TE QUIERO COMO AMIGOVIO.
Pros y contras de convertir a la persona a la que cuentas tus secretos en un amante sin ataduras.
Liarte con alguien con quien tienes una relación de amistad casi siempre genera un debate interno. «¿Es buena idea? ¿Y si sale mal?» son las preguntas más comunes que se presentan antes de dar el paso e incluso después. Pero lo cierto es que, desde que las relaciones sin compromiso dejaron de ser tabú, muchas personas se han acostumbrado a tener amigos con derecho a roce. Según el estudio Los jóvenes españoles y el sexo, realizado por la marca de preservativos Control, el 45,4% de los encuestados tenía un amigo especial. Además, aunque abrirse a esta cuestión provoca muchas dudas, cada vez son más los millennials que eligen esta opción cuando se trata de buscar un rollo fácil y que esté cerca.
MÁS QUE COLEGAS
El concepto friend zone –referido al espacio que comparten dos personas que son amigas y nunca serán otra cosa porque sólo desean ese tipo de interacción– sigue estando muy extendido, pero últimamente, en las conversaciones, ha aparecido otra área que poco a poco va ganando terreno: la zona de sexo. Aquí, el protagonista es el amigovio, aquel con el que se mantiene una relación de amistad (en mayor o menor medida), pero con quien el principal factor de unión son las relaciones sexuales. «Los tratos con esos derechos a menudo tienden a resultar bastante complicados –argumenta la socióloga Paola García–. Para que salgan bien, ambas partes han de tener todo claro, así como hablarlo antes con tranquilidad, sobre todo si los implicados se conocen desde hace tiempo porque si no, es raro que termine funcionando».
SIN ATADURAS
Aunque el sentido común y la opinión más extendida consideran que no es buena idea alargar en el tiempo estas relaciones, una encuesta de la Universidad Estatal Boise de Idaho, EE. UU., reflejó que el 76% de las parejas que mantenían sexo sin compromiso fortalecieron su vínculo. Los expertos aseguran que hoy en día un millennial se ata menos a otras personas debido a los estímulos que recibe (viaja más, cambia de trabajo y entorno con frecuencia…) y tiene la oportunidad de conocer a una gran cantidad de gente, a diferencia de generaciones anteriores. Optar por tener amigovios resulta una manera práctica de saciar necesidades sin exigencias y en menos tiempo. «Además, gracias a la conversación feminista y el conocimiento sobre los mitos románticos, las mujeres sienten cada vez menos presión social con respecto a construir un futuro con pareja e hijos, y se contemplan otras opciones vitales con más libertad», explica la psicóloga Susana Galán. De hecho, nos hemos abierto a tantas posibilidades, que la jerga urbana ha acuñado el término situationship (de situación y relación) para dar nombre a lo que tenemos con alguien sin saber muy bien qué. ¡Adiós a las etiquetas!
EL FACTOR TÓXICO
Las estadísticas juegan a tu favor, pero ya se sabe que el roce hace el cariño (y no es sólo un refrán). Si nunca has experimentado el sexo sin compromiso, debes tener en cuenta que «este tipo de relaciones pueden volverse nocivas. Esto ocurre cuando alguna de las partes se implica emocionalmente, reclama más atención o quiere dejar de interactuar pero no encuentra el modo de decirlo y se aleja paulatinamente, sin avisar. Lo mejor para evitar esto es actuar con madurez y un poco de frialdad. Si tú eres la que se está colando por el otro, puedes proponer el comienzo de algo serio pero, si no te corresponde, lo más coherente será cortar de raíz», concluye Paola García. Si por el contrario quieres dejar atrás tu etapa de amigovios, existen fórmulas matemáticas para saber
¿AMIGO Y AMANTE? SÓLO ES VIABLE SI SOIS MADUROS
ES RELEVANTE SABER CUÁNDO SE QUIERE PARAR
con quién puedes tener una relación exitosa, así como una larga lista de ventajas y desventajas para analizar qué es lo que te compensa. Valora si eres o no apta para tener cerca a una persona con la que vives noches de pasión pero de la que no puedes enamorarte y no olvides lo más importante: contrastar siempre lo que piensas con tu hipotético amigovio y recordar que «no debe importarte el qué dirán, en caso de que alguien prejuzgue tus decisiones. Si no te apetece formalizar nada con nadie, eres una mujer libre», añade Galán. ¿Tú? Experta en amigoviazgos este verano.