QUÉ TE ENGORDA.
Encuentra la respuesta en la nutrigenética.
Dicen que somos lo que comemos, pero lo cierto es que no a todos nos sientan igual de bien (o de mal) los alimentos que ingerimos. Descubrirlo puede ayudarte a perder peso y ganar en salud. La temporada pasada, el futbolista del FC Barcelona Iván Rakitic reconoció que tras los partidos se sentía hinchado y que, pese a ser un deportista de élite, le costaba recuperarse. Unos análisis médicos le dieron la solución: tenía intolerancia al gluten. Tras adoptar una dieta adecuada, perdió peso y su energía se disparó. El resultado se tradujo en una temporada excepcional con su club, además de llegar a la fnal del Mundial de Fútbol corriendo como si no hubiera un mañana, a pesar incluso de jugar varias prórrogas.
Alimentos sólo para ti
Vale, tú no eres Rakitic pero como él, tras varias dietas y un montón de entrenamiento, no logras librarte de esos kilos que tanto te molestan. En ese caso, pregúntale a tu ADN. Conocer tus posibles intolerancias te puede ayudar mucho. Y para eso
está la nutrigénetica, la rama científca que estudia la relación entre los genes y la respuesta individual a la dieta. Una muestra de saliva basta. En las Clínicas CRES, por ejemplo, han desarrollado un test que permite conocer las variaciones de cada persona y adaptar su estilo de vida y nutricional. «No todos los alimentos sientan bien a todos, depende de la genética de cada uno, que controla su metabolización. Con esta prueba podemos diseñar las pautas para saber con qué alimentos se debe tener más precaución o incluso suprimir de la dieta», explica Ana Gómez, responsable de nutrición y genómica de ese centro. Los resultados los entregan en una especie de libro encuadernado donde, además del estudio genético, se incluye un completo listado con los alimentos que tienes que comer habitualmente, los que debes restringir y de los que despedirte para siempre. No sólo sirve para ayudar a adelgazar, sino también para mejorar la calidad de vida. «La alimentación es la mejor medicina preventiva, porque muchas enfermedades están relacionadas con nuestra nutrición», indica Gómez. La intolerancia a la lactosa, al gluten o a la fructosa, o bien la mala absorción de histamina no tienen por qué engordar, pero desarrollan una infamación abdominal que puede causar molestias: «Hay pacientes que llegan hinchados. Tras detectar qué les sienta mal y fjar un régimen adecuado, se deshinchan sin problema, porque imagínate ¡siete metros de intestinos infamados por culpa de la intolerancia!». Incluso hay dos genes (FTO y ADBR2) que chivan si el ejercicio te puede ayudar o no a perder peso. «Aunque es un hábito sano, no siempre es clave para adelgazar», apunta Gómez.
‘Corpore pibón’
«Los estudios señalan que el 80% de la culpa de que engordemos se debe a la mala alimentación, la falta de sueño y el exceso de estrés. Si controlas estos aspectos, perderás esos kilos que te sobran de manera más rápida y saludable», explica la entrenadora personal Lola Alcón. El deporte, eso sí, es fundamental para la salud. «No hace falta matarse –añade la especialista–. Con caminar una hora al día tu cuerpo encontrará su peso adecuado y lo mantendrá. Pero hay que ser muy constante, no vale hacerlo un día sí y seis no».
FTO ES UNO DE LOS GENES DE LA OBESIDAD Y TE DICE SI EL EJERCICIO ES TU SOLUCIÓN O NO
80% DE LA CULPA DE NO PERDER PESO SE DEBE AL ESTRÉS, A COMER MAL Y A DORMIR POCO