Siéntete como un caballero de la Orden
Por esta isla mediterránea han pasado fenicios, romanos, árabes, otomanos… testigos de un país que atesora 7.000 años de historia. No te dejes apabullar por la cifra y comienza tu itinerario por su capital, La Valeta. Fundada por los célebres caballeros de la Orden de Malta en el s. XVI y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, te atrapará con su bullicio. Pasea sin prisa por sus calles adoquinadas hasta llegar a la catedral de St. John (1577), con interior suntuoso, impresionantes frescos y varias obras de Caravaggio. Después, acércate a Upper Barrakka Gardens, un mirador desde el que se divisa el Fuerte de St. Angelo y la península de Senglea, que junto con Birgu y Cospicua, forma Las Tres Ciudades, otro básico que debes incluir en tu lista. Como están relativamente cerca, una forma muy divertida de moverte entre ellas es en buggy (el coche que se utiliza en los campos de golf ). Con la empresa Rolling Geeks puedes hacer un recorrido guiado de casi tres horas conduciendo tú misma (rolling-geeks.com). Para descansar, escápate a la ciudad amurallada de Mdina, un reducto de paz donde podrás caminar (casi sin cruzarte con gente) entre calles y edificios de piedra de la época medieval. Si eres fan de Juego de tronos, hazte una foto en el arco de la entrada, que aparece en la serie. Más relax todavía encontrarás entre las islas Comino y Cominotto, en la bahía Blue Lagoon (con preciosas playas de agua turquesa ideales para el buceo). Y en Gozo, otra de las islas del archipiélago maltés, están los templos megalíticos de Ggantija, del 3800 a. de C.
De vuelta al presente… Este año La Valeta ostenta el título de Capital Europea de la Cultura y organiza más de 400 eventos entre exposiciones, conciertos, cine… (valletta2018.org). ¿Buscas marcha? En Saint Julian’s, a ocho kilómetros de la capital, tienes todo lo necesario para una larga noche de juerga que acabe con un precioso amanecer (en la playa). Encontrarás restaurantes (abundan los italianos), pubs para tomar cócteles y clubes donde suenan los últimos hits para bailar como si no hubiese un mañana. Y si el cuerpo te pide emociones fuertes, ¿qué te parece cenar en una plataforma suspendida en el aire? Apunta: Dinner in the Sky (dinnerintheskymalta.com).