NO TE PASES CON EL DEPORTE.
SI PRACTICAR EJERCICIO A TODAS HORAS ES TU NUEVA FILOSOFÍA, ¡ECHA EL FRENO! LOS EXCESOS FÍSICOS PODRÍAN PASARTE FACTURA. TE CONTAMOS QUÉ DEBES EVITAR.
Prácticas que debes evitar en el gym.
Birkram, ciclo, crossfit o fartlek... Estos términos, que hace poco ni te sonaban, ahora son palabras que escuchas –y hasta utilizas– a diario. Hacer deporte está de moda y tiene su lógica: una actividad física moderada resulta beneficiosa para el cuerpo y la mente. Practicar ejercicio con cabeza es bueno para la salud, y a su vez, también lo es para la autoestima, la imagen personal e incluso para combatir el insomnio. Puede que estas sean las razones por las que cada vez enganche a más personas. Para algunas resulta tan estimulante que se convierte en una especie de adicción, pero por muy beneficioso que parezca este vicio, existen límites que no se deben cruzar. El entrenador personal Marcos Flórez (estarenforma.com) explica la pautas de un entreno saludable: «Una preparación idónea suele durar entre 30 y 50 minutos diarios, aunque depende de los objetivos. Lo ideal para mí son cuatro sesiones de lunes a viernes y descanso durante el fin de semana».
SEÑALES DE ALARMA
El experto señala que hay pistas que indican que nos estamos pasando: «Cuando no nos recuperamos adecuadamente entre sesiones, si enfermamos o nos lesionamos de forma frecuente, o si se nos agria el carácter. Además, debemos preocuparnos cuando a estos síntomas se suman la obsesión y una mala alimentación». Medir el esfuerzo es importante porque llevarlo al extremo puede tener consecuencias que no deseamos. Y el envejecimiento prematuro es una de ellas. Según un artículo publicado en la Revista andaluza de medicina del deporte, «la actividad física excesiva genera en el cuerpo una sobrecarga de radicales libres». Sin embargo, estas sustancias químicas que aceleran la oxidación de las células no son peligrosas en sí mismas, ya que en su justa medida resultan necesarias para el organismo: ayudan a
que los órganos y los músculos realicen correctamente su función, acaban con los microbios… Pero el problema surge cuando, tras un exceso de deporte, son tan numerosas que el cuerpo no puede eliminarlas. Entonces se produce el estrés oxidativo. ¿Y sabes dónde se reflejará? En tu piel, a través de una disminución de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Tu cara se caerá y comenzará a deshidratarse, siendo más propensa a la aparición de arrugas.
LA OPCIîN MçS SALUDABLE
Ojo: no utilices esta información como excusa para saltarte el gym porque, tal y como indica la dermatóloga Paloma Borregón (clínica Beteré, Madrid), «hay que hacer deporte, pero hacerlo bien. Si lo practicas con moderación, generarás beneficios a tu piel y a tu salud en general. E incluso, aunque haya deterioro, puedes compensarlo con dieta, tratamientos y los protectores adecuados». Las cremas antioxidantes junto a una alimentación variada y rica en vegetales, en la que abunden las vitaminas E, C y los betacarotenos, reducirán los efectos nocivos. Y si te gusta practicarlo al aire libre, usa protección solar, ya que la radiación provoca daños irreparables. No bajes la guardia, acostúmbrate a una rutina deportiva sin excesos y verás cómo tu cuerpo y tu mente te lo agradecen.