en ti algo que ni tú sabes lo que es. Sólo puedo decir que detrás de lo que hago hay mucha honestidad. No pretendo dar lecciones; subo lo que quiero y sólo muestro lo que me gusta, sin presiones, de forma natural. Además, con algunas marcas colaboro desde hace años y hemos establecid­o un vínculo real y creíble. No es que las firmas piensen: «Paula está de moda, qué bien nos viene»; ni que yo diga: «Me van a pagar una pasta». Nunca me asociaría con una marca en la que no creyera de verdad y

con la que no me sintiera identifcad­a y eso, al fnal, se nota. Haters tenemos todos ¡y, si no, malo! Como mínimo un 20% de los followers están ahí para ponerte verde hagas lo que hagas (se ríe).

¿Y cómo llevas esas críticas?

Pues ya lo ves, con humor, pero hay dos cosas que no consiento. Una, que opinen de mi vida privada, para bien o para mal, cuando yo no hablo de ella. Y dos, las ofensas. La crítica constructi­va, vale… pero la destructiv­a, no. Las redes son la parcela de tu casa que enseñas, e invitas con buena fe a la gente a que la vea, pero si alguien llega y se comporta de forma grosera, lo bloqueo. Eso sí, sin más, no me enzarzo en discusione­s porque no quiero dar bola a nadie.

Tienes un blog en el que cuelgas a diario tus looks. ¿Cuánto tiempo tardas en vestirte cada mañana?

Muy poco, porque no tengo tiempo. Hay quien dice: «Vas vestida igual que hace dos semanas». ¡Pero es que realmente yo muestro lo que me pongo! Así que puede ser un vestidazo o unos vaqueros y una sudadera, según mi agenda.

¡Y siempre consigues estar impecable! ¿Arreglarte sigue siendo un placer o se ha convertido en una obligación?

¿Una obligación…? ¡Pero si yo soy así! El otro día unas amigas de Asturias que tengo desde que íbamos a la guardería me mandaron una foto que nos hicimos a los 14 años y ponían: «Todas con playeras y tú hecha un pincel». Iba con mi camisa, mi americana, el pelo planchado… También soy muy de potingues y he aprendido mucho de los maquillado­res porque dejo un ojo abierto (se ríe). Pero creo que tampoco hace falta arreglarse mucho para ir bien.

¿Eres de las que se machaca para adelgazar durante la operación bikini?

¡Ya me has visto hoy! Soy asturiana y allí nos educan para comer bien. Si no lo hago me pongo de muy mal humor. Este año he adelgazado bastante por mis circunstan­cias personales, pero también porque hago mi tabla de ejercicios casi todos los días, aunque sólo sean 15 minutos de sentadilla­s y abdominale­s para activar el cuerpo.

¿Qué sacrifcios has tenido que hacer para llegar donde estás?

Renunciar, no renuncio a nada. Y no me condiciona que los demás estén pendientes de mí. Evidenteme­nte, hay cosas que me molestan, como ser perseguida por la prensa todos los días. Vale que yo acuda a un acto público y me exponga a los medios –unas veces lo hago cobrando porque hay una marca detrás y otras, sin cobrar–. Entonces, doy la cara, contesto e intento sacar mi mejor sonrisa. Pero no pretenderá­n que lo haga cuando llevo a mi hija al colegio o al médico y hay 15 tíos apuntándom­e con una cámara. Yo soy una persona adulta y lo gestiono como puedo, pero no entiendo que Daniella tenga que sufrirlo… ella no es como sus padres.

¿Te preocupa que tu hija te lo pueda echar en cara algún día?

¡No, eso no! Sabe que lo paso muy mal.

¿Cómo eres con ella?

Intento ser, ante todo, madre. La mía nunca fue mi BFF y sigo su ejemplo. Ella solía decirme: «Amigas tienes muchas, pero madre sólo una». Le he contado siempre todo y espero que el día de mañana mi hija también tenga esa confanza conmigo. Y si sus amigas le tocan las palmas por hacer determinad­as cosas, seré estricta.

¿La maternidad es como la esperabas?

¡Mucho mejor! Daniella es supercabal, nunca ha sido de pataletas. Lo razona todo y quiere que tú hagas lo mismo. Este año estrenas Oladecríme­nes, de Gracia Querejeta, junto a Maribel Verdú y Luis Tosar. Es un salto en tu carrera…

Llevaba años sin hacer cine. La tele me venía bien porque me daba estabilida­d: un horario, fnes de semana libres, rodajes de tres meses y luego descansos… Ha sido fabuloso, pero Daniella, con 9 años, ya entiende que tengo que viajar y me apetecía volver a rodar. Y la vuelta ha sido por todo lo alto. Siempre he admirado a Gracia, me parecía una directora buenísima y una tía estupenda, y al conocerla esa sensación se ha multiplica­do. Hemos tenido complicida­d y me ha dado seguridad.

¿Qué importanci­a das a tu carrera?

Mucha. Nathalie Poza dijo este año al recoger el premio Feroz que esta profesión la había salvado y estoy de acuerdo. Esto es duro porque hay momentos de incertidum­bre, rodajes difíciles y debes implicarte al 200%, pero el ofcio te rescata porque te mete en la piel de otras personas. Durante la grabación de Velvet, que coincidió en una época convulsa para mí, ser más tiempo Ana Rivera que Paula me hacía evadirme. Sonreír cuando tienes ganas de llorar o viceversa, a veces te salva.

¿Qué opinas sobre el momento de reivindica­ciones feministas que estamos viviendo en España y a nivel global?

Es surrealist­a que en el año 2018 todavía tengamos que reclamar nuestros derechos. Debería estar superado, pero no es así y habrá que seguir luchando. Entre otras cosas, para que no pongamos el telediario y nos encontremo­s con mujeres violadas o asesinadas. ¡Qué tristeza y qué impotencia! Nos educan a nosotras para evitarlo cuando tendrían que educarles a ellos. ¿Por qué yo no puedo ir por una carretera de noche? El problema no es mío, sino de los hombres que maltratan. Aún queda muchísimo por lo que pelear. Tanto que este tema daría para otra entrevista…

«LAS REDES MUESTRAN PARTE DE MI VIDA. SI ALGUIEN ES GROSERO, NI DISCUTO NI LE ‘DOY BOLA’, LO BLOQUEO Y PUNTO» «LAS MUJERES TENEMOS QUE SEGUIR LUCHANDO POR NUESTROS DERECHOS. ES SURREALIST­A, PERO ES ASÍ»

 ??  ??
 ??  ?? De izda. a dcha.: Bikini, Etam. Falda larga, Emilio Pucci. Collar con piedras, Tous. Brazaletes, Hermès. Minibag, Patrizia Pepe. Bikini, Etam. Blusa, top de rayas y zapatos con tiras, Dior. Pendientes, Cartier. Bikini, Etam. Culotte y cinta del pelo,...
De izda. a dcha.: Bikini, Etam. Falda larga, Emilio Pucci. Collar con piedras, Tous. Brazaletes, Hermès. Minibag, Patrizia Pepe. Bikini, Etam. Blusa, top de rayas y zapatos con tiras, Dior. Pendientes, Cartier. Bikini, Etam. Culotte y cinta del pelo,...
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain