TU ANTECESOR (TAMBIÉN) MOLABA
Tu exjefe era un currante nato, muy enrollado, y todos le adoraban. Al aterrizar tú en su cargo es fácil que caigas en el error de recoger su testigo y seguir su línea de actuación al pie de la letra, sobre todo si habéis trabajado juntos y os llevabais bien. Advertencia: esto es peligroso y puede conducirte a vivir con el miedo eterno de no estar a la altura del otro.
Solución
Transmíteles que tener una nueva jefa supone una oportunidad de empezar algo emocionante para todos. Si compartiste proyectos con tu antecesor, quédate con lo bueno, pero plantéate también qué aspectos de su estilo directivo no eran de tu agrado. Tal vez se mostraba impredecible o indeciso, estaba obsesionado con las normas o era demasiado liberal y sólo intervenía cuando había un problema supergrave. Utiliza esto como ejemplo de lo que no deseas copiar. Aparte, reúnete con cada uno de los miembros del equipo para que te digan qué les gustaba (y qué no) de la persona a la que acabas de relevar. Y piensa en alguien a quien admires para seguir su estela, aprovechando los rasgos de tu personalidad. ¿Eres extrovertida? Pues toma como modelo a Richard Branson, el multimillonario inglés propietario del grupo Virgin, y utiliza tu gran carisma para meterte a todo el mundo en el bolsillo. ¿Lo tuyo es la empatía? Imita a Sheryl Sandberg, que tiene en cuenta las opiniones de los juniors. ¿Quieres un buen ambiente? Calca las ideas de Sundar Pichai, el CEO de Google, que ofrece gimnasio y masajes gratis a su plantilla. En cualquier caso, no olvides que si conseguiste este trabajo fue por una buena razón, y ten mucho cuidado, que nadie está a salvo de caer en el síndrome del impostor.
ANALIZA LO BUENO Y LO MALO DE LA PERSONA A LA QUE SUSTITUYES Y NO INTENTES IMITARLA