Cosmopolitan España

Descubrí que mi novio era gay

JUDIT Y MARC TRABAJABAN JUNTOS EN UNA AGENCIA DE COMUNICACI­ÓN Y TERMINARON ENAMORÁNDO­SE. HASTA QUE ELLA LE PILLÓ LIÁNDOSE CON UN CHICO DURANTE UN EVENTO QUE HABÍA ORGANIZADO SU EQUIPO. ASÍ ES COMO REACCIONÓ.

- TEXTO: JUDIT F. LLORENS.

«NOS CONOCIMOS EN EL TRABAJO Y COMENZAMOS A SALIR A ESCONDIDAS. ERA MUY SENSIBLE Y ESO ME CONQUISTÓ»

Sé que lo que me pasó me ha marcado para siguientes relaciones. No tanto porque mi novio saliera del armario –estamos en 2018, en plena era de celebració­n de la diversidad, y me encanta que todos nos encontremo­s con nosotros mismos y apostemos por ser quienes somos libremente–, sino por cómo me enteré. En cualquier caso, al principio no supe encajarlo. Imagino que si me pasara ahora, reaccionar­ía de otra manera, pero lo que ocurrió me ha llevado a ser algo desconfada.

AMOR A ESCONDIDAS

Conocí a Marc en una agencia de comunicaci­ón en Barcelona. Era septiembre de 2013 y ambos habíamos entrado a la vez a hacer prácticas. Estábamos en el mismo equipo y nuestro trabajo era muy divertido. Íbamos a eventos, conocíamos a gente nueva cada semana, llevábamos las redes sociales de marcas que nos encantaban… Al principio todo era estupendo, pero con el tiempo fuimos adquiriend­o responsabi­lidades y el trabajo se hizo más tedioso porque nos quedábamos hasta altas horas en la ofcina, planifcand­o estrategia­s creativas. Terminamos encargándo­nos también de colaborar con los bloggers

(aquellos a los que hoy denominamo­s influencer­s)

con los que debíamos contactar para nuestros eventos. Una noche, estábamos cenando pizza

en la ofcina mientras preparábam­os la estrategia de la inauguraci­ón de una tienda y, sin darnos cuenta, se nos hizo muy tarde. Por aquel entonces, Marc y yo nos habíamos convertido en uña y carne. En la ofcina nos apodaron “Lois y Clark”, porque hacíamos un tándem perfecto. Aquel día, cuando por fn terminamos, lo celebramos con vítores, saltos y gritos, como dos niños pequeños, y sin apenas darme cuenta, me besó. Yo, feliz y libre de compromiso­s, me dejé llevar. Desde aquel momento, comenzamos a salir sin decírselo a nadie, y cada vez que nos quedábamos a solas, terminábam­os enrollándo­nos en la ofcina. Lo reconozco, era muy morboso porque nadie sabía que estábamos juntos.

ESPIRAL DE DUDAS

Marc era un chico sensible y coqueto, siempre prestaba especial atención a cómo vestirse en cada evento o presentaci­ón, incluso en el día a día, y, además, se podía hablar de todo con él. Y terminó convirtién­dose en mi confdente. Debatíamos continuame­nte sobre el movimiento feminista, la deconstruc­ción de la masculinid­ad tóxica, la historia del patriarcad­o… Ese era nuestro nivel de intensidad. Nunca había tenido tanta complicida­d con un tío y, con el tiempo, sentí que aparte de ser mi novio, también era mi mejor amigo. En la agencia, él se encargaba de la base de datos de los blogueros y yo

de las blogueras de moda y belleza. Por lo general, teníamos proyectos con diferentes personajes cada semana. Un día me llamó la atención uno de ellos: no se despegaba de Marc. Me hizo gracia porque se notaba que estaba fascinado con él y le busqué en Instagram. Descubrí que mi novio le comentaba en todas las fotos y se decían cosas subidas de tono. ¡En público! No le di importanci­a, pero confieso que, a partir de aquel día, empecé a fijarme en ellos cuando coincidían. De una manera u otra, siempre acababan hablando y riéndose juntos. Así llegaron las Navidades de 2015, una etapa muy estresante en la que tuvimos mucho trabajo. Tanto, que Marc y yo nos distanciam­os. El cúmulo de tareas nos consumió.

ASÍ ME ENTERÉ

«ME DI CUENTA DE QUE COMENTABA TODAS LAS FOTOS DE UN BLOGUERO EN INSTAGRAM Y ÉL LE CONTESTABA CON FRASES SUBIDAS DE TONO»

Después de las vacaciones de Navidad, decidí ir a buscarle a una fiesta en la que iba a estar hasta tarde. Llegué justo cuando sabía que él estaría recogiendo. Quería preguntarl­e si tenía dudas sobre nuestra relación y pedirle un tiempo. Sin embargo, me llevé una sorpresa descomunal cuando entré en el local y le pillé, sin que se diera cuenta, liándose con el bloguero. ¡Mi novio me estaba siendo infiel! Con un tío, sí, eso también me chocó, aunque lo que más me dolió fue que me había puesto los cuernos. Esto me entristeci­ó enormement­e, minó mi autoestima y aumentó mi desconfian­za de cara a futuras relaciones.

POR QUÉ LO HIZO

Al día siguiente le pedí que me explicara todo. No le oculté que les había visto. Marc se puso a llorar y me contó que se había sentido diferente desde los 14 años. Él sabía que era homosexual, pero no se había aceptado a sí mismo. Cuando llegó a Barcelona (él es de un pueblo de Gerona) comenzó a reconcilia­rse con sus preferenci­as, hasta que yo me crucé en su camino: le gusté y decidió intentarlo. Con el paso del tiempo llegué a entenderlo (cada uno sigue un proceso muy personal con respecto a su sexualidad), pero lo que no he podido perdonarle es que me fuera infiel. Nuestra relación en la oficina cambió y nuestros compañeros lo notaron, pero no contamos nada. Al final, perdimos el contacto porque unos meses después cambió de trabajo. Hoy sé, por las redes sociales, que tiene novio ¡y me alegro mucho!, pero creo que no supimos gestionar bien la situación. Era mi pareja, pero también mi amigo, y le perdí.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain