EL NOVIO ESTUPEFACTO.
Curso rápido para ir de boda.
Cada verano pasan las mismas cosas. Te llevas a la piscina un libro que luego nunca lees, te quejas de que hace mucho calor, bailas Paquito el Chocolatero en una verbena y es probable que unos amigos, primos, compañeros… se den el «sí, quiero». En agosto. A. y yo somos expertos y ofrecemos una guía para bodas veraniegas. Yasss.
Algo que suele pasar es que, por muy pronto que te levantes, siempre irás ajustada en la hora. Y esto se hace más acuciante cuando el enlace tiene lugar en el ámbito familiar. Qué tensión. Aunque tu madre diga «me ducho por la noche para ahorrar tiempo», todo el mundo irá como pollo sin cabeza, el baño estará ocupado, no encontrarás uno de los zapatos y, al final, tu padre estará con las llaves del coche en la mano al lado de la puerta diciendo: «Otra vez igual. Somos los últimos, ¡pero qué vergüenza! Si no estáis en
cinco minutos, yo me marcho». El momento ceremonia es muy especial ya A. ya mí nos gusta fijarnos en la gente que sale a leer. Hay dos tipos: por un lado, está el familiar que hace un discurso emotivo, se pone a llorar, no puede seguir y se traba hasta que besa a la novia y le corre todo el maquillaje cuando todavía no son ni las doce del mediodía; por otro, el que cuenta una anécdota superdivertida y superlarga relacionada con una vez que se fue con el novio a Ibiza y no se entera nadie de lo que dice, pero la gente intuye que es algo superguay. Y aplaudes. No entiendes nada. Pero aplaudes. Luego llega el cóctel, donde aparte de comer y tomar vinos, te tienes que hacer fotos con dos letras gigantes en madera con las iniciales de los novios y, posiblemente, posar con unas gafas de cartón, un bigote falso o un sombrero en un marco rollo Instagram cuyo hashtag es #loveisintheair #nosqueremos #toelrato. Así las cosas, no ha empezado la comida y ya has perdido la dignidad. El banquete va genial y la gente está animada así que ese subidón sólo se puede ver interrumpido por una sorpresa: los amigos han hecho un vídeo. A. se muere de vergüenza y se tapa la cara ante la película hecha con el Movie Maker con imágenes de los novios desnudos a los 5 años y luego con otras medio borrachos del botellón donde se conocieron. Todo muy classy. Sin duda, la mejor parte es el baile. Aquí los protagonistas tienen una sorpresa, han preparado una coreografía. Oh
what-a-surprise. Puede ser que en 1999 esto sorprendiera, pero ahora pasa siempre y la mezcla suele ser: empiezan lento con el vals nupcial, donde se puede ver la concentración en la cara del novio y de repente… ¡Pum!, pasan a Grease, con el aaagayu amoca player, y acaban con Marry You, de Bruno Mars, animando a la gente a que se ponga a bailar. Y ya todos lo dan todo: el padre del novio ha perdido la corbata, la tía se ha puesto achispada y casi se atreve a twerkear y tú te despeinas
Con altura. ¡Que vivan los novios!
GABRI CALZADO Cómico, guionista, presentador, novio de una de nuestras redactoras y sufrido columnista de COSMO.