«AQUÍ TE PILLO...»
Aunque nuestras cosmofollowers,
al menos las que han contestado la encuesta, se acercan al sexo de una manera bastante liberada, desde el disfrute y sin querer atarse demasiado a las etiquetas heredadas, en el asunto de la protección siguen pensando como sus madres o, peor, sus abuelas. Nuestros datos, como los oficiales, apuntan a que su máxima preocupación es no quedarse embarazadas. Un miedo extemporáneo, porque la píldora del día después permite atajar deslices que en otras décadas eran insalvables: de hecho, un 52,5% de nuestras lectoras ya ha recurrido a ella. Sin embargo, sólo un 8,7% utiliza la píldora más el preservativo porque, además de hacerse cargo de una anticoncepción responsable, es consciente de que, hoy por hoy, las enfermedades de transmisión sexual son el verdadero enemigo invisible. Un 44,5% no usa jamás el preservativo, sino la píldora (24,5%), el DIU, el parche, el anillo o ¡nada! (13,6%): sin barreras profilácticas, todas ellas son candidatas a contraer clamidia, gonorrea o herpes genital. Por suerte, un 45,5% recurre al preservativo: es la opción más segura para evitar sustos, tanto con embarazos no deseados como con enfermedades indeseables. Eso sí: la clave está en emplearlo no solamente durante la penetración, sino también cuando hagas a tu novio una felación.