Mi peor cita ENCUENTROS DE PAREJA PARA REÍR... ¡O PARA ECHARSE A LLORAR!
Pon humor a tu vida amorosa y la experiencia más terrible dejará de serlo. Si no te lo crees, aprende de estas cuatro lectoras. Ellas lo han logrado.
Descaro ‘foodie’
«No sé si mi primera cita fue con un chico o con un muerto de hambre, pero lo que tengo claro es que cuando nos despedimos supe que había sido la primera y la última. Quedamos en un restaurante del centro de Madrid. Todo iba bien, la conversación fuía y él era agradable, pero la historia cambió cuando llegó lo que habíamos pedido. Sin pedirme permiso, empezó a coger comida de mi plato. A mí me asombró, pero estaba cortada y no dije nada… Me sentí intimidada, dejé el tenedor y entonces me preguntó si se podía terminar lo que había sobrado. ¡Aluciné en colores!». GEMA (21 años).
Mejor en tierra firme
«Mi novio me propuso celebrar los seis meses juntos con una experiencia de altos vuelos: lanzarnos en paracaídas. Aunque yo parecía emocionadísima, estaba aterrorizada. Aun así, no dije nada e intenté convencerme de lo maravilloso que sería que nos besáramos en el cielo… ¡Menuda manera de autoengañarme! Nos recogieron en la pista de despegue y yo empecé a sentir náuseas a 1.500 metros de altura, pero ya no había marcha atrás. Él se dio cuenta y me propuso que saltáramos a la vez, pero yo seguía supernerviosa. Y así, con el paracaídas y el casco puestos, llegó el momento de saltar. Cuando terminamos de contar hasta tres, él se lanzó al vacío y yo me quedé petrifcada en la avioneta. Decidí asumir que nunca me había gustado la idea, que prefería una cena romántica como todo el mundo y me disculpé de todas las maneras posibles con mi pareja». MARÍA (23 años).
Risa a destiempo
«El chico de la universidad que me gustaba y yo quedamos para desayunar durante un descanso entre clases. Empezamos a hacer el tonto para desestresarnos y cometí un error garrafal: dar un trago al café con leche mientras me estaba contando una anécdota. Aunque lo intenté, no pude aguantarme la risa y acabé escupiéndole a la cara. ¡Menudo cuadro!». JULIA (19 años).
¡Menuda ‘película’!
«Hace poco ligué con un compañero y me quedé muy colgada. Él también, así que decidimos salir al cine y ver si lo nuestro era algo más que una noche loca. Desde que nos sentamos, estuvo superdistante, sin responder a mis gestos de cariño. Todo se aclaró al salir: ¡sus padres estaban detrás! Me pasé una hora comiéndome la cabeza por si había hecho algo vergonzoso. Luego nos reímos juntos. ¡Menos mal que él sí los había visto!». SOFÍA (24 años).