EL ÉXITO MÁS ALLÁ DE DISNEY.
La actriz y exestrella infantil está en su mejor momento: triunfa con su última serie, ‘Euphoria’, y sus seguidores en las redes sociales se cuentan por millones. Además, es la imagen de ‘Idôle’, el nuevo perfume de Lancôme. Descubre el lado íntimo de la
Zendaya nos muestra su lado más personal y sus nuevos proyectos.
TEXTO: MARIANA PORTOCARRERO. FOTOS: ALEXI LUBOMIRSKI.
No tengo prisa por llegar a ningún sitio, nunca la he tenido. Me queda mucho por vivir». Estas palabras de Zendaya Coleman (California, 1996), podrían hacer pensar que la actriz y cantante tiene una vida de lo más tranquila. Pero no es así. Cuando nos citamos con ella en una suite de su hotel de París con vistas a la Torre Eiffel, faltan apenas un par de horas para que se desvele la campaña que protagoniza a nivel mundial como imagen de Idôle, el nuevo perfume de Lancôme. Apenas 24 horas después se estrenará en la capital francesa su última película, Spider-Man: lejos de casa, y desde hace unas semanas todo el mundo habla de Euphoria, la exitosa serie de HBO en la que interpreta a una adolescente con problemas de drogas. Por si fuera poco, asistirá a alguno de los desfiles de la semana de la Alta Costura que se celebra esos días.
Un proyecto especial
De esta larga lista de logros, el poder sumarse a Lupita Nyong’o y a Taylor Hill como embajadora de Lancôme es algo que le hace especial ilusión. «Es mi primer proyecto relacionado con una fragancia y me parece interesante pensar que, en cierto modo, voy a formar parte de la vida de una persona. Para mí, elegir el aroma que voy a llevar es un proceso muy emocional, porque sé que jugará un papel importante en mi memoria: sé exactamente cómo huele cada miembro de mi familia, recuerdo el olor de cada etapa de mi vida y podría decirte qué perfume utilicé el día de mi 16 cumpleaños», explica.
ÔPower girlÕ
Según nos confiesa, se siente muy identificada con el mensaje empoderador y positivo que rodea al producto, con frases como We are the future –somos el futuro– o The World is ours –el mundo es nuestro– siempre presentes. «Simboliza la idea de que todas podemos ser nuestros propios ídolos, somos especiales y fuertes. Se trata de reconocer el potencial que tienes dentro y acentuar todo aquello que te hace diferente», afirma. Quizás este haya sido el secreto de su éxito, porque cuando tenía sólo 19 años, la revista Time la calificó como una de las jóvenes más influyentes de su generación. «Es una mezcla entre abrumadora y bonita. Me siento
muy orgullosa y agradecida por ello, pero al final del día soy humana y no lo tengo todo bajo control: no soy perfecta ni lo hago todo bien. Ni yo ni nadie, porque somos personas. Para mí, es importante saber que puedo tener un impacto en la vida de otros. Intento que la presión que supone ser consciente de ello no me afecte ni me pese demasiado, y que tampoco enturbie lo maravilloso que es todo lo que estoy viviendo», reflexiona la artista.
Su secreto: la naturalidad
Gran parte de su popularidad en las redes sociales –entre Instagram y Twitter acumula más de 70 millones de seguidores– reside en su espontaneidad: en su muro virtual conviven fotos en la alfombra roja con stories en los que aparece sin maquillar, se toma con mucho sentido del humor su jet lag o bromea con sus compañeros en el set de rodaje. «Es cierto que la gente se identifica conmigo pero no es algo intencionado por mi parte, no hay ningún plan detrás. Al final, lo único que puedo hacer es tratar de ser la mejor versión de mí misma y esperar que el público conecte con eso».
A pesar de ser una de las celebrities del momento, Zendaya asegura que su vida es mucho más normal de lo que pueda parecer. «Cuando mis amigos me proponen irme de vacaciones... ¡no quiero! Me paso el día en un avión, así que lo único que me apetece es no hacer nada. No soy tan ¡soy mucho más aburrida de lo que la gente imagina!», afirma. De hecho, confiesa que cuando no tiene que trabajar, su pasatiempo
ESTOY ORGULLOSA Y AGRADECIDA POR SER UN REFERENTE PARA LOS JÓVENES. ES BONITO Y ABRUMADOR
favorito no es nada extraordinario: «Quedarme tirada en la cama con mi perro. Como mucho, vienen mis sobrinas y vemos Harry Potter juntas». También reconoce que la ventaja de llevar tantos años delante de las cámara es que sabe lo que le queda bien y lo que no. Incluso, a pesar de tener a su propio glam squad, se maquilla ella misma cuando puede. «Me esfuerzo por llevar looks distintos e intento experimentar y retarme con técnicas nuevas», cuenta la artista, que afirma no tener reglas: dice sí a cualquier color o combinación que funcione con la ropa que lleve. «Si tuviera que definir mi estilo beauty, diría que está a caballo entre ir natural y arreglada. Intento buscar ese punto medio. ¡Es mi especialidad! Y me gusta utilizar un pintalabios rojo porque te proporciona un toque sofisticado», confiesa.
Una larga trayectoria
Zendaya, que cumple 23 años este mes, sabe bien lo que significa trabajar desde muy pequeña; de niña participó en anuncios de televisión y con 14 fichó por Disney para protagonizar Shake
It Up junto a Bella Thorne. Pero lejos de renegar de su temprana entrada en el mundo laboral, considera que ha sido una gran experiencia: «Fui muy afortunada. Aprendí mucho y maduré. No tengo la respuesta sobre si es mejor o peor empezar tan pronto, porque en esta industria nadie tiene un mapa que te indique lo que hay que hacer. Simplemente tienes que vivir el día a día. Y eso es exactamente lo que hago ahora: tratar de averiguar y decidir lo que me hace feliz a medida que las cosas ocurren. No puedo predecir el futuro ni saber lo que voy a querer dentro de diez años, pero sé que esto es lo que me llena ahora». Lo que sí tiene muy claro es que seguir su instinto ha sido fundamental para construir una carrera sólida y estable que ella misma define como una «escalada lenta» hacia lo más alto.
Adi—s a Cenicienta
Una prueba de su agradecimiento a la cadena infantil que la lanzó al estrellato fue el traje que escogió el pasado mayo para acudir a la Gala Met, uno de los eventos más importantes de la industria de la moda que se celebra cada año en Nueva York. Esa noche, mientras famosas como las hermanas Kardashian o Lady Gaga desfilaban por la red carpet, Zendaya acaparó todos los flashes transformada en uno de los personajes más icónicos: Cenicienta. El traje, diseñado por Tommy Hilfiger, se iluminaba y se extendía ante los movimientos de la varita mágica de su estilista, Law Roach, reconvertido en hada madrina. «La idea llegó de una forma muy emotiva; soy una chica Disney y, de algún modo, este era mi último baile. Fue un homenaje a aquella etapa y ¡tenía todos los ingredientes para funcionar!», explica antes de concluir la charla. «Soy muy feliz», añade.
ME GUSTA UTILIZAR UN PINTALABIOS ROJO PORQUE ME PROPORCIONA UN TOQUE SOFISTICADO