EL MAQUILLAJE DEL FUTURO.
Si vas a comprarte un producto de ‘make-up’, prepárate para entrar en una nueva dimensión. Pigmentos que explotan al contacto con tu piel, máscaras de pestañas con sensores, labiales de efecto ‘tattoo’... ¡Bienvenida a la NASA!
Máscaras de pestañas con sensores, labiales de efecto tattoo… Prepárate para entrar en una nueva dimensión.
Hasta hace poco, creíamos que la realidad aumentada y la inteligencia artificial eran asuntos de las películas futuristas. Pero lo cierto es que en el terreno del maquillaje ya están aquí. La feria Viva Technology, que se celebró en París el pasado mayo, lo dejó claro con descubrimientos como Shade Finder, un programa virtual creado por L’Oréal capaz de recomendarte el mejor fondo de maquillaje en el punto de venta. «No sólo se trata de hacer cosméticos con la investigación más avanzada, ahora además hay que adaptarse a las necesidades de cada cliente», explica Cristina Biurrun, directora científica del grupo en España.
Texturas aéreas
Justamente así, teniendo en cuenta nuestros gustos cambiantes, se está evolucionando hacia texturas aéreas, frescas, húmedas, que no pesen, que den efecto de piel desnuda, de confort y naturalidad. Se apuesta cada vez más por productos que recuerden al agua, para vivir esa sensación constante de hidratación buscando sin cesar una piel jugosa. Paralelamente, se imponen las esponjas especiales para bases, que ahora incluyen vibración, y las brochas y pinceles inspirados en esas técnicas milenarias japonesas que toman lo mejor del terreno del maquillaje profesional: cerdas hipoalergénicas de densidad y longitud perfectas y ergonomía estudiada al milímetro.
Efectos especiales
Las ideas alucinantes que viste en Blade Runner o Rogue One: Una historia de Star Wars se quedan cortas si las comparamos con las últimas innovaciones en belleza: fórmulas con protección solar para todos los tipos de rayos, bases de maquillaje y barras de labios con pigmentos que duran 24 horas... O productos con piedras preciosas, enriquecidos con algas marinas para proteger y nutrir frente al calor; polvos bronceadores micromolidos con manteca de cacao para una fijación perfecta; pinceles magnéticos que no se manchan; fijadores de maquillaje con sensor de temperatura para un acabado perfecto… La apuesta de las compañías beauty en I+D va en serio: saben que somos cada vez más exigentes y hay mucha competencia, así que se están convirtiendo en la nueva NASA de la belleza. «Las formulaciones de maquillaje han alcanzado grandes niveles de cobertura, tonalidades y durabilidad gracias a las tecnologías en pigmentos, polímeros y aminoácidos. Y se están rescatando ingredientes como el óxido de aluminio (de poder absorbente), la bentonita (arcilla que limpia la piel y trata el acné), el silicato de magnesio, (convierte en líquidas las preparaciones viscosas), y la sericita (mineral que crea resistencia a la transpiración)», explica Pedro Catalá, doctor en Farmacia y especialista en Química Cosmética, recién llegado de su visita a Intercos, el gigante cosmético a nivel innovación (le copian hasta los coreanos), que fabrica productos para decenas de marcas en todo el mundo.