MINDFUL EATING. Distingue el hambre de la sed y la ansiedad. ¡Tú puedes lograrlo!
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Se acabó lo de comer por comer a causa del miedo, la ansiedad o el aburrimiento. Vas a descubrir que las dietas anticalorías son cosa del pasado y que puedes establecer una relación natural con la comida, que aporte, además, salud a tu organismo, libre ya del temor a engordar. Nunca más invertirás tu energía en una forma de alimentarte que te lleve al descontrol y la insatisfacción. El mindful eating o alimentación consciente es una tendencia que nació en Estados Unidos y, poco a poco, está ganando adeptos en todo el mundo. Sí, ha llegado tu momento.
EMPIEZA A DISFRUTAR
Abandona la costumbre de llevarte el plato al salón y engullirlo mientras ves la tele, o de colocarlo junto a la pantalla del ordenador en el trabajo. Busca el silencio y apaga el piloto automático que te lleva a comportarte como un robot en las tareas cotidianas. Pon tu atención en la comida, centra tus sentidos en el momento que vas a disfrutar y pregúntate qué tienes delante, a qué huele, cuál es su textura, qué sabores predominan y cuáles quedan en tu boca… El conjunto condiciona tus secreciones digestivas y la absorción de los nutrientes. Con esta actitud, puedes perder de dos a tres kilos en ocho semanas, pero el principal logro será el cambio de hábitos. Con el mindful eating las
viejas rutinas desaparecen. Si acudes a una dietista y, al fnal de la consulta, te da un papel con lo que puedes o no comer, tu cerebro procesa la información y memoriza los alimentos prohibidos. ¿Pero tiene algo de malo disfrutar de una onza de chocolate? ¡No! Trabajando la fuerza de voluntad, se llega al equilibrio emocional y a la autorregulación. Descubrirás que dispones de muchas opciones y tú sólo debes elegir con cuáles te quedas. Aquí te damos unos consejos para lograr tus propósitos. Y ten en cuenta que para dar un nuevo ritmo a tu vida necesitarás al menos 21 días.
MEDITA Y DECIDE
Lo primero es aprender a interpretar las señales del cerebro para guiarte en la decisión de cuándo empezar y acabar de comer. Así, por ejemplo, sabrás que la ansiedad por la noche se debe a que has seguido una mala nutrición durante el día. «Para identifcar esas señales, apóyate en la meditación. Empieza con diez minutos diarios, con eso será sufciente para adquirir la costumbre», recomienda la psicóloga Mireia Hurtado, experta en mindful eating. ¿Pero cómo lo hacemos? Es mediodía. Estás en casa o en el trabajo y se enciende el chip que te dice que ha llegado la hora de comer… ¿Esa sensación se corresponde con la realidad de tu cuerpo? Descúbrelo. Deja todo por un momento, siéntate, cierra los ojos, respira, lleva toda tu atención al estómago y pregúntale cuánto apetito tiene en una escala del cero al diez.
¿NO SERÁ SED?
Un truco para interpretar los mensajes abdominales es beber un vaso de agua, porque a veces hambre y sed se confunden. Si pasados 15 minutos persiste la necesidad, toca alimentarse. «A mi consulta acuden sobre todo mujeres que han intentado incorporar hábitos saludables en sus vidas bajo el patrón de las dietas y no han conseguido resultados», dice Mireia Hurtado, convencida de que una alimentación consciente es la solución más efectiva cuando existe algún problema. La psicóloga anima a probarla y afrma que, en poco tiempo, aumenta la autoestima y estimula el autoconocimiento, que se prologará en otras etapas de la vida. Merece la pena.