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CÓMO SER LA PERFECTA SOCIALITÉ.

¿TIENES LA AGENDA REPLETA DE COMPROMISO­S NAVIDEÑOS? PON A PRUEBA TU TALENTO PARA RELACIONAR­TE EN SOCIEDAD. SIGUE ESTOS CONSEJOS Y SEGURO QUE SALDRÁS VICTORIOSA.

- TEXTO: ROSA ALVARES. FOTOS: CHRIS CRAYMER.

Claves para triunfar en todas las reuniones sociales.

Entrar en el Instagram de Olivia Palermo es sumergirte en un mundo upper side, en el que cualquier situación, incluso hacer la compra, se convierte en una lección de buen gusto. Y no nos referimos únicamente a su estilismo: también a su actitud, un ejemplo de que no necesitas ser una celebrity para convertir el saber estar en tu marca y triunfar como una auténtica socialité en la vida cotidiana. La clave es desarrolla­r las llamadas

soft skills, aquellas cualidades para expresarno­s en sociedad y cambiar de registro según el escenario. ¿Crees que están pasadas de moda? ¡En absoluto! Resultan muy prácticas y no sólo por la satisfacci­ón personal que dan, sino también por el clima favorable que

crean. Porque a nadie le desagrada un «buenos días» al entrar en la ofcina o que le pidan un café «por favor». «Vivimos rápido y no pensamos en los demás. Las habilidade­s sociales son un valor a tener cada vez más en cuenta, en especial, en algunos ámbitos de trabajo», mantiene María de la Serna, experta en protocolo y ex directora de GMS Eventos. Y explica que esto vale también para las jóvenes: «Quizá una chica de 20 años sienta que no las necesita porque se mueve en el mundo virtual, pero el tiempo pasa y las cosas cambian. Esa joven puede seguir jugando al me gusta o acercarse a un modelo útil para triunfar».

Tu marca personal

Tu actitud y tu discurso cuentan a los demás quién eres. «Para gozar de una buena reputación debes cuidar cada detalle: tu aspecto, tus palabras, tus gestos…», explica Esther Martín, consultora de comunicaci­ón y marca. Para ella, hay valores que cualquier frma debe tener, incluso si es personal: «En primer lugar, coherencia entre lo que dice y lo que hace: sólo así se ganará el respeto. Y es básico decir la verdad y no engañar nunca. Eso no signifca que des toda la informació­n sobre ti; tú determinas el nivel de transparen­cia y hasta dónde deseas comunicar. Al fn y al cabo, destacar supone estar más expuesta; eso puede generar que te imiten, envidien y critiquen. Debes estar preparada para ello y señalar el límite de lo que quieres decir de tu marca personal, o sea, de ti misma».

Busca la diferencia

La educación cotiza al alza, aunque los cánones hayan cambiado. Hoy una socialité no tiene por qué ser de familia aristocrát­ica o adinerada, ni debutar en sociedad a los 18 años vestida con un Balenciaga. «Lo primero que debe mostrar es personalid­ad, hacerse un hueco por su impulso», sostienen David García Miras y Sofía Stein, estilistas de moda y expertos en la imagen de personajes públicos (davidsofa.com). «Hoy triunfan mujeres como Olivia Palermo o Lulú Figueroa, pero también Rosalía, un referente millennial. Ahora todos tenemos más acceso a festas y eventos, ya no son algo tan exclusivo, y además Instagram no sólo ayuda, es esencial. Eso sí, con tantas influencer­s (muchas repitiendo patrón de estilo), conviene destacar: hay que tener en cuenta que la diferencia te hace única».

El poder de la palabra

El buen gusto resulta más fácil de adquirir que esos comportami­entos que nos hacen sobresalir: desde saber manejar los cubiertos en la mesa, hasta presentart­e a desconocid­os en un evento high level, pasando por organizar cenas en casa. Sin embargo, no hay que entrar en pánico: unas cuantas normas básicas resultan el punto de partida para manejar tus soft skills. Cualquier socialité que se precie debe escuchar activament­e: centrar su atención en lo que dice la gente que le rodea, no interrumpi­rles, hacerles preguntas oportunas y, por supuesto, ponerse en su lugar. Y, a la hora de hablar, hacerlo en un tono adecuado, sin utilizar términos o expresione­s que incomoden y, claro está, ser siempre respetuosa. Eso incluye no tutear indiscrimi­nadamente: por más que este uso parezca haberse impuesto, habrá personas a quienes

PON EN PRÁCTICA TUS ‘SOFT SKILLS’, COMO ESCUCHAR ACTIVAMENT­E Y NO INTERRUMPI­R

EN EVENTOS DE TRABAJO, NI SE TE OCURRA CRITICAR AL JEFE

les moleste ser tratadas como iguales, ya sea por cuestión de edad o de estatus. Otro tema es el smartphone. Sabemos que no puedes vivir sin él, pero ¿te imaginas a Tatiana Santo Domingo, Beatrice Borromeo o Eugenie Niarchos dejando a alguien con la palabra en la boca para whatsappea­r con sus amigas o subir fotos? «Deberíamos poner el móvil en modo avión en el momento en el que entramos en una reunión, una comida, un evento cultural, una boda… Apágalo por educación y por mostrar el interés que tiene el acto para ti, porque no prestar atención es una absoluta falta de considerac­ión». Desde luego, respeto es la palabra clave en las relaciones sociales, asegura María de la Serna: «Lleva siempre la educación por bandera porque no cuesta nada. Ten siempre claro dónde estás, por qué y en calidad de qué. Tiene el mismo valor una celebració­n en casa que un encuentro de trabajo. Nunca puedes insultar, chillar, llamar la atención. Cualquier cosa que hagas o digas, que sea con total discreción». La paciencia es otra cualidad importante, tanto como la sonrisa… «Nunca subestimes su poder mágico para los demás, pero también para ti misma. Si entras en una sala con cara de borde, empiezas mal porque los demás podrían sentirse atacados. Contemplar la vida con ojos positivos puede darle la vuelta a las situacione­s surrealist­as o difíciles: pide algo con cortesía y un gesto amable y lo conseguirá­s», añade la experta.

Saber estar en la ofcina

Las socialités, afortunada­mente, ya no son lo que eran. Hoy estas mujeres tienen una carrera profesiona­l. Pese a esto, los expertos coinciden: si hay un valor añadido y seguro en el ámbito laboral, es el saber estar. Porque en las empresas, como en las esferas privadas,

las reglas de educación deben de estar muy presentes no sólo para evitar confictos, sino también para aumentar las posibilida­des de éxito. «Vivimos en la época del monólogo, del culto al yo, pero en lo profesiona­l lo primero es poner en valor la atención a los otros, escucharlo­s, convertirn­os en un radar para detectar cómo se expresan, cuál es la cultura de la empresa», advierte Antolín Romero, experto en temas laborales y presentado­r de Aquí hay trabajo, de TVE. Si acabas de incorporar­te, no temas preguntar. Y lleves el tiempo que lleves, muéstrate proactiva: «No esperes a hacer sólo aquello que se espera de ti, propón proyectos, entra en las reuniones con propuestas, prepara cada encuentro con datos (¡sin apabullar, eso sí!) y nunca reportes un problema sin llevar una o dos soluciones anotadas en un post-it». La auténtica socialité lo es también en su trabajo; por eso, según revela Antolín Romero, evita las conversaci­ones y compañeros tóxicos: «Si algo va mal, háblalo, pero poniendo el punto de mira en lo positivo. Y nunca critiques a la plantilla, incluido el jefe». Hay que aprender que, estés donde estés, representa­s a la empresa: «Recuerda que en todas partes hay mil ojos, mil oídos, mil móviles… ¡Cuidado con lo que dices o haces! Si inevitable­mente cuentas una indiscreci­ón, que sea venial. Y vigila tus redes, porque cada vez más compañías se cuelan en ellas para selecciona­r a sus candidatos». El outfit es otro aspecto a cuidar. «Sería políticame­nte incorrecto que hubiera un manual de etiqueta en los centros de trabajo, pero sí hay unas normas no escritas», dice la experta en protocolo María de la Serna. «La palabra clave es adaptación: si ves que la gente viste con informalid­ad, mantenla dentro de tu estilo; ahora bien, fíjate cómo la llevan para no destacar negativame­nte. Y ten como referente a tus superiores, aunque no vayas tan formal como ellos». Y un último apunte: una auténtica socialité nunca consentirí­a que su mesa no refejara sus maneras impecables. «Dejar las cosas recogidas forma parte del trabajo –apunta Antolín Romero–. Este aspecto habla de nosotros tanto como nuestro look. Además, el orden o el caos pueden ser metáforas de lo que tenemos en nuestra propia cabeza».

¡Confía en ti misma!

Las socialités lo son incluso en zapatillas. Ante un acto familiar, muestra tu mejor versión, porque los tuyos se lo merecen. ¿Estás ya preparada para encarar la Navidad? Lo único que queda es valorar cada paso que das y tener en cuenta que, cuanto más practiques tu papel, mayor seguridad y soltura alcanzarás. Y, ante cualquier duda, recuerda que lo mejor es observar a tu alrededor, ver el comportami­ento de los demás y mantenerte en un segundo plano hasta que te hayas hecho con la situación. Si Olivia Palermo puede, tú también.

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