ENEMIGO Nº 1: ‘CARDIO’ EN EXCESO
Si te gusta entrenar con intensidad, te centras en las actividades cardiovasculares ( running o ciclo) y no realizas otros deportes que potencien tu flexibilidad, tu fuerza o tu resistencia muscular desencadenarás una pérdida excesiva y rápida de grasa que hará que tu piel esté más arrugada y flácida, con un aspecto menos relleno. Y esto no sólo afectará a tu cuerpo, sino también a tu rostro. Acabarás sufriendo ese efecto cara chupada tan poco favorecedor y que echa algunos años encima.
SOLUCIÓN Combina el cardio con entrenamientos de fuerza (pesas) o de flexibilidad (yoga). Además, la doctora Paloma Borregón aconseja: «Lo ideal es aplicarse ampollas o sérum con vitamina C por la mañana. Y por la noche, retinol, derivado de la vitamina A, que regenera la piel al dormir. ¡Pero atención! Usando retinol, la protección solar debe ser más estricta. Si el daño ya está hecho, lo ideal es corregirlo con una inyección de ácido hialurónico, que nos devolverá el volumen perdido y reducirá las arrugas».