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CÓMO CARGARTE TU PAREJA EN 10 PASOS. Toma nota de los errores que no debes cometer en tu relación.

REPROCHES, OLVIDOS, CELOS… DETRÁS DE UNA RUPTURA SIEMPRE SE ESCONDEN MUCHOS ERRORES. TOMA NOTA DE LOS MÁS COMUNES Y TRATA DE NO CAER EN ELLOS. ¡LARGA VIDA A TU RELACIÓN!

- TEXTO: LOLA GAMBAU.

Esto se ha acabado. La cosa no funciona». ¿Quién no ha pronunciad­o estas palabras en algún momento de su vida? De hecho, nuestro país se ha convertido en el segundo de la Unión Europea donde más divorcios se producen: cinco cada minuto, según datos del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE). Pero, ¿qué hay detrás de una ruptura? «El amor se marchita porque nos centramos en lo cotidiano y descuidamo­s lo que mantenía la llama. Si el reproche se impone a lo que te gusta de él, mal asunto», afrma la psicóloga Patricia Ramírez.

CAMBIA TU HISTORIA

El verdadero problema, en opinión de esta experta, es que «los cuentos de princesas y las películas en las que los protagonis­tas terminan juntos y cómplices nos han creado una imagen del amor muy alejada de la realidad». En torno a esta cuestión (y a los errores del día a día) gira el monólogo que Ramírez va a llevar a los escenarios junto con la psicóloga Silvia Congost (Sala Barts, Barcelona, el 18 de marzo, y Nuevo Apolo, Madrid, el 25). De momento, aquí tienes un adelanto para que veas los diez fallos más habituales.

ESPAÑA ES EL SEGUNDO PAÍS DE LA UNIÓN EUROPEA EN DIVORCIOS: CINCO AL MINUTO

1. Dejarte llevar por la monotonía

El enamoramie­nto se vive siempre como algo maravillos­o. Tienes una sonrisa permanente, no te molesta nada, todo es perfecto… «Pero la magia se esfuma y, poco a poco, se impone la rutina», dice Silvia Congost. Haz que no desaparezc­an las cenas románticas y las escapadas.

2. Poner el sexo en segundo plano

No hay cuerpo que aguante la marcha de una relación cuando está empezando. Haces el amor todos los días, y no una vez, ¡sino varias! Pero luego viene la dejadez y llega la fase de la braguita de color carne. ¡No hay deseo sexual que lo resista! ¿Y aquellos mensajes subidos de tono que te enviaba él? Procura mantener un término medio. Si no, acabaréis siendo compañeros de piso.

3. Pensar que le puedes cambiar

Los chicos siguen esperando que las chicas piensen y reaccionen como ellos, y nosotras, que ellos sientan como mujeres. Mientras tanto, decimos: «Ya cambiará». «Hay que aceptar al otro tal y como es y buscar puntos en común para seguir compartien­do risas –aconseja Patricia Ramírez–. Y bajar el nivel de susceptibi­lidad, porque no todo es una batalla». Sustituye la idea de que puedes modelarle a tu antojo por más sentido del humor.

4. No aceptar (bien) las críticas

«¿Cariño, me ves gorda con esta falda?». ¡Uf, esa es una pregunta de alto riesgo! Porque sí, los hombres deberían saber que no preguntamo­s de forma literal, sino para obtener apoyo. Pero ojo, si lo que quieres es que alabe tus virtudes, no plantees interrogan­tes que sean confictivo­s.

5. Ser posesiva

Patricia Ramírez lo tiene claro: no hay peor aliado que los celos. Si uno de los dos os volvéis desconfado­s, controlado­res y posesivos con todo lo que se mueve alrededor de vuestra pareja, tal vez no consigáis cargaros la relación, pero la intoxicaci­ón será de órdago.

6. Comportart­e como una madre

Le planchas las camisas, organizas su agenda, preparas el tupper que se lleva a la ofcina… ¡Sólo te falta darle de comer y ponerle hora para llegar a casa! Te darás cuenta de que el tema se te ha ido de las manos cuando te veas en la cama dirigiéndo­le como a un novato. Vale que hay que comunicars­e, pero no le trates como si fuese tonto.

7. Malinterpr­etar sus mensajes

«Ahora mismo no me planteo tener hijos», te comenta, y tú lo traduces como «no quiero un proyecto más serio contigo». No te autoengañe­s, él no tiene dobleces. Escúchale y aparca la insegurida­d.

8. No decir las cosas abiertamen­te

¿Él jamás hace la lista de la compra? ¿Crees que tú trabajas más en las tareas del hogar? Díselo claramente, pero sin montar dramas. Así no podrá decir que no se ha enterado. El entendimie­nto es clave para no fracasar.

9. Decir que sí a todo por miedo

Vas a comer todos los domingos a casa de sus padres a pesar de que te caen mal y pasáis las vacaciones con sus colegas, aunque tú preferiría­s que fueran diferentes. Y todo para evitar que se agobie y se vaya. Renunciar a tantas cosas te desgastará.

10. Quejarte ante los demás

No hay nada peor que desahogars­e a la ligera de los problemas que tienes con tu pareja ante los amigos. Tú lo que quieres es que te den la razón, pero la solución está en vuestras manos, no en la de ellos.

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