Aprende a decir no
El dato no es bueno: un 52% de nuestras lectoras se ha sentido forzado a tener relaciones sexuales o realizar determinadas prácticas. Entre las principales razones están la insistencia de su pareja (28%), el hecho de querer gustarle (21,2%) o, sencillamente, el miedo (afortunadamente, este último motivo sólo lo ha esgrimido el 2,7% de las encuestadas). La cruda realidad es que este nivel de tensión está bastante normalizado entre los millennials y los
centennials. De hecho, un 11% de los universitarios cree que obligar a alguien a acostarse con otra persona no es violencia. Es un dato de una investigación desarrollada por Diversitat i Salut, el grupo interuniversitario de investigación de género de la Universitat de Girona, que también reveló que los gestos e insinuaciones obscenas no son considerados como una forma de coacción por el 63,7% de los chicos ni por el 51% de ellas, mientras que un 14,3% de los estudiantes no percibe los acorralamientos como intimidatorios. Tres de cada diez estudiantes admiten que han sido agresores, mientras que el 90% de las chicas asegura haber sufrido acoso, abuso o agresión. Ante este panorama, no nos extraña lo que sostienen las expertas de Diversitat i Salut: cuando ellas se niegan a tener sexo, la primera reacción de ellos es insultarlas. Grábate en la cabeza esto: los hombres no tienen ningún derecho a reclamarte esto. Si no quieres hacerlo, pero no puedes decir que no, acude a los teléfonos de apoyo. Te echarán una mano.