STOP GRANITOS.
El acné puede aparecer a cualquier edad. Aprende a prevenir y también a curar.
No es sólo un problema de adolescentes y pieles muy grasas. Aunque es cierto que la pubertad es la edad de oro de los granitos (un 80% de los jóvenes los sufre), a partir de los 25 siguen campando a sus anchas. Y es que el acné afecta a una de cada tres mujeres mayores de esa edad. De hecho, cada vez es más frecuente en los adultos. ¿Las razones de este aumento? La principal es la polución. «La contaminación obstruye aún más el poro y agrava esta enfermedad que se manifiesta cuando los folículos pilosos y sus glándulas sebáceas se inflan, retienen la grasa y se infectan», explica la doctora Paloma Borregón, dermatóloga de la Clínica Beteré-Marcos de Madrid.
PIEL GRASA: PELIGRO
El desencadenante de esta afección no se conoce todavía, pero sí se sabe qué factores la hacen más propicia. El primero es la piel grasa. En estos casos, la unidad pilosebácea (compuesta por un folículo de pelo y una glándula sebácea) produce mucho sebo, tanto que el poro no es capaz de expulsarlo y se queda retenido, pudiendo provocar una inflamación (espinilla), una infección con pus (grano) e incluso la proliferación de la bacteria Propionibacterium acnes, causante de la enfermedad. «Otro de los elementos que intervienen son las hormonas, masculinas y femeninas; de ahí que se agrave en la pubertad, pero también con la menstruación y en la perimenopausia (poco antes, durante y poco después de ésta) – explica la especialista quien, sin embargo, matiza cómo es en cada edad–. Es curioso, pero el acné adulto aparece en las mandíbulas y alrededor de la boca, zonas contrarias a donde lo hace en la pubertad ( frente y nariz)» . Otros desencadenantes son el estilo de vida (una alimentación rica en grasas y productos procesados, el estrés…) y los maquillajes muy oclusivos o grasientos (que no hidratantes). «Aunque hay alteraciones cutáneas como la tendencia grasa (hiperseborrea), los brillos en algunas zonas del rostro o la aparición de un comedón (granito) aislado que pueden ser tratados con la ayuda de un farmacéutico, el diagnóstico y, si es precisa, la pauta terapéutica para tratar el acné (que al fin y al cabo es una enfermedad) siempre es responsabilidad del médico», determina María Muñoz de Benavides, doctora en Farmacia.
ANTES DE QUE APAREZCA
La primera norma para alejar el acné es seguir una rutina basada en una buena higiene. Desmaquillarte antes de ir a dormir para eliminar la grasa y la suciedad acumulada por la contaminación ambiental es el mejor gesto de belleza y, por supuesto, también por la mañana, aunque en este caso, con un agua micelar sería suficiente para eliminar las impurezas que hayan surgido durante la noche. La segunda medida pasa por exfoliar suavemente el rostro dos veces por semana, una costumbre aún más efectiva si se hace antes de irse a la cama para que la piel tenga tiempo de recuperarse. Por supuesto, estos cuidados deben extenderse a cuello, escote y espalda.
SI TE TOCAS UN GRANO, LO MÁS FÁCIL ES QUE EMPEORE
UTILIZA CANELA Y MIEL PARA ATAJAR ESTE PROBLEMA
La tercera norma es no tocarse nunca los granos (te lo habrán dicho mil veces, pero reconócelo, no lo cumples). En verano, además, conviene utilizar fotoprotectores muy fluidos y no comedogénicos para proteger la piel de la radiación ultravioleta y el acné. Hay muchísimos productos que limpian, regulan la tendencia grasa, alisan y frenan la aparición de granitos. Su aplicación será más efectiva si se completa con hábitos de vida saludables, como realizar algo de ejercicio físico y mantener hobbies para aliviar el estrés.
SOLUCIONES, SEGÚN LA GRAVEDAD
Una vez diagnosticado el problema y según sea su intensidad, conviene utilizar, de menos a más, de soluciones cosméticas a otras de farmacia, sobre todo para la higiene, como geles desinfectantes, pero también fluidos o cremas hidratantes de acción seborreguladora, matificante o con efecto exfoliante para mantener a raya el grosor y liberar el poro. Desde la cabina, lo primero es realizar una fase de limpieza adecuada al tipo concreto de acné y, posteriormente, aplicar protocolos con ingredientes naturales como la salvia, que reequilibra el exceso de sebo; el té blanco, cuyas hojas tienen flavonoides antioxidantes; el árbol de té, con efectos bactericidas y antisépticos; la canela, un arma antimicrobiana, o la miel, que es un antibiótico natural. En medicina estética, los protagonistas son los ácidos. «El mandélico (en las almendras amargas) funciona muy bien en el acné activo por sus características no comedogénicas y antisépticas para reducir la infección. Luego está el láser, más efectivo cuando el problema ha cesado para eliminar las marcas», explica el doctor José Vicente Lajo Plaza. En cuanto a los fármacos, prescritos lógicamente por el dermatólogo, «lo ideal es la combinación de antibióticos o antisépticos con retinoides locales, o bien la píldora porque regula el nivel
LOS ESTUDIOS ASOCIAN UN ALTO CONSUMO DE LÁCTEOS CON EL ACNÉ
de estrógenos. Y en último caso, la isotretinoina (antiguo Roacutan) que suele ser infalible porque actúa desde dentro», dice la doctora Borregón.
DIME LO QUE COMES…
En los últimos años, los estudios han demostrado que la nutrición es un aspecto clave en la prevención. Por ejemplo, hay informes que relacionan la aparición del acné con un exceso en el consumo de lácteos. Y al contrario, la vitamina B, concretamente la B7, llamada biotina, se ha comprobado que mejora las imperfecciones y los tratamientos, ayuda a activar el crecimiento del cabello a la vez que lo redensifica, y consigue unas uñas y una piel sanas. La puedes encontrar en las frambuesas, las legumbres, la yema, las nueces, la cebada, el salmón y los plátanos. Y deberás tachar de la lista de la compra la bollería industrial, los pasteles, las gominolas... y no abusar de las carnes rojas y el alcohol. En definitiva, de todo lo que contenga un índice glucémico alto o muy alto, que es igual a grasa, pura y dura.