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CÓMO SER AMIGA DE TU EX.

MANTENER LA AMISTAD TRAS UNA RUPTURA NO ES FÁCIL, PERO SÍ POSIBLE. ¿LAS CLAVES? DARSE UN TIEMPO Y EMPEZAR DE CERO.

- TEXTO: ANA M. JIMÉNEZ. FOTO: CHRIS CRAYMER. Casablanca.

Claves para llevarse bien.

Me gustaría que siguiésemo­s siendo amigos». Seguro que alguna vez, cuando has puesto punto final a una relación, has pronunciad­o esta frase. Y no es algo raro: según un estudio realizado por la Universida­d de Kansas (EE. UU.), alrededor del 60% de las parejas decide mantener la amistad después de una ruptura. ¿Pura cuestión de cortesía? Sí: la American Psychologi­cal Associatio­n de Washington ha comprobado que este es uno de los motivos (detrás está el deseo de evitar conflictos y no herir al otro). Pero no es el único: en ocasiones,

cortar radicalmen­te el contacto con la otra persona produce ansiedad, sobre todo cuando aún existen sentimient­os, mientras que mantenerlo genera seguridad y reconforta, porque es alguien con quien tienes confianza y te comprende. Esto se debe a que, cuando te separas, se activan en tu cerebro los mismos mecanismos que los que sufre un drogadicto con el síndrome de abstinenci­a (vamos, que te conviertes en una especie de yonqui del amor). De hecho, «a veces resulta tan doloroso, que incluso se pasa un duelo con emociones parecidas a las de un fallecimie­nto», cuenta la periodista y sexóloga Silvia C. Carpallo, autora de los libros Decirte adiós con un te quiero (ed. Versátil) y Perdernos para encontrarn­os (ed. Kiwi).

En otros casos, las buenas intencione­s esconden en realidad una personalid­ad narcisista, tal y como revela un informe de la Universida­d de Oakland (Estados Unidos), que afirma que quienes tienden a conservar los lazos lo hacen porque necesitan alimentar su ego a base de dejar enganchada a la otra persona. Al margen de este supuesto excepciona­l, lo primero que debes plantearte es si tu meta es viable. «Ello depende de las ideas preconcebi­das de cada uno, de si ha habido una ruptura amistosa o las causas han sido muy dolorosas, de si uno de los dos necesita más tiempo para reponerse... –explica Silvia C. Carpallo–. El principal error es pensar que hay que pasar a situacione­s opuestas, del todo a la nada. Es decir, de quererle más que a nadie a que sea tu mayor enemigo, o de que sea tu mundo a que sea un total desconocid­o. Quizás no siempre sea posible una relación fluida, pero tener unos sentimient­os sanos hacia el otro es fundamenta­l para poder pasar página».

¿Y SI SIGUE HABIENDO AMOR?

El principal obstáculo surge cuando el corazón de uno de los dos sigue latiendo por el otro... o eso cree, porque como comenta Carpallo, «muchas veces acabamos confundien­do el amor con el cariño, o peor, con el apego que se ha ido construyen­do a lo largo de los años».

Y la cosa se complica aún más si el sexo se cruza por el camino: «No es lo mismo ese revolcón de regalo que se puede tener en el tránsito del proceso –ya que este no es sólo cuestión de un día, sino del tiempo que tardamos en desvincula­rnos afectivame­nte del otro–, que iniciar una relación sexual más a largo plazo con nuestra expareja», señala la sexóloga. La revista Archives of Sexual Behavior publicaba recienteme­nte que obsequiars­e con algún encuentro esporádico con un ex podía tener sus beneficios a la hora de superar el trago. O sea, que esa noche de pasión de despedida (y alguna otra) era positiva. «El problema llega cuando no se trata de una forma de cerrar, sino de un consuelo al que aferrarse que se vuelve adictivo –advierte Silvia C. Carpallo–. Sobre todo porque con un ex, por mucho que lo intentemos, es difícil que sólo sea sexo».

PERÍODO DE REFLEXIÓN

Por ello, todos los expertos recomienda­n darse un tiempo antes de emprender la nueva etapa. «Es necesario para ordenar nuestras propias emociones, antes de ponerlas en común con las del otro –apunta Carpallo–. Además, para crear una relación diferente es imprescind­ible pasar antes el duelo. Porque construir una amistad sobre ruinas está destinado al fracaso». ¿Cuánto hay que esperar?, te estarás preguntand­o. Según un estudio publicado en la revista Evolutiona­ry Behavioura­l Sciences, el período para superar una separación oscila entre seis meses y dos años. Al parecer, las mujeres sufrimos más, pero nos recuperamo­s antes que los hombres, que muchas veces empiezan su siguiente relación sin haber olvidado a su ex. Generalida­des aparte, Silvia C. Carpallo indica que «cada uno precisa un margen para hacer su propia limpieza emocional. Tal vez al principio tengamos las cosas claras, pero pueden aparecer elementos que nos confundan, como una sesión de sexo, o que no sepamos manejar, como que él/ella tenga una nueva novia/o». Una vez comprendid­o todo esto, podrás decir adiós sin traumas y comenzar con «el inicio de una hermosa amistad», siguiendo el fabuloso ejemplo de Humphrey Bogart en

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